Sin Remitente || KakaHina

Martes.

—Así que, Kakashi...¿Una estudiante, eh?— caminaban entre los pasillos, rumbo a uno de los salones.

Gai, su amigo desde años, lo miraba pícaro. Le había contado lo sucedido el día de ayer, pero al parecer había sido una mala idea. No dejaba de molestarlo que cual de todas las estudiantes sería.

—Gai, sólo son cartas—

—¡Oh vamos, Kakashi! ¿Qué no te da ni siquiera una pisca de curiosidad por saber quién es? Ella misma te confesó que no busca enamorarte, que solamente te quería confesar sus sentimientos. Uh, qué romántico— suspiró. Pues sí, tenía mucha curiosidad, pero aquella chica lo dejó en aprietos, puesto que ayer con sus estudiantes les preguntó sobre quién le había dejado una carta, pero todos negaban.

—No hay ninguna chica en el aula que tenga la misma letra— confesó.

—¿No te parece algo sumamente raro? Vaya, la estudiante no quiere que sepas quién es, pero prácticamente te la ha dejado fácil— comentó Gai.

—No entiendo—

—En la carta ella menciona que ya no volverás a saber de ella, ni ella de ti. Lo más probable es que sea de último grado—

Y como si las piezas encajaran, su cerebro hizo un "click". Cómo no había pensado en eso.

—Tengo que irme, la clase ya comenzará— tocó el hombro de su amigo en forma de despedida, y comenzó a caminar.

Mentiría si no se encontraba ansioso por ver aquel nuevo sobre en el escritorio.

Y como si lo hubiera invocado, al abrir la puerta y ubicar sus ojos en el mueble, visualizo otro nuevo sobre, pero de color rosa claro.

"Martes 13

Recuerdo un día cuando nos encontramos en un pasillo, diría hasta que es destino. Caminaba totalmente absorbido en sus pensamientos, era semana de exámenes por lo que lo entendía. En su mano derecha, llevaba un café como queriendo mantenerse despierto, mientras que en la izquierda su habitual maletín.

No pude ni siquiera dirigirme a usted, me ponía totalmente nerviosa. Lo miré y esperaba que usted me devolviera la mirada. Pero no, pasó de largo.

Ese día me di cuenta que usted es una persona totalmente ajena a lo que la gente haga a su alrededor. Quiero decir, podría haber miles de distracciones pero usted solo pondrá el cien por ciento de su atención en lo que desea.

Eso ha sido otra de las cosas de los que me ha atraído de usted.

Aunque que más me hubiera gustado que me mirara, pero bueno, son más de diez años de diferencia, que ni siquiera mis compañeros me ven.

Soy una persona invisible. Por lo que le vuelvo a comentar, que será totalmente imposible que sepa de mi existencia.

Al principio quería que supiera quién era, pero no lo veo necesario. No cuando ni siquiera aceptaría mis sentimientos.

Sé que tiene mucha curiosidad ¡Hasta yo la tendría! Pero le confieso que hasta hacer estas cartas en anónimo me pesa mucho. Aveces no encuentro el valor de siquiera dejarlas en su escritorio, pero mis amigas me animan a hacerlo.

Tal vez si me hubiera ido con estos sentimientos de por medio, nunca lo podría sacar de mi cabeza.

Por cierto, ¿Podría no contarle al profesor Gai sobre todo esto? Ha hecho un escándalo diciendo que alguien le ha estado dejando cartas, y al parecer todo el Instituto ya sabe de "las cartas secretas".

Bonito día, Kakashi-san.

Anónimo".

Maldecía a Gai.