Extras: Tiempo de Perdonar

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EXTRAS: TIEMPO DE PERDONAR

FLORENCIA, ITALIA

FRANCO

No han sido fáciles para mí los últimos meses, nada fáciles la verdad pero concentrarme en mis hijos, mis sobrinos y el centro ha mantenido mi mente ocupada.

Sara y yo establecimos una relación cordial por los niños, creo que lo sucedido con Geo que ninguna ha querido decirme fue un llamado de atención para ella, porque su carácter ha mejorado después de la liberación de Dante.

Yo no he firmado el divorcio y ella no ha insistido tampoco.

No voy a fingir que no me duele pero es difícil recuperar cuando tanto se ha roto y no es por falta de amor como muchos puedan pensar, sino porque se rompe la confianza y el respeto, dos de los pilares fundamentales en una relación.

La confianza es lo más difícil de ganar pero lo más fácil de romper.

Pero porque ella me lo ha pedido es que he hecho esto de reunirlos a todos, Sara quiere pedir perdón por lo que ha hecho, no sé cómo vayan a tomarlo, sobre los demás no tengo control.

—Sabes que eres mi hermano y te amo, Franco, pero yo no puedo aún sentarme a escucharla, lo siento, sé que mi esposa y Faby lo harán porque son nobles pero yo no lo soy y lo sabes —dice Dante palmeando mi espalda y asiento.

—Yo tampoco sé cómo sentirme, digo, no hemos hablado bien y duele que ahora seamos como dos extraños pero te agradezco me dejes hacer esto.

—Por los hijos hay que hacer sacrificios y creo esto es necesario para ustedes y los niños, yo te apoyo, Franco, de verdad lo hago, así decidas volver con ella alguna vez pues la toleraré pero no sé si pueda superar en un futuro cercano esta rabia que siento.

Y no lo culpo, Geo y sus hijos son su debilidad, no haber estado presente en el parto del pequeño Franco ha sido duro, eso rompió indiscutiblemente algo en Geo que creo no podrá recuperarse y que nos duele a ambos porque ninguno quería que las cosas llegaran a ese extremo.

—Estaré jugando con mis bebés mientras ustedes hablan, tómalo con calma ¿Sí? Recuerda que ya ninguno es el mismo de hace unos meses, trata que mi niña no se altere mucho porque está a poco de su cesárea—. Me advierte.

Veo la preocupación plasmada en su rostro, sé que le aterra que precisamente Faby deba ir a cesárea, además que su pelvis es pequeña, una de las placentas está muy baja.

—Dante...

—Dime.

—Yo también te amo, cariñito —digo y él sonríe antes de palmear mi hombro de nuevo y salir de mi estudio.

Nos molestamos a morir y siempre me quejo pero Dante es el hermano que me dió la vida, somos familia.

Voy a la sala donde Geo, Maurizio y Faby están sentados conversando, la tonta me mira y palmea el asiento a su lado, no dudo en llegar a ella que toma mi mano y deja un beso en el dorso.

—Todo estará bien, Franquito de mi vida y de mi corazón, esto es necesario para todos y aunque aún me molesta un poco creo que es el primer paso para que las cosas mejoren para todos ¿No crees? —dice con una sonrisa.

—Tío, sabes que te amo y estoy aquí porque me lo has pedido, a mí también me cuesta pero somos una familia y por la familia se hacen algunos sacrificios, en especial por alguien como tú.

—¡Basta, pequeña rubia! —La veo sonreír y levantarse para llegar hasta mí y sentarse en mis piernas.

La acuno en mi pecho y acaricio su prominente abdomen para sentir a esos pequeños moviéndose, creo me he vuelto un sensiblero de mierda porque me emociona la llegada de mis sobrinos.

Quiero Ser Tuya (Libro #3. Serie Tuya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora