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- Tienes algo de kimchi en el refrigerador.

Jin estaba leyendo un libro de recetas mientras estaba sentado en uno de los sillones cuando Jimin llegó. No levantó la mirada para decir aquello, pero sí lo hizo cuando no recibió respuesta del rubio. Lo vio colgar su abrigo y dejar sus llaves en una pequeña mesa a un lado de la puerta del apartamento.

- ¿Un día duro?- volvió a intentar Jin. Esperó por una respuesta, pero Jimin simplemente siguió de largo por el pasillo, segundos después escuchó el golpe de la puerta de su habitación al cerrarse.

Suspiró y dejó a un lado el libro, era imposible concentrarse cuando sabía que uno de sus amigos la estaba pasando mal. Lamentablemente, el menor no le había dicho qué había ocurrido, pero no había que ser un genio para darse cuenta de cómo su ánimo había decaído en todos esos días.

Cuando Jimin se adentró en su habitación, lo primero que hizo fue dejar sus pertenencias en su mesita de noche y luego se echó en su cama. No pudo evitar mirar de reojo cómo una pequeña luz titilaba en su teléfono, anunciándole que tenía un mensaje sin leer; bien sabía él que no era sólo uno, sino que eran varios mensajes proveniente de una sola persona. Suspiró contra su almohada y se giró, era mejor ignorar aquello.

Era como si el universo hubiera conspirado contra él de un momento para el otro, porque todos esos días lo único que hacían las cosas eran empeorar. Su trabajo en la empresa tendía de un hilo, estaba seguro de ello aunque su representante le hubiera asegurado que no, y Jimin había escuchado la inseguridad en su voz cuando se lo dijo.

Más de una vez lo habían regañado por estar distraído y tener que retrasar toda una sesión de fotos por su culpa, incluso lo habían llamado gordo porque la ropa ya no le cabía. No podía negar aquello, los nervios y la ansiedad habían hecho estragos en él; una tarde se había devorado casi todo lo que tenían en la despensa, lo que quedaba para el resto del mes. Jimin no se había dado cuenta, pero pronto se había encontrado con un enfurecido Minho, mientras que Jin intentaba defenderlo, pero sólo hizo falta mirarlo por un segundo a la cara para darse cuenta de que también se había enojado con él.

Y Jimin no quería, realmente había intentado con todas sus fuerzas no hacerlo, pero terminó usando el boleto que Jungkook le había regalado y viajó a ver a sus padres, lo cual trajo tres consecuencias. La primera había sido el hecho de usar el boleto, si ya no quería tener ningún contacto con el chico de Seúl entonces no debería haberlo hecho, porque eso sólo le recordaría que gracias a él había podido viajar. Aquello no era tan grave como el segundo error: haber viajado. Sus padres no habían mostrado ni un poco de interés en volver a verlo, alegando que tenían cosas más importantes que hacer como para encargarse de alguien que "ya tenía toda su vida resuelta", palabras textuales de ellos. Mentiría si dijera que no le había molestado, pero al menos había servido para ver que no estaban tan mal como él pensaba y que la deuda con el banco ya había sido saldada.

Otra consecuencia que le trajo fue el enojo de su representante. Claro que lo entendía, pues Jimin ni siquiera le había avisado y tampoco había pedido permiso en la empresa. Por lo que, cuando regresó al día siguiente, el ceo estuvo a punto de despedirlo. Sólo daba gracias que habían tenido lástima por su pobre alma, porque ya todos sabían que Jimin no tenía nada más que ofrecer a la empresa.

Así que sí, se podía decir que toda su semana había casi arruinado su vida y todo se había convertido en una completa mierda. Jimin lo odiaba, por supuesto, pero más se odiaba a él mismo por dejar que aquello suceda. Por dejar que su estabilidad emocional dependiera llanamente de una persona que vivía lejos. Jimin estaba perdiendo el control de su vida, y simplemente iba a dejar que las cosas fluyeran como tuvieran que hacerlas; él ya no podía encargarse de nada más que sólo seguir respirando.

