-¿No va a comer otra cosa?- preguntó curioso. Ya la soñaba comiendo repetidamente esos dulces.
-No me canso de comerlos, Neji.- sonrió satisfecha, dando así una mordida a su rollo endulzado. Neji suspiró.
-Hinata-sama, eso trae muchísimas calorías. Podría terminar como, ya sabe- susurró.
-¿Como ya sé quién?- preguntó, confundida.
-El gordinflón, ya sabe.- Hinata sonrojó.
Hace algunos meses, había decidido salir a pasear por las centrales, encontrándose hambrienta, entró a un restaurante de barbacoa.
Al tomar asiento, un chico de estatura promedio, relleno, cabello café y sumamente tierno, le preguntó si podía estar con ella.
Gustosa pensando en tener compañía, accedió.
Mala idea.
Desde aquél día el chico le mandaba comida a su casa cada semana, como excusa de quererla ver. No sabía cómo negarle.
-No te preocupes, créeme que de todo esto jamás podría causarme- sin terminar la frase, terminó totalmente sonrojada. Sus ojos sorprendidos, no podían dejar de visualizar la entrada.
-¿Causarle, qué?- preguntó Neji.- ¿Hinata-sama?-
Sus ojos hicieron contacto con otro par obscuros. Como si de una ráfaga se tratara, apartaron miradas.
-Y-yo...- y siendo embelesada, totalmente absorta en la persona que iba camino al mostrador.
Neji, confundido, frunció sus labios, guiando su mirada a lo que observaba su prima.
Era un hombre, de un color de cabello muy particular, nunca había conocido a nadie más de esa misma tonalidad, extremadamente alto. Volteando a mirar a la azabache, la notó pálida y sonrojada.
Preocupado, ubicó su palma en la frente de su compañera.
-¿Se encuentra bien? ¿Le causaron malestar esas cosas?- Hinata volteó a mirarlo, asintiendo.
-Estoy bien, gracias Neji- sonrió.
Y aún más confundido, el castaño decidió dar por terminada aquella incómoda conversación.
Por su parte, Hinata no podía dejar de observar a su profesor. Había tomado asiento a un par de mesas lejos de ellos, con una taza de café negro y un par de libros.
Se había dado cuenta que no podía despegar su mirada de aquellas cuantas páginas, la lectura si que lo absorbía por completo. Y pensaba, que aunque ella intentara acercarse, no le interesaría en absoluto.
Al terminar, pagaron la cuenta y salieron de la puerta principal, disfrutaban los pequeños copos que iban formándose mientras el silencio hacía por demás la plática.
Estaban a finales de Febrero, por lo que todavía se encontraba el frío viento en Konohagakure; hasta mediados de Abril comenzaba lo que era el llamado verano.
-¡Oye!- gritaron.
Hinata, extrañada, abrió sus ojos gravemente, girando de donde venía aquella ronca voz, para encontrarse caminando hacia ellos el peli-plateado.
Madre santa.
-¿Sí?- cuestionó Neji, amablemente. Era el mismo hombre de la cafetería.
Kakashi exhaló, haciendo que humo saliera de su boca. Miró a aquellos dos adolescentes, y terminó por detenerse en la chica.
Y pasaron algunos pequeños segundos, siendo para ella minutos, unos largos minutos, cuando decidió hablar.
-¿Esto es tuyo?- sacó de su gabardina un pequeño escrito, con una pasta desgastada. La azabache, totalmente avergonzada, agarró de vuelta aquel libro, haciendo que el plateado subiera su brazo en la parte posterior de su nuca, incómodo.- "Los ojos de mi princesa" buena elección. Hasta luego- sonrió.
Caminó hacia la otra dirección, trotando. Dejando a una Hyuga sonrojada y al otro más que confundido.
. . .
Los capítulos son totalmente cortos, pero pienso que así no tienen que leer tanto relleno (?) La historia ya está casi terminada por lo que las actualizaciones serán seguidas pero, no tanto. Para que tome deperdido un mes en terminarla.
Gracias por leer hasta acá que siendo sincera esta historia no pensaba que fuera a conocerse <3
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Sin Remitente || KakaHina
FanfictionHinata sabe que sus oportunidades son nulas, y describe las últimas dos semanas donde muestra sus sentimientos por uno de los profesores de Historia, Hatake Kakashi. En cartas, una al día, las deja en el escritorio de su profesor, sin remitente. #1...