Amor Y Mentiras ✦ Park JiMin

『Capítulo 15』

Pov. Hwan SunJi

Yo estaba hecha una mierda.

Osea, ¿Pueden entender semejante cosa? Que JiMin viniera, como un loco, a agarrarme el teléfono; colgar mi llamada con HoSeok; la amenaza hacia este; decir que pasaría la tarde con él de esa manera tan... rara. Esto me tenía demasiado confundida.

Y... el beso.

Ese chico estúpido volvió a besarme. Y ese sentimiento en mi pecho volvía aperecer. Ya no podía, ¡no podía!

Ya había admitido que gustaba de él, y esto solo lo empeoraba más porque ni siquiera sabía porque me gustaba. Él era un maldito patán, egocéntrico e inútil. No entendía porque me sentía así por él.

Sus besos, tal vez. Esos besos repentinos que se encargaba de darme y dejarme en shock completamente, seguro hicieron que me... ¿enamorara? No estaba segura de ello aún. Ni siquiera sabía lo que sentía él. ¿Por qué darme besos así, sin motivo alguno? ¿Quién se creía?

A sus últimas palabras, me quedé pensando. Había visto en él una reacción de enojo al verme hablando con HoSeok. Raro.

¡Y es que no lo entendía! Su actitud me confundía demasiado.

¿Acaso quería que me alejara de él? ¿Qué ya no me juntase con HoSeok? ¡Claro que no! ¡Eso no pasaría!

Su actitud rabiosa e indiferente con HoSeok no me iba a intimidar. Él era mi amigo, nada más. Y en todo caso, fuera lo que fuese, a JiMin no tendría que importarle.

Quedándome en shock, vi como su silueta traspasaba la puerta del salón. No quería desobecerlo. Hum, no. Digamos que quería ver hasta dónde llegaba esto y que más podría decirme.

Todas mis cosas, las agarré y las acomodé en mi bolso; las del casillero igual. Luego de estar completamente lista, me dirigí al estacionamiento. Encontré su auto y hacia allá fui. Mis manos temblaban, no quería abrir aquella puerta del copiloto. Él lo hizo.

─¿Demorarás más? ─bajó la ventanilla. Olvidé que sus cristales eran polarizados─. Sube de una vez, Hwan ─sentenció abriendo la puerta y acomodándose en su sitio.

─¿Uh? Oh, si ─subí situando mi bolso en mis piernas. Cerré seguidamente la puerta.

Él acomodó el retrovisor, revisó unas cuantas cosillas en la parte de atrás del auto, y arrancó a su vez.

Nada. Ni una palabra. No tenía la menor idea de hacia dónde nos dirigíamos. Yo solo miraba hacia afuera con las ventanas totalmente cerradas. El aire acondicionado resolvía todo.

Al cabo de unos pocos minutos, un vecindario, que mucho no conocía, era el lugar de destino. Él aparcó en una acera cerca de un lago.

¿Qué sucedía?

Estaba desconcertada. Me quedé mirando alrededor desde adentro. JiMin ya había bajado, por lo que en mi trance abrió mi puerta y me mandó a salir.

─Sabía que eras una chica que le gustan los detalles, pero nunca pensé que tuviera que abrirte la puerta del auto ─mencionó cruzado de brazos y con el ceño fruncido.