Quiero Ser Tuya (Libro #3. Serie Tuya)

Capítulo 29

CAPÍTULO 29

AMALFI, ITALIA

MAURIZIO

¡Joder, eso ha sido intenso!

Sigo sin saber cómo mierdas aguanté tanto teniendo a mi Faby como una diosa sobre mí pero quise que ella tuviera el control y no me arrepiento, fuimos a su ritmo y ha sido increíble.

Finalmente la he hecho completamente mía, estar dentro de su glorioso cuerpo es una cosa alucinante, es tan caliente y estrecha, como ninguna.

—¿Me vas a cargar hasta el baño, novio? Quiero hacer pis pero no sé sí mis piernas aguanten—. La miro apoyar su barbilla en mi pecho y sonrío.

Ella es tan hermosa, su cabello está revuelto, sus ojos brillan y sus labios están inflamados, toda ella delata lo que acaba de pasar y es tan sensual sin siquiera intentarlo.

Seguimos entrelazados porque ninguno ha querido moverse de esa posición. Sabía que sería algo doloroso para ella por lo estrecha que es, así que quise darle orgasmos antes de llegar a ese momento de la penetración, aún así ella estuvo increíble.

—Vamos, amor.

Ella se incorpora con cuidado, moviéndose lentamente para hacerme salir de su cuerpo, suspiro al sentir la perdida de su calidez, apenas empezamos con todo esto y ya quiero estar con ella de nuevo. Sus ojos se enfocan entre nuestros cuerpos y sus mejillas se sonrojan con un dejo de vergüenza.

Me muevo para ver lo que le causa tal reacción y observo el rastro de sangre en mi pene y entre sus piernas —Es normal, amor, no pasa nada ¿Bien? —La envuelvo entre mis brazos y ella me aprieta con fuerza

—Gracias por ser tan maravilloso conmigo, vas a llevarme al baño a hacer pis y hemos avanzado años en nuestra relación —murmura contra mi pecho y no puedo evitar reírme de sus ocurrencias

—Faby...—. Tomo su rostro para encontrar sus ojos que brillan y me miran con un amor desbordante que me llena el pecho—, nunca debes sentir vergüenza conmigo de nada, somos novios, amigos, amantes, todo lo que quieras, y hay confianza, todo lo que pase contigo me importa y puedes decírmelo con libertad.

—Lo prometo, novio...¡Ahora apúrate porque en verdad me hago pis! —Me río antes de salir de la cama y cargarla hasta el baño, no creo esté tan débil pero no negaré que disfruto de todo esto con ella.

Mientras Faby hace lo suyo, pongo a llenar la tina para meternos juntos, siento su mirada en mi trasero y me giro para verla comerme con los ojos —Tú te pones en bandeja de plata, mis ojos se desvían solitos —dice con fingida inocencia y sonrío.

Vuelvo a lo mío y de repente la siento abrazarme por la espalda, sus dedos recorren mi abdomen y sonrío —¿Cómo te sientes? —Empieza a dejar pequeños besos en mi espalda

—Bien, arde cuando ya sabes, el pis entra en contacto con todo pero nada para morirse, novio, de verdad —asegura y me giro para mirar que está sonriendo.

Se guinda de mi cuello para besarme y su atrevida lengua me provoca al instante, aprieto su trasero y su suave cuerpo se frota contra el mío, excitándome como solo ella puede hacerlo.

Sus besos descienden por mi cuello, donde siento como chupa con fuerza como si quisiera marcarme, la dejo hacer lo que quiera, ella me tiene en sus manos.

Sigue provocándome con sus besos hasta que siento muerde una de mis tetillas y gruño empuñando su cabello, ella obra maravillas sin intentarlo demasiado, hace lo mismo con la otra y jadeo excitado. Sigue descendiendo por mi abdomen, donde hinca sus dientes en cada división mientras siento una de sus manos cerrarse en mi pene.