Querida Cherry,
Te encontré, saliendo de la universidad.
Llevabas el cabello sujeto en una cola alta que bailaba con el viento.
Me acerqué sólo para decirte "hola",
una palabra tan simple y estúpida como esa.
Tus ojos se iluminaron con aquel brillo especial y desaté la tormenta.
Aprestaste los labios y tragaste saliva, ibas a llorar.
Te conocía demasiado bien para saberlo, así que dije lo primero que pensé:
"Estás floreciendo, Cherry".
Medio sonreíste, intentando no derrarmar gotitas de cristal.
Y me agradeciste el cumplido.
Te invité a tomar algo pero negaste fuertemente con la cabeza.
Quiero pelear por ti, Cherry.
Ahora lo sé.
Sólo que no sé cómo.
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Cherry
PoetryTe decía Cherry, aunque te llamaras Effy. Porque me recordabas a la flor del cerezo: florecía y era la más bella, pero se marchitaba con rapidez. Igual que tú.
