Capitulo 20

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Al siguiente día.

Richard y paul yacían en el hogar, el doctor tenía su día de descanso por lo que pasar con el menor era su mejor opción.  También para poder organizar las vacaciones, paul está a una semana de tomarlas.
__Y bien Reesh ¿ vamos a Rusia?. Preguntó el mayor.
__No, podemos ir a algo más apartado.
__¿A Oslo?.
__Hum, me parece.
Se le ocurrió ir al lugar más frío del planeta, Noruega, justamente la capital de este país.  Algo grato para poder pasarlas a solas, aunque ellos podrán derretir ese frío país con su fuego.
Paul salía al patio a relajarse un poco mientras que Richard estaba cocinando dentro, un cigarro en compañía; ideal para ir a sentarse al jardín.
Ahí estaba la vecina, en la pequeña reja podando las plantas, en eso que vio a Paul abrió los ojos sorprendida; después de lo que había presenciado no podía mirarlo de la misma forma, por parte Paul la saludaba cortés,  como siempre un caballero.
__Buenos días vecina. Le sonreía en lo que la saludaba.
__Buenos días. Respondió a secas, estaba celosa por el doctor.
Paul estaba a pasos de dirigirse a otro lado cuando la mujer lo enfrentó.
__No sé lo que Richard vio en ti, eres tan… poco al lado de él.
Paul por su parte se volteó a enfrentarla, no dejaría que una mujerzuela lo insultara.
__Vio mucho en mi, no solo mi carrera de medico; lo hago gozar como nunca. Sonrió desafiante.
__A Richard le gustan las mujeres, quizás esta contigo por otra, por tu dinero
__¡No voy a permitir que me jodas!. Exclamó molesto
Jamás se había visto tan enojado a Paul, el era una persona muy serena y por mucho que lo fastidiaran el jamás iba a responder con una grosería pero habían tocado un lado brando de él, a su Richard.
Richard escuchó el grito de Paul por lo que fue de inmediato a ver que pasaba, ahí se topaba a la vecina quien le sonrió de forma cínica, ahora no se veía a la defensiva, más bien, bien sumisa.
__Oh Richard, buen día, hablaba con Paul.
Richard por su parte alzó una ceja serio, sabia a la perfección cuando una mujer mentía, tenía un don especial y con solo mirar podía descubrir la falsedad de alguien.
__Paul ¿Qué pasó?. Ignoró por completo el comentario de la mujer para dirigirse a su amado.
__Ella dijo que tú estás conmigo por el dinero… Bajaba la cabeza apenado.
En ese momento la furia Kruspe se veía, su cara estaba transformada, la ira que lo invadía era extrema.
__¡ Mira pedazo de puta! Tú no vengas a decir mierdas, te juro que si estás molestando a Paul o a mi te irá mal y no me importa que seas mujer,  no tendré piedad con nada.
Sin más tomó del brazo a Paul para entrarse a la casa,  Richard estaba furioso, al momento que entraron el menor encendió un cigarro para dar una profunda calada,  la mejor terapia para calmar el mal rato.
__Richard… Musitó con la cabeza abajo,  tenía miedo de que el menor respondiera mal.
__¿Qué pasa mi vida?. Respondió muy tranquilo.
__Perdon… Yo debí haberla ignorado pero me bajé a su nivel…
__A veces yo soy más maduro que tu, mi Paul.  Le regaló una dulce sonrisa.
__Perdon… no lo volveré hacer…
Richard fue a besarlo con calidez,  paul parecía un niño regañado por una travesura recién hecha que se sentía culpable por los retos, Richard no se podía enojar con su amado, sería como desquitarse con él cuando no lo merecía.
Era el momento del desayuno, compartían algo junto, un poco rápido porque Richard tenía que asistir a su trabajo, por ahora paul se quedaría en compañía del gato de los ojos ámbar en lo que Richard estaría en su trabajo.
Trabajaba en un gimnasio entrenando a físicos culturistas, gente que tenía el triple de musculatura que él  su pasatiempo favorito, aprovechaba también de trabajar su cuerpo, no quería estar flácido para su amado.
Richard entrenaba de una forma bestial, era capaz de sobre explotar su cuerpo, también era un método de distraer su mente para no pensar en consumir drogas, una excelente terapia que es beneficiosa para Paul, quien disfruta como nunca ese perfecto físico del menor.
Pasaban las horas, Richard terminaba su trabajo,  estaba más que agotado que apenas podía caminar, al parecer hoy dio todo lo de él.  Apenas caminaba por las calles rumbo a su hogar, deseaba como nunca llegar y tomarse un relajado baño.
Al momento que Richard llegaba al hogar Paul estaba metido en el trabajo, adelantando para no dejar ninguno a la hora de partir sus vacaciones, apenas vio a Richard se sorprendió de lo cansado que se veía.
__Richard…
En silencio se acercó al mayor para darle un beso.__Mi vida, déjame bañarme y soy todo tuyo. Lánguido se dirigió hasta el baño.
Como pudo preparó la tina y ahí se fue a relajar, a veces no media su rendimiento físico y generalmente terminaba más agotado que hasta en la misma hora del sexo.
Paul por su parte le preparaba un té de hierbas, junto a antiinflamatorios,  sabia que el menor había tenido rendimiento físico por lo que un relajante muscular era ideal para él, pero antes del descanso Paul se dirigía al baño y sin pudor alguno entró a este,  por ahora aprovecharía la vulnerabilidad del menor.
__Oh paullie… ¿vienes a enjabonarme?
__Si. Se quitó la camiseta y a continuación la demás ropa quedando completamente desnudo ante el menor. __ Pero antes, chupamela...
Richard quedaba sorprendido, por primera vez el mayor tomaba la iniciativa y por muy cansado que estaba no dejaría pasar esa oportunidad.  Sin esperar más comenzó a practicarle la felación al mayor, parecía desesperado, su mirada iba directo a la del mayor mientras este le daba embestidas a su boca, estaba tan deseoso del menor que sus actos eran todos con desesperación.
__Richard… te ves sexy…
Richard ignoraba las palabras del mayor y a la vez comenzaba a masturbarse delante de este, toda esa mezcla lo tenia a mil a Paul que de un abrir y cerrar de ojos terminó por culminar en la boca del menor, este apenas tragaba. Un par de segundos Richard terminaba, se oía muy cansado, apenas se podía mover de la cálida agua de la tina y eso lo notaba Paul, por el momento no era conveniente aprovecharse de ello.
__ mi Reesh… te ayudaré a bañarte.
__Si mi amor, apenas me muevo…
Paul comenzaba a enjabonar la espalda de Richard, con mucho cariño y calidez, lo hacía con tanto amor y delicadeza que Richard caía en pleno relajo. Ahí se quedaban ambos en la tina terminando de compartir un rato de amor.

El Ángel guardián ◇Paulchard◇.+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora