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—Lo siento

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—Lo siento.

Yuto se enderezó en su asiento, mirando hacia el doctor que estaba hablando con HyungGu.

El chico estaba de pie frente al hombre, con la boca temblando.

—No se pudo hacer nada.

Yuto dejó el café que sostenía a un lado, poniéndose de pie, caminando hacia Kino que parecía a punto de derrumbarse, de quebrarse frente a él.

—Kang MinJu falleció de un ataque al corazón.

—No...

La voz de Kino era como un gimoteo lleno de dolor, como el aullido de un animal herido, pidiendo que alguien lo agarrara, lo sostuviera en sus brazos.

—Lo lamentamos.

El doctor se retiró con la enfermera, dejando a la pareja solos.

HyungGu rompió a llorar a gritos y Yuto lo tuvo que sostener en sus brazos, atrayéndolo a su pecho mientras el mundo parecía desmoronarse alrededor de ellos.

El llanto de HyungGu rompía el corazón de Yuto por completo, pero aun así lo atrajo contra sí, besándole el cabello, acariciándole la nuca.

—Está bien, Kinito, estoy contigo —le murmuró en voz baja por sobre el desgarrador llanto de HyungGu, cerrando sus ojos.

—Está bien, Kinito, estoy contigo —le murmuró en voz baja por sobre el desgarrador llanto de HyungGu, cerrando sus ojos

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HyungGu llevaba acostado en la cama dos días, saliendo sólo para ir al baño y comer lo que le cocinaba Yuto.

El rubio suspiró, agotado, entrando al cuarto. Las cortinas estaban puestas, haciendo que el lugar se viera más deprimente y horrible que nunca.

Observó la cama con Kino encima, dándole la espalda, acurrucado bajo las mantas, y pensó en la vez que hicieron el amor allí mismo.

—Kinito —le murmuró sentándose al borde de la cama, acariciándole el hombro—, hay que ir al funeral de MinJu noona.

Los hombros de HyungGu se sacudieron con el llanto, pero no se movió.

Se quedó un momento en silencio, dejando que el chico sollozara todo lo que quisiera.

—Vamos, Kinito, a ella no le gustaría verte así —susurró con la voz temblando.

HyungGu lloró con más fuerza.

—Quiero.... Es-estar... solo... —balbuceó entre lágrimas, moviéndose levemente para que Yuto dejara de tocarlo.

El moreno mordió su labio inferior, sin ponerse de pie.

—Kinito...

—¡No! —gritó con la voz destrozada—. ¡No... no lo en-entiendes! —el chico salió por debajo de las mantas, revelando su pálido rostro, sus mejillas encharcadas por las lágrimas—. ¡Solo! ¡Déjame solo, Yuto!

El moreno se puso de pie, sintiendo la paciencia agotándose, pero trató de controlarse para no sonar frío y duro.

—Estaré en el comedor —le dijo girándose.

HyungGu gimió.

—¡Vete! ¡Vete, Yuto! —el aludido se quedó quieto—. ¡¿Sabes qué día es hoy?! ¡Hoy se cumplen los seis meses, Yuto! ¡Fuera de mi vida! —rompió a llorar otra vez—. No sirvió de nada... MinJu murió igual...

—¿De qué hablas? —la voz de Yuto era helada.

—De esta farsa —sollozó HyungGu—, de todo esto. Necesitaba dinero para el tratamiento de MinJu, pero no sirvió... Venderme no sirvió...

Yuto se giró, pálido, roto.

—¿Mi mamá...?

—¡Dijo que le pagaría las quimioterapias si fingía ser tu maldito novio, pero no sirvió de nada, MinJu se fue y me quedé solo!

Yuto retrocedió, sintiendo su garganta apretada, sus ojos escociendo.

—Kino...

—¡No quiero verte, déjame solo, maldita sea!

Yuto obedeció.

Trataré de actualizar cada dos días pero al igual gracias por su espera

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Trataré de actualizar cada dos días pero al igual gracias por su espera. 

Novio de alquiler || YuKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora