Joel.
Los Ángeles, mi lugar de nacimiento, vivo en uno de los barrios más ricos de aquí. He nacido en cuna de oro, con muchos dicen, es verdad, nunca me ha faltado nada y estoy agradecido con ello. Pero a lo que quiero ir, es que no todas las personas ricas les importa uno mismo y nadie más, no todas las personas ricas son unos hijos de puta, que piensan que el dinero lo compra todo. Yo estoy muy seguro, que eso, no es así.
He tenido que aprender muchas cosas, y no todas fueron de una bonita forma, y al día de hoy, tengo el placer de que la gente me vea de una forma normal, sin esos perjuicios que te ponen por nacer en cuna de oro.Soy multimillonario, eso es cierto, y me doy mis lujos como tal. Uno de mis autos favoritos, el que uso prácticamente siempre es un Mercedes-Benz Maybach Exelero, negro, pero no por eso soy menos persona.
Tengo una asociación, bueno no una, varias, en las que ayudo a las personas de las calles, otra a las personas con cáncer, también dono para lugares que se necesitan. No mucho saben de lo último, porque mis donaciones son privadas, la mayoría, porque ya he tenido que lidiar con muchos comentarios de gente menospreciando y diciéndome que hago las donaciones "públicas" para que los demás piensen que soy buena persona. Si supieran en todas las asociaciones que tengo de ayuda y todo lo que dono a ciertos lugares, sin que los demás se enteren. Creerían que soy un Dios.Lo que siempre quiero dejar claro, es que todas las personas que tiene dinero, no son unos cretinos, la mayoría tal vez sí (que es broma), pero en mi caso no.
He tenido el placer de tener unos padres que me educaron de una forma maravillosa, que me hicieron entender de pequeño, que tener mucha plata no te hace mejor que otro ser humano.Extraño tanto a mis padres, las largas vueltas que salimos a dar en la ciudad, las navidades, los pequeños o largos ratos pasado con ellos, los extraño infinitamente.
Eran unas personas hermosas, eran muy conocidos y muy queridos, eso dice mucho.Volviendo a la realidad, saliendo de mis pensamientos. Estaciono mi apreciado auto frente a una cafetería, me pido un café más unas rosquillas. Al salir, observando la ciudad, el día nublando pero no por ello menos lindo, mi vista se detiene en un callejón, no es nada de otro mundo, pero lo que llama mi atención es el rastro de sangre que hay hacia éste. Por lo cual un poco angustiado por lo que me pueda encontrar, camino rápidamente hacia ahí.
¡Oh no! Un persona, un chico por lo que puedo distinguir se encuentra golpeado hasta más no poder, todo ensangrentado, envuelto en una manta violeta. Me acerco con mi pedido en mano, que sin pensarlo dos veces lo dejo en el suelo para luego verificar si la persona se encuentra respirando, tiene una respiración débil pero sí, sigue vivo.
Agarro el chico, sin pensarlo, y lo subo al auto, como un loco manejo hacia mi casa, el lugar más cerca.
Al llegar, le pido ayuda a Lucas, mi portero, y lo entramos a mi cuarto.–Llama a Jackson, dile que es urgente.
–Enseguida jefe.
Le empiezo a sacar la ropa al chico hasta dejarlo desnudo, en sí solo tenía unos boxers y una remera, después estaba tapado con la manta violeta. Aparté todo y puse un balde con agua tibia y un trapo, empecé a limpiarlo, realmente está muy mal.
Al ya estar todo limpio, le pongo un bóxer, una bermuda y remera.
–Señor Pimentel, vine lo más rápido que pude.
–Muchas gracias.
–Cuéntame la situación.
–Lo encontré en la callejón, está así de mal. Por favor, haz algo rápido. Siento que puede morir. –digo en un hilo de voz
–Joel, me dejas solo con él, por favor.
No quería irme pero lo hice.
Al ya estar en la sala de abajo, me dirijo a la cocina donde se encuentra Alisa, ella trabaja aquí, es una persona muy especial para mi, nos queremos como unos hermanos, ella tiene 33 y yo 26. Nos conocimos porque vino pidiendo trabajo, necesitaba plata y después de 6 años aquí sigue conmigo, yo siempre le propongo otro trabajo pero ella dice que se siente muy cómoda y feliz aquí. Viene cuatro veces a la semana a limpiar y luego viene a visitarme con su bebé y su pareja, quien aprecio un monton también, llamado Conall.
–¿Por qué no lo llevaste a un hospital? –pregunta Alisa, entregándome un vaso con agua
–No sé, el miedo, el shock de ver tal escena no me dejó actuar con claridad. De igual forma, el hospital es muchísimo más lejos.
–Se te nota muy triste. –comenta, tomando asiento frente a mi
–Bueno, es un chico muy joven, que se encuentra en un estado horrible... totalmente.
–¿Sabes quién es?
–Por ahora no sé nada de él.
–Trajite a un desconocido, mira si es alguien de algún cartel. –suelta preocupada
–No podía dejarlo en esa condición ahí. –suspiro– Luego investigaremos, no te preocupes.
Con el vaso con agua en mano, subo a la habitación y golpeo.
–Pasa Joel.
–¿Cómo está? –pregunto observando al chico
–Mal, muy mal. Tiene unas costillas rotas, muchos golpes, demasiados, en mucho lugares. Tiene que estar con una máquina, para respirar, por unos cinco días, ya la mandé para que la traigan. –sonríe sabiendo que se lo iba a pedir– Hice pruebas de todo y una dio positivo.
–¿Positivo? ¿A qué?
–Abusaron de él. –suelta
No sé quién es, y tal vez no sea buena persona, espero equivocarme terriblemente. Porque lo veo, y me parece un ángel, un chico bonito, tierno, un chico bueno.
¿Quién podría hacerle algo así? ¿Por qué?–No despertará en horas, al despertar dale de comer, esta muy delgado y tiene una enfermedad por eso mismo también.
–Gracias.
–Vendré mañana a verlo nuevamente.
–Te esperaré.
–Eres un gran chico Joel, no muchos harían lo que acabas de hacer tú. –me sonríe amable– Aunque, deberías, ya sabes, buscar quien es.
–Gracias, lo haré inmediatamente. –respondo dándole una última mirada al chico– ¿Mejorará?
–Lo hará, porque lo agarraste a tiempo, una hora más y ese chico estaría descansando en paz.
Bajamos, y en el momento llega el aparato necesario para el muchacho, por lo cual el doctor Jackson, ante de irse, deja todo ya colocado y en marcha.
–Ahora si, hasta mañana.
–Hasta mañana. –saludo
Jack es mi amigo, tiene 35 años, es alto, delgado de ojos azules y una hermosa sonrisa. Lo conozco hace 15 años y trabaja para mi desde hace mucho tiempo, es un gran doctor y lo admiro demasiado.
–Joel. –llama una mucama
–¿Si?
–Alisa me contó que su cuarto está ocupado y me mandó a preparar el de al lado, ya está todo listo.
–Muchas gracias Penelope, puede tomarse el día.
–Gracias.
Volví a la cocina.
–Gracias Alisa, siempre atenta.
–Para eso estoy, ya debo irme pero te preparé unos sándwiches y un jugo de naranja natural, como te gusta.
–¡Mil gracias! Mándale un saludo a Conall, y a la bebé, espero que la traigas pronto.
–Así será, Joelito. Cualquier cosa que necesites me llamas.
–Lo haré. –sonrío
Al irse, me pongo a comer, y mi mente me carcome con pensamientos de este chico. ¿Quién es? ¿Por qué estaba en ese estado? ¿Tendrá familia? ¿Podrá superar todo esto? ¿Se lo habrá buscado, o simplemente fue dañado y no se lo merecía? Esas preguntas poco a poco, tal vez no todas, con el celular en mano y unos llamados, las fui respondiendo.
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¿Y si me abrazas? ~Joerick~
Fanfiction"-Erick, ve a las calles, y cuando vuelvas que sea con plata. -P-pero esta frío y lloviendo. -¿Me importa? No. Te vas inmediatamente". ____________________________________________ • Edición terminada. • #3 - Maltratofamiliar