Capitulo 26

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Luego de esa loca mañana Richard salía solo a recorrer las calles de Moscú,  necesitaba con urgencia un respiro después de todo lo extraño que estaba sucediendo, tener un rato entre él y su soledad.
Pasaba por unas que otras tiendas, la gente lo miraba muy atento y no por el golpe que tenía en su rostro, más bien por esa belleza que emanaba. Esos ojos azules afilados y caídos, su altura y tes Blanca, más su cuerpo marcado que a través de su camiseta se notaba , no era necesario que Richard usara camisas ajustadas porque  de por sí la ropa se ajustaba a esa musculatura marcada que tenia.  Era una tentación muy grande,  la belleza y juventud de Richard era lo más atractivo que se apreciaba,  quizás la razón de porque Paul era tan celoso es por lo mismo, por la constante mirada de la gente que poco más desnudan a Richard con la mirada.
Ahora que estaba con su plan de darle una sorpresa a su amado se dirigió hasta una tienda de ropa interior, sin si quiera importarle que la gente lo viese entrar se dirigió a esta.
Estaba una muchacha muy joven en esa tienda,  al momento que vio entrar a Richard esta se sonrojó hasta las orejas, no podía creer que un hombre tan guapo como él estaba en esa tienda.
__ Bu-buenos días…¿ necesita algo?.
__Buenos días señorita,  necesito un conjunto de lenceria masculina. Lo dijo de golpe sin pudor alguno, lo que menos tenía era vergüenza ya que, con todo lo que fue sometido en su infancia ya la vergüenza y el pudor lo perdió hace muchísimo tiempo.
Pero la que estaba más avergonzada que el mismo cliente era la joven trabajadora del local, que buscaba con mucho nervios los conjuntos masculinos.
__Eh…¿Qué busca específicamente?....
__Mallas, si es rojo o negro, o ambos fusionados mejor.
La joven abrió los ojos como dos platos de porcelana,  no podía creer la personalidad y lo directo que era Richard.

Luego de la compra del regalo especial para Paul se dirigió hasta la estación de trenes,  tenia que saber tomarlo para poder llegar al apartado hogar de su amado. El tren estaba lleno, la gente volvía de su trabajo al hogar por el horario de almuerzo,  Richard estaba muy tranquilo de la vida pese a estar en constante contacto físico con gente desconocida, estaba acostumbrado a que más de alguna mujer y hombre lo tocara en los tren subterráneos que si ahora volvía a suceder sería igual que lo acostumbrado.
14 años en la vida de Richard.
__Vaya Muriel, Richard es muy lindo…
__puedes hacer lo que se te antoje con él,  le gusta probar cosas nuevas.
__Estamos en el metro ¿ No será pudoroso?.
__Lo dudo, este mocoso le gusta de todo.