No supo ni siquiera cuándo había cerrado sus ojos y se había dormido, pero cuando volvió a abrirlos sólo deseó seguir en el mundo de los sueños. Una lágrima cayó cuando su mente volvió a recrear lo que estuvo soñando. La sonrisa de Jungkook era como si estuviera persiguiéndolo a donde sea que vaya. Cualquier cosa que hacía, cualquier cosa que viera, iba a recordarle que ya no estaba con él.

No tuvo de otra que levantarse cuando escuchó unos suaves golpeteos en la puerta de su habitación. Ni siquiera se arregló su despeinado cabello y salió al pasillo, encontrándose con Jin.

- Hey- Jin dijo con suavidad- Tengo que irme, ¿estarás bien unas horas a solas? Minho aún no ha vuelto, pero supongo que se quedará en la casa de Jisung.

Jimin rodó los ojos y se apoyó en la pared- No soy un niño, puedo quedarme solo.

- Pero tú...

- Jin- le cortó- No estoy deprimido- pero no sonó tan seguro como pensó, y sabía que su amigo no le había creído. Intentó poner una sonrisa en su rostro- Voy a recalentar el kimchi e iré a dormir temprano.

Jin pareció pensarlo por unos segundos, pero no tuvo de otra que asentir- Está bien, aunque deberías saber que tienes visita en la sala.

Jimin frunció el ceño y se dirigió a la sala, no esperaba a nadie así que no sabía quién podría ser. Sus pasos se detuvieron en seco cuando vio a su mejor amigo sentado en el sofá, la puerta del departamento cerrándose detrás de él cuando Jin salió. Y Jimin supo que algo estaba realmente mal con él cuando ni siquiera se alegró por la visita de Taehyung.

- Jimin- Taehyung dijo mientras lo atraía a él en un abrazo, el cual Jimin no pudo corresponder. Kim se separó extrañado y lo miró- ¿Estás bien?

- ¿Qué haces aquí?- respondió en cambio.

- No te enojes- empezó a explicar Taehyung- En serio no tuve otra opción, pero estábamos preocupados y tuvimos que venir.

- ¿Qué?- Jimin no entendía absolutamente nada, y menos aún cuando su amigo hablaba en plural cuando sólo él estaba en la sala del departamento- Tae, ¿qué se supone que haces aquí? ¿No tenías que estudiar para tus exámenes finales?

- Tú eres más importante que eso, Chim- explicó como si fuera lo más obvio del mundo. Lo examinó con la mirada, y Jimin fue bastante consciente de las ojeras debajo de sus ojos- Tal vez deberías arreglarte, me dijo que estaba llegando.

- ¿Quién?- preguntó Jimin en el momento exacto en el que alguien golpeaba la puerta del departamento. Taehyung volvió a sentarse mientras que Jimin iba a abrir. De seguro Jin se había olvidado las llaves, así que tomó las de repuesto que estaban en la mesita y abrió la puerta- No las pierd...- su corazón dio un vuelco cuando no se encontró con su compañero de piso al otro lado, sino con el rostro serio de Jungkook. Lucía jodidamente enojado- ¿Q-qué haces aquí?- se las arregló para decir- Pensé que habías entendido que...

- Si piensas que iba a conformarme con esa patética última conversación que tuvimos entonces estás equivocado, Jimin- Jungkook dijo fríamente.

- Pero...

- Chim- Taehyung decidió intervenir al sentir la tensión en el aire- Le conté lo que pasó con Hoseok, y debemos hacer algo al respecto.

- Exacto- volvió a hablar Jeon, pasando a un lado del rubio y sin cambiar el semblante serio en su rostro- En otro momento vamos a hablar de lo que pasó, pero ahora vamos a encargarnos de poner a ese enfermo en su lugar.

Talk to Me // KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora