Quiero Ser Tuya (Libro #3. Serie Tuya)

Capítulo 10

CAPÍTULO 10

FLORENCIA, ITALIA

MAURIZIO

—Mau, despierta...—. Escucho a lo lejos un susurro y siento acarician mi rostro, tardo varios segundos en abrir los ojos y parpadeo incrédulo antes de dar un brinco en la cama

—¿Tía Manuela? —La veo sonreír y estirar su mano para tocarme, el miedo y los nervios desaparecen al instante

—Hola, mi niño hermoso...

—¿Tía? —Estiro mi mano para tocarla y se siente tan real

—Claro que soy yo, mi niño... ¿O es que tienes otra tía favorita? Aunque lo sabría, lo sé todo —dice dándome un guiño

—¿Qué haces aquí?

—Ando dando vueltas cuando mis niños me necesitan —dice como si eso lo explicara todo —Solo vine para decirte que debes calmarte, mi niño, mira cómo estás... —. Siento sus dedos en mi rostro y cierro los ojos disfrutando ese toque confortante que siempre tuvo.

Han sido semanas muy difíciles, cuando me hicieron ese llamado a Roma no tenía idea que era una especie de entrenamiento para darme la dirección de mi división. No contaba con esa capacitación "especial" que no ha sido más que un maldito entrenamiento como en un campo de concentración.

No he tenido acceso a teléfono ni ninguna forma de comunicación con nadie porque se supone estos entrenamientos son "secretos"

¡Secretos una mierda!

No he podido dormir decentemente en semanas, tengo esta horrible sensación en mi pecho, como si algo me faltara, un desasosiego desesperante que siento me va a volver loco en cualquier momento, no me gusta, todo me altera, estoy de mal humor y necesito desesperadamente volver a Florencia.

—Debes calmarte, ya vas a volver pronto donde perteneces y todo estará bien, mi niño...

—¿Y Geo?

—Ella está bien, búscala tan pronto vuelvas y vive sin miedo, mi niño... Vendrán cosas muy buenas para ti pero debes ser muy fuerte ¿Estamos?

—Eso solo significa sufrimientos y problemas—. Ruedo los ojos, ella sonríe y me da una palmada en la mejilla

—Todo tiene su recompensa, amor... Solo mantén el corazón y los ojos muy abiertos, aunque ya esa máquina está tomada—. Pone su mano en mi pecho dándome un guiño y no entiendo sus palabras

—Solo quiero reparar las cosas con Geo ¿Crees que me perdone?