Capítulo 27: El paraíso tras el infierno.

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Tomó la moto, subió la cremallera hasta el cuello y se puso el casco para salir en dirección a la casa que compartían todos. Era tarde, pero siendo sábado, muy posiblemente, Sasuke aún estaría despierto practicando con la guitarra. Era un apasionado de la música y eso era algo que a Naruto le fascinaba de ese chico. ¡Su alma gemela! Estaba convencido de ello.

Sus compañeros aún no habían llegado a casa, seguramente tardarían y cuando lo hicieran, se resguardarían en sus cuartos tras aquella infernal noche. Si estar con Sasuke era el paraíso... unas horas con Kabuto eran un infierno. Dejó la moto en el garaje y subió con rapidez por la casa quitándose el casco.

Todo estaba en silencio y era raro. Miró el reloj de la pared. Casi la una de la madrugada. ¿Era posible que Sasuke se hubiera ido a dormir? La última vez parecía muy cansado y tuvo que cargarle hasta su habitación puesto que no sabía dónde estaba durmiendo Sasuke.

Decidió que pasaría primero por la cocina a beber algo y luego daría una vuelta por la casa por si acaso le encontrase. Si no tenía esa suerte, no le quedaría más remedio que irse a dormir y mañana intentar encontrarle.

Tras beber un vaso de agua bien fría, se encaminó hacia los pasillos de la gran casa. Los estudios estaban vacíos, los pasillos desiertos y finalmente, decidió dar una última vuelta por el jardín aunque dudaba que estuviera fuera con el fresco que hacía. No fue hasta que llegó al porche, que unos acordes llegaron a sus oídos. ¡Era Sasuke! Estaba convencido de que era él, pero no venía del jardín, estaba en el interior del edificio. Quizá en el ala destinada al personal.

Fue directo hacia allí, dejándose guiar por los acordes. Era increíble cómo tocaba ese chico, le tenía sumamente fascinado, más sabiendo que aprendió tocando en el hospital con su padre. No había tenido profesores, tan sólo su padre y vídeos de artistas famosos de los que aprendía.

Al llegar al cuarto de lavandería, abrió la puerta sin siquiera llamar. El sonido provenía de allí. La luz estaba encendida pero era demasiado débil, casi como si estuviera a punto de fundirse la bombilla. Aun así, Naruto pudo ver cómo Sasuke estaba trabajando en una partitura, seguramente algo suyo personal.

- ¿Naruto? – preguntó Sasuke al verle entrar.

Quiso responderle y sobre todo... sonreír al verle, pero la mueca de sonrisa se congeló en su rostro al ver un pequeño futón tirado en el suelo. Olía a químico, seguramente de los detergentes que utilizaban para la ropa y eso no podía ser bueno para su salud.

- ¿Por qué... tienes un futón aquí? – preguntó con dudas.

- Naruto, yo...

- ¿Estás durmiendo aquí?

- Es el cuarto que me asignaron, sí – comentó Sasuke.

- Recoge tus cosas, te vienes a mi cuarto.

- Naruto, espera... no puedo...

- Esto no es debatible, Sasuke. No es bueno para tu salud así que te cambias de cuarto ahora mismo. Mañana tendré una seria conversación con Orochimaru. Si es tu tutor, no debería dejarte dormir en un lugar así.

Una sonrisa detuvo a Naruto y todo el enfado que tenía encima en ese instante. Estaba seguro de que Sasuke había entendido su preocupación, pero sonreía, mejor dicho... empezó a reír.

- ¿Por qué te ríes? – preguntó Naruto con cierto enojo a la vez que sonrojado al verle en ese estado. ¡Le gustaba cuando reía!

- Me gusta cuando te enojas – se reía Sasuke.

- No tiene gracia, Sasuke.

- Sí la tiene, pones esa cara y ahora te sonrojas.

El conserje rockstar (Naruto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora