El Ángel guardián ◇Paulchard◇.+18

Capítulo 35

Pasaba una semana desde la boda de Richard con Paul,  parecían vivir una vida muy feliz y juntos, seguían en el mismo hogar pero con ese rol de marido y… marido.
Paul estaba arreglando el hogar muy emocionado, limpiaba como si no hubiese mañana. Mientras que Richard estaba metido en su trabajo en el gimnasio,  ahora paul estaba  dejando de lado su labor de médico para dedicarse más a su amado, solo en ocasiones atendía a pacientes de forma particular y desde su hogar.
Ahora que el doctor tenía reluciente  el hogar se sentaba a esperar a Richard,  el gato negro de los ojos ámbar  lo miraba desde el otro extremo de la sala mientras que paul por esa intimidante mirada solo se dedicó a trabajar en lo que esperaba.
El gato se movía de la nada de su lugar para ir directo a la puerta, a continuación  Richard abría la puerta, el felino podía presenciar desde lejos la llegada de su amo. Mientras que paul por su parte estaba tan metido en su trabajo que ni cuenta se dio que había llegado su amado.
__ Oh… Condenado. Dijo en lo que se agachó para tomar en brazos al gato y a continuación le hizo un cariño en lo que iba caminando hasta la sala.
Al ver que paul estaba muy metido en su trabajo el menor dejaba a un lado tanto al gato como su bolso para ir a tomar de sorpresa al doctor.
Se ponía en frente de este, venía todo sudado por la rutina violenta de ejercicios que había realizado el día de hoy,  su camiseta deportiva estaba empapada en  sudor, apegada a su marcado abdomen y pecho. En lo que estaba escribiendo paul un par de hojas el aroma peculiar de Richard lo distrajo de manera inmediata.
__ alguien necesita un baño con urgencia. Decía paul sin quitar la mirada de sus papeles.
__ Oh. Hizo mueca con su rostro__ también estoy feliz de verte. A continuación se cruzó de brazos fingiendo molestias.
__ve rápido o no hay cena. Sacudía un par de hojas queriendo echar al menor.
__ Uy si, el experto en quemar el agua me dice que no habrá cena.
En ese momento paul levantó su mirada alzando una ceja, estaba en lo correcto el menor, lo que menos sabía es cocinar por lo que no era escusa para amenazar al mejor.
__Richard, no quería hacer esto pero no me queda otra. Sacaba de sus bolsillos un par de guantes de látex para lanzarlo a la cara del menor. __¡ ve a ducharte!. Tengo la casa impecable y tú  estás muy sudado.
__ oh… maldito viejo verde. Se quitó  la camiseta delante del mayor y la lanzó al suelo a propósito,  a continuación huía directo al baño ya que podía recibir otros par de guantes en la cara.
__ ¡Ya volverás, mocoso!
Se levantó para recoger la camiseta del menor, apenas se agachaba y tomaba la prenda, pero al momento de tenerla en sus manos no pudo evitar llevarla a su rostro para tomar el aroma de esta. La mezcla de sudor y perfume varonil de Richard lo estaba cautivando, a tal punto que ese aroma había causado una sorpresiva erección pero no dejaba de oler esa prenda, aspiraba ese aroma profundamente.
Paul ya no se podía controlar,  jadeaba involuntariamente como también llevaba su mano hacia la entrepierna, estaba tan metido en su fantasía  que no se daba cuenta que el menor había terminado su ducha y venía en solo toalla con el fin de molestarlo pero se llevaba una gran sorpresa.
Solo mantuvo distancia en lo que Paul  se tumbó  de la nada al sofá  sin quitar esa prenda de su rostro, apenas se desabrochaba  la camisa abotonada  para comenzar a tocar su abdomen y deslizar sus mano hasta su entrepierna.
La escena era excelente para Richard, estaba fascinado de ver como su esposo se masturbaba  con su camiseta, solo se quedaba observando detalladamente el acto del doctor. Por parte paul ya estaba perdido en sus más candentes deseos sexuales, a tal punto que ni si quiera estaba al tanto de la presencia de Richard.
Paul estuvo así hasta que terminó por culminar en su propio abdomen,  agitado y recuperando la respiración abría sus ojos pero al momento que veía a Richard quedaba paralizado, su rostro estaba rojo hasta las ojeras de la vergüenza y sin pensarlo intentó  quitarse de encima la camiseta del menor.
__ ¡ Richard! Eh… yo…
Sin dejar que paul terminara la palabra Richard fue hasta donde se encontraba el menor para quitarle la camiseta, esta tenía tanto saliva como eyaculación de paul y obviamente impregnado  el aroma del menor.
__Vaya paullie ~ si querías pajearte  con mi aroma me hubieses dicho y te dejo mis boxers.
__¡ Ay Richard eres un puerco!
En ese momento paul intentó  escapar de Richard  pero este lo abrazaba de la cintura por atrás dejando inmóvil en el momento, su cuerpo recién limpio se apegaba al sudado de paul y como si nada Richard le susurraba.
__Paul… Tu cara es muy sexy cuando te masturbas. A continuación le besaba el cuello.
Paul estaba con la mezcla de vergüenza, enojo y excitación a la vez, no podía evitar sentir placer de sentirse prisionero del menor pese a su personalidad vergonzosa. Richard por su parte solo lo apegaba más a su cuerpo sin permitir que escapase.
__ Reesh… ya, sueltame… estoy sucio y quiero bañarme. Decía en lo que intentaba zafarse del menor.
__ No me importa Paul,  quiero hacerte mío ahora.
__¡Ya déjame cabron!
Paul no había medido el nivel de fuerza al hablar que en ese momento Richard lo soltó de golpe y al momento se retiró de la sala para ir a la habitación de huésped,  un feroz portazo sonaba tras cerrar ese dormitorio.
Por parte paul suspiró pesado sintiéndose culpable de haber rechazado a Richard por culpa de su timidez, ahora solo se iba a dar la ducha, estar bien presentable para darle unas disculpas al menor.
Richard  estaba en el cuarto de huésped bastante molesto, se sentía rechazado y ofendido en lo que se vestía, siempre manejaba parte de su ropa ahí para cuando tenía alguna discusión con paul como la de ahora.
Apenas  se terminaba de vestir se iba directo a tumbarse a la cama, no quería salir del cuarto ni si quiera a comer, solo ahí tenía al felino negro de los ojos ámbar, justamente en los pies de la cama. Este era su compañía cuando habían eventualidades  como estas. Hasta ese entonces Richard  se quedaba ahí dejándose llevar por el sueño, después de un pesado día de trabajo y rendimiento físico su cuerpo no daba para más.

Paul terminaba su ducha, apenas estaba vestido fue hasta la habitación de huésped pero no tenía la valentía de entrar como si nada, estaba parado al frente de la puerta pensando como entrar y decirle cuanto lo sentía, realmente en este momento no se le ocurrían palabras para decir.
Tragó  saliva duro y se armó de valor para golpear suave la puerta pero Richard no le respondía por estar en el profundo sueño. Como no recibía respuesta alguna entró como si nada, ahí estaba Richard  dormido. Paul se sentó  al lado de la cama para querer despertar al menor.
__ Richard… Le murmuró  en lo que llevaba su mano al hombro ajeno.
Richard se despertaba de golpe tras sentir la mano ajena en su hombro, al percatarse  que se trataba de paul se levantaba de inmediato.
__ Oh paul, iré hacer la cena. Evadia cualquier comentario a lo ocurrido.
__ Richard… Yo necesito…  Ese momento era interrumpido por el menor.
__ Descuida, voy a cocinar algo ligero para que comas, yo no quiero algo.
Sin si quiera dejar que paul hablase salía del dormitorio, lo único que quería Richard es estar lo ,as lejos del doctor por lo herido que estaba.
Paul suspiró en lo que aguantaba las ganas de llorar, se armaba de valor para iríamos tras el menor cual se dirigía a la cocina, en cuanto lo alcanzó  lo tomó  del brazo pero Richard tenía una mala reacción y de forma brusca se aflojaba  de paul.
__ Agh ¿ Qué  rayos pasa Paul?. Le respondió molesto.
__  ¡ Que me escuches!.
Se paraba firme en frente del mayor esperando que este dijese  algo, ahora que paul tenía la atención de Richard tomaba la palabra.
__ Richard,  lo siento por lo que pasó… No quise rechazarte…
__ Siempre es lo mismo Landers, todo va bien pero tu timidez es algo que no tolero.
__ Tsh… tú  me conociste así Kruspe, tú  aceptaste estar conmigo así tal cual, no todo es sexo.
Por primera vez Paul estaba siendo sincero a lo que se le molestaba de Richard. Por parte el menor no se esperaba que fuese tan directo, estaba a pasos de quebrar por la mezcla de emociones que tenía.
__ Es verdad Landers, no todo es sexo.
__ Richard… Ahora se estaba arrepintiendo de haber dicho lo que le molestaba.
__ No digas más.
Fue su última palabra cuando se largó  del hogar, ahora sí que paul sentía que había perdido todo.
….

