Querida Cherry,
Llegaré a las cincuenta cartas y te las entregaré.
Será mi último regalo en la puerta de tu casa.
Ya te he dejado una nota y una entrada para ver Sonata Arctica.
No creo que puedas negarte.
Es esta noche y te lo he dicho en la nota
«Si no tienes con quien ir, espero que así sea, paso por tu casa a las cinco»
Y allí estaré, Cherry.
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Cherry
PoetryTe decía Cherry, aunque te llamaras Effy. Porque me recordabas a la flor del cerezo: florecía y era la más bella, pero se marchitaba con rapidez. Igual que tú.