Quiero Ser Tuya (Libro #3. Serie Tuya)

Capítulo 25

 CAPÍTULO 25

FLORENCIA,ITALIA

FABIANNA

Han suspendido mi última clase y ya mañana es viernes, no tengo clases porque mi profesora debe viajar. Así que aprovecharé para sorprender a Mau, guardo con cuidado en el bolso mi ropa y un atuendo especial para mostrarle. Me río de mis ocurrencias pero hay tanto que quiero hacer con él que es una locura. Este viaje de exploración es maravilloso y quiero llevar las cosas un poco más allá.

El trayecto se me hace corto, tal vez por la emoción de verlo, cuando llegamos veo que Nico se ríe porque me bajo corriendo. Es inevitable¡Muero por verlo! Subo a su apartamento, toco la puerta y me abre enseguida.

—¡Mau!—Me trepo a su cuerpo mientras lo beso y él me carga hasta dentro mientras cierra la puerta con una patada. —Sorpresa... —murmuro contra sus labios y sonríe como solo él puede

—Me encantan las sorpresas—. Aprieta un poco mi trasero y nos lleva a ambos al sofá —Hola, amor—. Toma mi rostro entre sus manos para mirarme y me pierdo totalmente en el azul de sus ojos

—Hola...—murmuro porque la voz y la respiración siempre se me cortan cuando me mira así —Mañana no tengo clases y pensé que...

—Te quedas conmigo—. Me interrumpe deslizando su pulgar por mis labios en una suave caricia que me hace suspirar

—Voy a cocinar para ti pero primero te tengo otra sorpresa.

—¿Más sorpresas? —pregunta divertido y asiento. —Me encantan las sorpresas—. Me inclino para unir mi frente a la suya, nos quedamos mirando en silencio varios segundos. No hay necesidad de muchas palabras entre nosotros cuando lo que existe es tan intenso

—Espera un momento...—. Le doy un corto beso y me levanto de sus piernas,me quito la chaqueta y su mirada se oscurece al instante, recorre mi cuerpo con deseo y siento la piel se me eriza —No te haré el streptease hoy, pero pronto... Lo prometo—. Me quito las sandalias y le doy un guiño antes de tomar mi bolso y correr, escucho como se ríe

—¡Te amo! —grita y mi corazón se descontrola como cada que me lo dice

—¡También te amo! ¡No me tardo! —grito desde su cuarto y sonrío al ver los dibujos de mis hermanitos pegados en la pared.