Pasaban varias horas y Richard  no daba señal alguna, paul no paraba de llamarlo e incluso salía a buscarlo por si lo encontraba en algún lugar que solía visitar en su vida pasada como bares o prostíbulos pero no lograba hallarlo   hasta que una llamada de christoph  le interrumpía la búsqueda
__ Ah schneider  ¡ que quieres!.
__ Ven rápido al hospital.
__ Tú  ya sabes que no trabajo ahí.
__ Es Richard,  está  fatalmente  golpeado.
Fue el momento que  paul cortó  la llamada y de un abrir y cerrar de ojos fue al hospital.

…
__¡ Cómo  fue a parar acá!
__ Pues lo trajeron del bar donde peleó.
__ Ah cielos… esto es mi culpa.
Richard había caído nuevamente en el alcoholismo,  estaba tan borracho que había peleado con personas muchísimo más fuertes que él,  como siempre en esta vida siempre habrá alguien más fuerte que el mismo fuerte. Estaba golpeado tanto en la cara como en las costillas, tenía su labio roto por el puñetazo que había recibido y lo más seguro que un par de costillas también rotas.
Estaba siendo atendido por christoph,  se había tragado todo su orgullo por el dolor insoportable  que sentía, el dolor físico que tenía este momento era más grande que el dolor de la discusión que había tenido con Paul.   En el momento que Paul entraba al box este se lanzó de golpe a abrazarlo, claro que con mucho cuidado de no lastimarlo.
__¡ Richard! ¡ no vuelvas a hacer eso!
En silencio Richard apoyaba su rostro en el hombro del mayor, se escuchaba sollozos de su parte, el que estaba ahora arrepentido de todo era el menor.
__ Paul… perdón por todo… Decía sin mover su cabeza de ese lugar.
__Richard… Solo lo consolaba en lo que mantenía ese abrazo. __ Te amo, no lo olvides mi amor.
__Te amo Paul.
En ese momento los novios se reconcilian, no de la buena forma pero  ada uno reconocía su error, hasta que christoph  interrumpió  ese bello momento con su tontera del día
__Fue fácil hacerle lavado estomacal, no fue tan difícil introducir la sonda….
Paul solo se separaba de Richard  para lanzarle un par de guantes quirúrgicos en la cara, por ser médico ya sabía que el procedimiento de lavado de estómago había que introducir una sonda en la cavidad anal.
__ Idiota… Eso no lo tenías que hacer tú. Decía el doctor sonrojado
__ Yo solo cumplí  órdenes.
En ese momento Richard interrumpía la charla. __ Oigan ¿qué pijas me hicieron?
Christoph  respondía de golpe y sin pudor alguno.__ Te hicimos un lavado estomacal para quitar todo el alcohol que tenías, pero tranquilo  que la sonda no era gruesa para tu culo.
__¡hijo de putas!. Richard  solo acudió a cubrirse hasta la cara con las mantas, estaba muy avergonzado de lo ocurrido.

Por ahora solo esperaban la recuperación de Richard  para poder llevarlo al hogar