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Joel.

Dos días pasaron desde que Erick se ha caído al no tener tanta fuerza. Ahora, con los medicamentos correspondientes, con bastante horas de sueño, y con una buena alimentación, ha recuperado mucha fuerza, no toda la que debería pero sí lo suficiente para levantarse.

–Buenos días! –saludo entrando a la habitación del pequeño

–Hola Joel. –sonríe–¿Cómo estás?

–Muy bien, ¿y tú?

–Contento, no sabes cuánto te agradezco mucho lo que haces por mí. Sé que lo harías por cualquiera pero...

–Ayudar sí, siempre que alguien lo necesite, como sabes tengo una comunidad para eso y me encanta poder ayudar a quien lo necesite. Pero tú, tú tienes algo especial, me importas más de lo común.

Sonríe vergonzosamente, no se esperaba mi respuesta.

–Amalia, pasa. –digo al escuchar el golpe en la puerta

–Traje el desayuno.

–Muchas gracias.

Al irse, acerco la mesa pequeña con rueda hacia Erick y me siento en la cama. Le alcanzo la bandeja, luego de ordenarle que se siente para desayunar.

–Llámame cuando termines.

–¿Para?

–Te gusta hacer muchas preguntas. ¿Verdad? –me río

–N-no, solo curiosidad.

–Te ayudaré a bañarte y luego saldremos a ayudar a... ¿cómo se llaman?

–Son la pareja Harris, sus nombres son Catherine y Alfredo. –responde alegre, como un niño pequeño

–Entonces come, que alguien nos espera.

Me voy del cuarto y busco ropa, me doy un baño de unos 20 minutos, agarro otra ropa y voy al cuarto de Erick.

–¿Terminaste?

–Si.

–Ven te ayudaré a bañarte.

–Pero puedo solo...

–¿Ah sí?, ¿seguro? Piensa en los días pasados, aparte si te da vergüenza que te vea no te preocupes que ya lo hice. –comento lo último sin darme cuenta

–¿En serio? –pregunta, e intenta esquivar mi mirada, con las mejillas sonrojada

¡Dios! Éste chico, se ve tan tierno. ¡Es muy lindo!

–Lo que pasa, es que bueno, ya sabes... el tema es que cuando viniste yo te lavé todo porque estabas todo con sangre y eso. –respondo nervioso

¿Nervioso yo? ¡Erick! ¿Qué me has hecho?

–¿Podemos ir a bañarme, ahora? –pregunta sutilmente y avergonzado

–Vamos.

Lo ayudé a bañarse, no voy a negar que mis ojos querían ver más allá, de lo que debía. Por supuesto que no lo he hecho, sería muy irrespetuoso.

–Listo, estás hermoso. –comento, sin pensar

–Gra-gracias.

A la hora, cuando estábamos en perfecta condiciones de partir. Subimos al auto, que en éste momento lo está manejando mi chófer Agustus.

–Es hermoso. –Erick me mira, una pequeña sonrisa se asoma

–¿Lo qué? –curioso pregunto

¿Y si me abrazas?   ~Joerick~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora