Querida Cherry,
Está lloviendo afuera.
Ahora me gusta la lluvia porque me recuerda a tus ojos.
Ellos eran grises, como las nubes de tormentas.
Pero jamás pensé que fuera por la tormenta en tu interior.
Siento haber provocado que en tus ojos sólo llueva.
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Cherry
PoezieTe decía Cherry, aunque te llamaras Effy. Porque me recordabas a la flor del cerezo: florecía y era la más bella, pero se marchitaba con rapidez. Igual que tú.