Sin Remitente || KakaHina

Miércoles.

—¿Qué?— comentó la chica sonrojada, con varios libros en su pecho.

—¿Eres la chica de las cartas?— susurró a la pelirroja.

Sabía que estaba cruzando la raya, pero en verdad que no había podido pegar el ojo en toda la noche por darle tantas vueltas al asunto.

Cada que pasaba de clase en clase, en el pasillo que veía una estudiante le preguntaba sobre aquellas cartas. Algunas decían que si, pero el no les creía. La estudiante de la carta no diría la verdad tan rápido.

¿Porqué hacia esto? Ni el lo sabía, no entendía porque tenía tanta curiosidad por saber la identidad de aquella chica, pero ahí seguía, aquel piquete de curiosidad por encontrarla.

—Y-yo, profesor...¿Me está invitando a salir?— su sonrojo aumentó cada vez más, haciendo que Kakashi suspirara.

—No. Ve a tu clase— movió su mano en signo de que se fuera, y la chica solo asintió.

Definitivamente todo eso lo estaba volviendo loco. Había estado recibiendo varios regalos, chocolates y demás por ser día de San Valentin. Sin mencionar que ya varia cantidad de mujeres se acercaron para una cita.

Este día debería de llamarse San Tragedias.

Camino a la última clase del día, siendo puntual cinco minutos antes del inicio, captó su atención un pequeño paquete.

Se encontraba un bento negro y el habitual sobre pero ahora color rojo encima de este.

"Miércoles 14

Bonito día, Kakashi-san. ¡Feliz día del Amor y la Amistad! Sé que ha recibido una gran cantidad de regalos en este día, y yo no quería que fuera algo monótono como hacen cada festival de regalar dulces, así que...le traje comida.

Créame que ha sido todo un reto. No tengo la menor idea de qué le gusta y que no, me pase toda la noche imaginando algo de su agrado, y hasta hice que mi hermana me ayudara.

Ella piensa que se trataba de un chico de mi salón, imagine si le dijera que es para mí profesor de Historia.

Probablemente no dejaría de hacerme burla.

Hoy en la mañana lo miré preguntando a cada chica que encontrara sobre si ellas eran las dueñas de las cartas, desde mi posición, debo confesar que me dio mucha risa.

Parece que lo eh picado ¿eh? Qué chistoso sería verlo ahora. Y eso es otra de las cosas que me gustan de usted.

Es totalmente terco, y nadie lo saca de esa posición. Más lo eh estado pensando mucho, y lo eh discutido con mis amigas.

Me han hecho dudar mucho sobre terminar con todo esto de las cartas, pienso que ya eh avanzado mucho para dar un paso atrás. Y estamos en Miércoles. Me quedan otras dos cartas más por escribir en esta semana, y la siguiente.

¿Debería de presentarme con usted el último  día? Aunque, me agrada mucho estar así de anonimato, tal vez lo dejaré con duda.

Es agradable que busque la manera de saber quién soy en realidad, o tal vez simplemente piense que soy una loca por su persona.

Aunque, eso no lo podría negar.

Pd. Espero le guste.

Pd. del pd. Bueno, tampoco me agrada verlo sufrir. Sólo le comentaré que mi cabello es negro.

Disfrute la comida, Kakashi-san.

Anónimo".

Soltó la carta y pasó sus manos sobre su cabello. Todo aquello sí que lo estaba haciendo sufrir. Parecía un chiquillo en búsqueda de la chica de sus sueños.

Sentía que le iba a volar la cabeza.