D i e c i o c h o

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Karol.

Ruggero me miró divertido. La neta era que no estaba segura de cómo reaccionar cada vez que Nick pronunciaba la palabra papá. Había algo en mi que ardía, y a su vez, algo que lloraba de felicidad; no quería pasar el resto de mi vida resentida con Ruggero por haber hecho lo que hizo, y, de hecho, él se esforzaba en que no lo hiciera.

Quitó sus ojos de los míos y corrió detrás de nuestro hijo, ahora que Nick sabía la verdad, no nos molestábamos en que nadie nos vea juntos. Los rumores estaban, por supuesto, pero nunca habíamos salido de una forma tan púbica como lo estábamos haciendo hoy.

Nick corría por el parque con Ruggero detrás de él, fingiendo dar su máxima velocidad. Nick se había convertido en un gran fanático del fútbol en estos últimos días, no tanto de verlo, si no de jugarlo; y Ruggero había tenido mucho que ver con eso. Los observaba desde mi banca, sin poder de dejar tener mi cabeza dando vueltas sobre ello. No solo sobre su relación, si no sobre mi relación con Ruggero, ¿Qué pasaría de ahora en adelante? Ya habíamos comenzado con las grabaciones y pasábamos tanto tiempo juntos como cuando grabábamos Soy Luna, y aún ni siquiera habíamos hablado de eso.

Es que la neta no sé como abordar la situación, ¿Qué le digo? ¡Oye, que padre que nos hayamos besado formemos una familia feliz! 

Si.

No.

Ahora que habíamos conseguido estar bien, no quería que lo arruinemos con nuestras estúpidas confusiones, las cuales ya habían arruinado demasiados aspectos de nuestras vidas el último tiempo.

Una relación sin salida y con un final marcado era lo último que necesitábamos ahora. No soy más esa niña de 17 años enamorada de su compañero de trabajo.

— ¿Pensando en mí? — Preguntó Ruggero sentándose a mi lado mientras Nick jugaba con unos niños que acababa de conocer.

— Si, como cada día de mi vida. — Respondí en tono sarcástico, escuchando una risa de su parte. — ¿No es fascinante lo fácil que son sus vidas?

Podía sentir su mirada sobre mí, pero mis ojos estaban fijos en mi hijo, mientras sentía como todo dentro mío se revolucionaba ante su mínimo roce. No era esa niña enamorada, pero el me seguía provocando lo mismo.

— ¿Los ves? — Preguntó divertido, volviendo su mirada a Nick.

Sus palabras me confundieron, y luego entendí. Visualicé a lo lejos una jodida van, y, si prestaba atención, podía escuchar el sonido de los obturadores de cámaras. Los periodistas nos habían encontrado. Suspiré y asentí.

— ¿Quieres darles algo o prefieres sus malditos rumores? — Reí. Él lo quería.

— ¿La neta? Dejemos que hablen uno o dos días. Y luego aclaramos.

— ¿Cuánto?

— Todo. Basta de mentiras.

Encontré sus ojos fugazmente, esto es lo que debimos hacer hace mucho tiempo. Ruggero sonríe y siento suavemente desarmarse el nudo en mi garganta.

[...]

 ❝¿Ruggarol ha vuelto?❞

 ❝La pareja más esperada está de regreso❞

 ❝Parece que dejaron de temerle al éxito❞

Los titulares de las sitios de chismes eran graciosos, pero los twitts de las fans lo han superado todo. Es como si estuviera tres años atrás. Hoy todos hablaban sobre ello en el set, y mientras Ruggero y yo hacíamos algunas escenas, muchos de ellos susurraban observándonos. Y fotos de las grabaciones se han filtrado también, no queda más que dos semanas de rodaje, y luego solo será trabajo de producción, efectos, traducciones y cosas para las que nos necesitan.

Papá. »RuggarolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora