Capítulo 9

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-No me hables.

Genya había pasado todo el viaje en auto intentando explicar lo que había pasado con Nezuko, que ella sólo estaba practicando y que no sentía nada por él, pero Sanemi solo le había dicho eso, rechazándolo sin piedad, sin siquiera mirarlo. Definitivamente lo estaba ignorando, Genya entendía que estuviera dolido, pero no era razón para ignorarlo así, incluso cuando ya estaban en la casa se reuso a prestarle atención.

-Aniki - lo llamó - de verdad lamento lo que pasó - después de explicar la situación más de una vez solo le quedaba intentar disculparse.

Estaban en el pasillo, camino a la habitación que ambos compartían. Sanemi se detuvo justo en la puerta de esta y lo volteó a ver, sin decir nada, no parecía estar enojado o molesto, solo triste. Se afirmó en el marcó de la puerta dispuesto a escucharlo.

-Ella no siente nada por mi, solo quería practicar su confesión para la persona que de verdad le gusta. La razón por la que me lo pidió a mi fue porque sabía que no le daría importancia - explicó nuevamente - sé que debió dolerte - acarició la mejilla del mayor con ternura - en tu lugar es probable que hubiera reaccionado aún peor, pero tienes que creerme - suplicó - yo no siento nada más que una amistad por ella.

Tenía la mirada baja, ya no tenía fuerzas para mirar a su hermano mayor a los ojos, estaba intentando de todas las formas posibles no llorar, apartar las extrañas palabras que resonaban una y otra vez en su cabeza nubladole el juicio. Se aferraba al cuello de la camisa del contrario esperando que se dignara a decirle algo.

-Aniki - susurró con desesperación apoyando su cabeza en el hombro de Sanemi sin ser capaz de contener el llanto - no me rechaces, por favor.

"¿Pero por qué? ¡Yo soy tu hermano!"

Culpa, remordimiento, desesperación y soledad, sentimientos que en un pasado lejano ya le había hecho experimentar a Genya. Sanemi se había equivocado otra vez, había hecho llorar a su hermano por un tonto arrebato de celos causados por una situación que el menor ni siquiera había correspondido, algo que no era su culpa y que aún así suplicaba por su perdón. Era un idiota, un idiota que no era merecedor del amor incondicional que le brindaba Genya, pero que aún así, lo tenía. Tenía al menor solo para él ¿y como lo agradecía? Haciéndolo llorar, rechazándolo y aumentando su inseguridad. Prometió protegerlo de cualquier cosa que pudiera lastimarlo ¿pero que se supone que debía hacer si quien lo lastimaba era él? Genya solo lloraba cuando él estaba involucrado.

-Genya - lo envolvió fuerte entre sus brazos, perdiendo la fuerza en sus piernas causando que lentamente se deslizara hacia el suelo usando su espalda contra la pared como único punto de apoyo, el menor se dejó caer también, acogido en su abrazo - lo siento mucho, por favor, perdóname - no lo merecía, pedía un perdón que definitivamente no merecía. Había sido un bastardo atreviéndose a tratarlo así y aún tenía el descaro de apelar a la bondad de su hermano.

Genya continuaba llorando desconsolado acuñado en su pecho, sentía su camisa humedecerse por las lágrimas y el aliento caliente proveniente de los quejidos quemar su piel. No sabía que hacer, no sabía cómo detenerlo, no sabía cómo hacerlo sentir mejor y aliviar el dolor que él mismo había causado, estaba fallando de todas las formas posibles en este momento: como protector, como hermano mayor y como pareja.

Gotas tibias cayeron por sus mejillas, no eran suyas, con duda Genya levantó ligeramente la vista y pudo ver a su hermano con los ojos rebasados en lágrimas, tenía la mirada perdida, los dientes apretados y la fuerza con que lo abrazaba aumentaba cada vez más.

-Aniki - susurró, en un intento de traerlo de vuelta a la realidad.

-Lo lamento - sollozó.

Tiempo Perdido [SaneGen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora