13. Los opuestos se atraen

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Sebastian no se había dado cuenta de que Winona se había acercado hasta que le dió un puñetazo amistoso en el hombro. El muchacho le sonríe a modo de saludo. Para él la muchacha era agradable y ambos tenían una...historia.

-¿Sigues sin tirar para la nada misma?- le pregunta. Sebastian rueda los ojos.

-Si- contesta. Winona hace una mueca.

-Quizás te atraigan los animales...o los niños.

-¡Winona!- grita, horrorizado. Ella se dobla por la mitad en un ataque de risa.

-No es gracioso- le dice Sebastian aunque no puede evitar que se le escape una pequeña sonrisa. Su risa era contagiosa.

-Eres un desperdicio de genes Sebastian-le dice Winona con dramatismo y mira hacia donde Sher y Levi se habían ido- creo que deberíamos seguirlos.

-¿Seguirlos?- pregunta el Chico Niebla y ella asiente.

-Creo que mi Levi trama algo y no me gustaría que tu pequeño esté involucrado. Hay que mantener al demonio separado del ángel , ¿Sabes?

Sebastian hace una mueca. Al parecer no era el único que desaprobaba aquel encuentro.

-Vamos- le contesta.

No tardan mucho en encontrarlos. Estaban sentados en los bancos que se encontraban frente a las canchas de tiro con arco y Sher ya había sacado otro chocolate.

-Haz lo tuyo- le dice Sebastian y Winona coloca su mano en su hombro. Al instante sus voces suenan tan claras como si él estuviera parado a su lado: ella tenía la habilidad de ampliar los sentidos y habilidades de otras personas, algo muy útil para los demás pero no tanto para ella misma. A pesar de todo, ella siempre usaba sus habilidades para ayudar a los demás y por eso le agradaba.

-Escuché que eres un chico listo- dijo Levi. Su voz era ligeramente grave, como la de un chico que está convirtiéndose en hombre.

-Lo soy- contesta Sher sin una pizca de modestia.

-Tengo ciertos problemas con mis habilidades- dice y Sebastian se tensa. Winona, que seguía apoyada contra él, lo nota y mira a su amigo con preocupación.

-Eres poderoso- dijo Sher y fue una afirmación. Levi le sonrío con descaro.

-Lo soy- admite- quizás demasiado para mí cuerpo. Winona dice que es porque soy muy joven y todavía no puedo canalizar bien mis habilidades, dice que tengo que crecer para poder utilizarlas a su máximo potencial, sin embargo no creo que esté en lo cierto.

Sher lo había estado observando con detenimiento y tarda un momento en contestarle.

-Mira- dice- para formular una hipótesis necesito una variable.

Levi Waters lo mira de mala manera.

-Hey, chico listo- dice quitándole la barra de chocolate de la mano- en español.

Sher se levanta del asiento rápido como un rayo y, en un segundo, le hace una llave recuperando su golosina e inmovilizando el brazo que la sostenía contra su espalda.

Vaya que Otrera lo ha entrenado bien. Piensa Sebastian.

Levi suelta una serie de insultos y, de pronto, Sher lo suelta y cae hacia atrás soltando la barra de chocolate y se hace un ovillo en el suelo.

Sebastian está por correr hacia ellos, sin embargo Winona lo detiene.

-Espera- susurra, sorprendida.

Levi se había quedado estático y miraba a Sher con sorpresa. El segundo se acunaba en el suelo y temblaba. Sebastian no podía soportar ver aquella imagen.

-Es autista Winona- le dice- es más sensible que los demás, si Levi le hizo algo...

-Le hizo algo- dijo ella y Sebastian la mira enojado- pero mira...

Levi se había puesto en cuclillas al lado de Sher y lo miraba seriamente. Winona puso su mano en el hombro de Sebastian y él volvió a escuchar a los dos muchachos.

-Levántate- le dijo Levi sin una pizca de compasión- ¿Eres un bebé llorón?

Voy a matarlo. Piensa Sebastian, sin embargo decide confiar en Winona.

-Está preocupado. Levi- le susurra ella y Sebastian frunce el ceño, no lucia nada preocupado.

-Vamos- insistió dándole un empujón con la mano. Sher seguía con su cabeza escondida entre sus brazos- ¿Eres un bebé?

-No lo soy- contestó Sher con voz llorosa y se incorporó. Ambos se observaron por un largo rato hasta que Sher rompió el silencio- tu poder es asombroso.

Aquel comentario pareció descolocar a Levi quien, por un momento, no supo qué decir. Lo más sorprendente, quizás, fue lo que Sher dijo a continuación:

-Te ayudaré- contestó y Levi asintió estirando su mano hacia él para ayudarlo a levantarse. Sher la aceptó y cuando se paró Sebastian notó que su amiguito era más alto que Levi.

-Solo alguien tan peculiar como Sher puede lograr algo así- susurró Winona, sorprendida.

-¿Qué cosa?- preguntó Sebastian observándolos. Seguían conversando, sin embargo Winona le había quitado la mano el hombro y ya no podía oírlos.

-Agradarle a Levi.

-¿Cómo sabes que le agrada?- pregunta Sebastian, curioso. Mejor que tenerlo de enemigo, piensa. Winona le regala una mirada pícara.

-Hay cosas que sólo sabemos las mujeres- dice, misteriosa y, al notar que seguía inquieto, agrega- Sher estará bien. Si le agrada a Levi, nada malo le pasará.

Sebastian los observa. Levi le estaba hablando de algo y movía sus manos efusivamente de un lado al otro mientras Sher lo observaba con atención.

-Levi podrá ser un demonio- dice la muchacha observándolo con un cariño casi maternal- pero es la persona más fiel que conozco.

-¿Sabes de qué hablaban?- le pregunta Sebastian y ella asiente.

-Leí sus labios, más o menos- admite- Levi quiere incrementar sus poderes, ¿No?- El muchacho asiente y ella se encoge de hombros- no es nada entonces. No podrá hacerlo hasta que crezca. Dejémonos ser, ya era hora de que Levi tuviera un amigo de su edad.

Sebastian los observa conversar, totalmente interesados el uno con el otro. Eran el agua y el aceite, sin embargo algo en ellos parecía haber encajado a la perfección.

-Si- le dice el Chico Niebla con cierto alivio y sonríe mirando a su versión en miniatura tener su primer verdadero amigo- ya era hora.

El Chico Niebla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora