Salí del instituto a paso rápido, tampoco quería correr y llamar la atención, pero mis piernas me pedían hacerlo. No entendía nada, no sabía si estaba loca, no quería creerme lo que había visto, no podía hacerlo. Probablemente había una explicación racional a todo esto, e iba a averiguarla, delante del sheriff eso sí, no me fiaba de lo que podía pasar si me enfrentaba a Cheryl yo sola y resultaba que no era tan inocente como aparentaba.
La voz de Verónica empezó a escucharse a lo lejos decir mi nombre, no quise hacerle caso, no tenía tiempo para hacerlo. Olvidaba que no estaba corriendo y ella si podía hacerlo, por lo que antes de lo que me hubiese gustado me había alcanzado.
- Toni, te estaba llamando -se la notaba agotada.
- Lo siento, no puedo pararme a hablar, tengo algo muy importante que hacer.
- Pues déjame acompañarte.
- No hace falta, gracias de verdad -sin dejar que contestara seguí mi camino.
- Te recuerdo que no has traído tu moto, pero yo si el coche -mierda, querer ir andando a todas partes me había pasado factura.
- Vale, pero que sepas que acepto porque el transporte público aquí es muy lento.- ¿Por qué no querías que supiese lo de Cheryl? -se lo había tenido que contar todo antes de llegar a la comisaría, fue su condición a cambio de ser mi chófer.
- En aquellos momentos solo pensaba en solucionarlo todo.
- Bueno, al final lo has hecho.
Verónica tenía razón, esa noche iban a analizar las huellas y si correspondían con las de la pelirroja dejarían de vigilarme de inmediato, y suponía que empezarían a hacerlo con ella.
Nos dirigíamos a su casa. Daba gracias a que me hubiese ofrecido su casa para dormir esa noche, no me apetecía estar sola. Era cierto que estaba rodeada de los Serpientes y que en el caso de que me pasase algo acudirían al primer grito, pero la casa de mi amiga tenía las cámaras de más alta tecnología y un guardia en la puerta, en estos momentos me gustaba el capitalismo y nos negocios ilegales que le habían llevado a tener a su padre tanto dinero.
Cuando llegamos a su casa me dijo que no me preocupase por hacer ruido, que sus padres habían cogido el avión privado y se habían ido a pasar el fin de semana en algún lugar desconocido para ella. Me ofreció una camiseta larga que no era para nada de su estilo, creo que por eso parecía nueva, y unos pantalones cortos a conjunto con ella. No teníamos mucha hambre, ninguna de las dos, así que nos sentamos en el sofá con un chocolate caliente a ver alguna comedia que estuviesen echando en la televisión. Encontramos "Las ventajas de ser un marginado" y al no haber otra mejor decidimos ponerla. Comentábamos toda la película, en algunos momentos hasta la poníamos en pause y charlábamos sobre temas totalmente apartados de la trama. Nuestros cuerpos no se dirigían a la pantalla, sino el uno hacia el otro, era el rostro el que movíamos para ver la película.
- Sé que soy una pesada poniéndola en pause todo el rato, pero hola el poema que ha leído, que jodida maravilla.
- Algún día te enseñaré mis canciones, no son tan buenas como eso -señalé la silueta de la hoja de papel que leía el protagonista- pero podrían gustarte.
- Cada día descubro algo nuevo de ti. Eres un pozo de sorpresas Toni Topaz -me encantaba la sonrisa que se dibujaba en sus labios cada vez que me miraba. El tiempo que llevaba en Riverdale había sido increíble y no me arrepentía de haber dejado mi vida atrás por un año, pero tenía miedo, tenía miedo de no ver a esa chica todos los días, tenía miedo de no disfrutar cada momento como si no se volviese a repetir, porque, de hecho, en un momento podía ocurrir.
- ¿Sabes una cosa? -me miró con curiosidad- es una pena que esa regla de tener relación abierta sea únicamente en fiestas- la sonrisa se desdibujó de sus labios y se apoyó en mi hombro.
- Lo sé.
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Choni
Fiksi PenggemarCuando el fuego y el hielo se unen hay una ínfima posibilidad de que se de la calma, pero cuando el fuego se une con más fuego la llama se expande y cuando más desprevenida esté la naturaleza ocurrirá una explosión que arrasará con todo lo que se po...