Llegaba a la parada, Richard rápidamente bajaba del tren para dirigirse por las calles, era extraña la sensación que sentía en este momento luego de recordar parte se su pasado. Pese a que este siempre solía estar presente, se estaba dando cuenta de algo; que la mayoría de los eventos que vivió con mujeres le era agradable , no tenía mal recuerdos a diferencia de lo que vivió con esos dos tipos en el tratado de menores. Eso último no era capaz de recordarlo ni aunque fuera necesario hacerlo.
__Von…
Alguien le decía por atrás a Richard,  al momento que este escuchó especialmente el nombre en donde en la casa que lo tenían cuando joven lo llamaban se volteó de golpe.
Era una mujer mayor bastante bien arreglada por su vestimenta, cabello blanco y largo, y lo más importante eran sus ojos azules afilados y caídos.
Richard estaba en shock por tener en frente a su madre después de 18 años sin verla.
__¡Qué mierda haces acá! Le exclamó sin si quiera importarle que alguien lo escuchara.
__Lo mismo me pregunto por ti ¿Qué hace el puto de mi hijo acá metido?. La mujer era fría para sus palabras, no le importaba que se las decía a su propio hijo.
__Ja, la borracha se cree muy decente ¿No?. Muriel, me alegra verte más estable y no con ese aliento a alcohol, solo las coincidencias de la vida nos hizo vernos, yo vengo acá a disfrutar de la vida y de mi dinero.
__Asi que, el camino en que te metí te sacó mucho ¿No?.
__Me hiciste un favor Muriel, ya no tengo que mantener tu alcoholismo.
La mujer estaba a pasos de responderle cuando apareció de la nada Paul, venía de compras ya que estaban bastante cerca del hogar de este, la sorpresa se llevaba Richard.
__Reesh ¡Volviste!. Lo abrazó como si nada.
__Si mi vida,  volví ¿ vamos a casa? No me siento para nada bien . Le murmuraba bajo.
Estaban a pasos de retirarse cuando la mujer se atrevió a responderle de la peor forma a su propio hijo.
__Y dice Von ¿Ya te recupéraste de tu enfermedad de transmisión sexual que te pagaste? .
Richard por su parte dirigió su mirada hacia la mujer para responderle.
__Por suerte que sí Muriel, que lastima que tus amigas no sabían usar un condón. Pero prefiero tener esa enfermedad que estar vendiendo mi propio hijo a mis sucias amigas, por una miserable gota de alcohol barato.
Sin más se retiró del lugar tomando a Paul de la mano, paul por su parte guardaba silencio,  lo mejor que podía hacer por el momento hasta tener la oportunidad de poder hablar del tema ocurrido.
Antes de entrar al hogar Richard se detuvo de golpe, sin pensarlo abrazó con fuerzas a su amado.
__perdoname Paul,  lo que menos quería es que conocieras a esa mujer…
__Reeshie no tienes porqué disculparte,  debería yo por haberte abrazado sin saber que estaba tu madre… Ese momento Paul fue interrumpido por el menor.
__Esa mujer no es mi madre, me parió pero no es mi madre. No te disculpes por nada Paul, quiero darte una sorpresa especial pero no acá.
__Oh Reesh, déjame ir a dejar estas cosas que mamá me mandó a comprar y nos vamos a un lugar especial.
__Uy… ahora el doctor Landers es mandado por la madre, mamon. Le decía con gracia.
__Silencio, mocoso insolente. Le tengo respeto a la mujer que me dio a luz y que me aguantó tanto.
__Si claro, mamon.
__¡me voy a dejar esto!. Molesto entró al hogar.
Por parte Richard se largó a reír a carcajadas,  necesitaba esa dosis de bullying hacia su amado, después de todo el mal rato que vivió un poco de humor con su amado cambia completamente el día.
Después de tanta risa Richard esperaba a que Paul saliera, este se tardaba un tanto pero al momento que salió se veía completamente diferente, estaba con ropa de salida, muy  bien perfumado .
__Uy el señor Landers se dio un baño pero de perfume .
__No quiero apestar….
__Pero apestas a perfume .
__ay mocoso…
Luego de bromas salieron en el carro, paul estaba ansioso por la sorpresa que Richard le tenía por lo que buscaría un motel decente, viniendo de Richard sabia que era algo sexual.
Por parte Richard estaba mirando la ventana, atento al paisaje,  perdido en sus pensamientos, tanto tiempo sin ver a su madre le estaba pesando la nostalgia y el mal recuerdo.
En un momento Paul frenó de golpe que hizo que Richard chocara contra la ventana del  carro, mala forma que tuvo de aterrizar a la realidad.
__¡Me quieres matar! Enano de patas cortas. Protestó impulsivo por el susto.
__Lo siento mi amor, se cruzó un gato. Señaló hacia la vereda donde estaba caminando un lindo gatito blanco.
Richard dirigió su mirada hacia el dicho felino, extrañado alzó una ceja porque ni si quiera se había dado cuenta que había un gato en medio de la calle.
__Vaya, condenado animal. Casi atravieso la cabeza en la ventana. A continuación llevó su mano a la frente , el golpe que se dio lo tomó por sorpresa.
Paul por su parte seguía conduciendo, en silencio se aguantaba la risa por la reacción del menor.
Richard desvió la mirada hacia paul notando que este estaba rojo por aguantarse la risa.
__¡Si quieres reírte hazlo carajo!. Se cruzó de brazos molesto.
El doctor no pudo aguantar más que se largó a reír  a carcajadas, fue tan cómica la situación que no podía contenerse. Pero Richard estaba tan molesto que tomó el volante haciendo que el carro perdiera el control de inmediato,  por solo impulso Paul frenó de golpe nuevamente.
__¡Nos quieres matar, maldito mocoso!. Protestó nervioso, parecía una verdadera gelatina de tanto que temblaba de los nervios.
Por parte Richard se reía a carcajadas esta vez, una dulce y peligrosa venganza.
__¡Mírate cómo estás! Pareces de esos muñecos de perritos que se le mueven la cabeza. Llevaba ambas manos  su abdomen para apretarlo, le dolía la barriga de la risa.
__Richard… Está bien que estemos juntos hasta la muerte pero no quiero ahora, quiero seguir viviendo… A continuación soltaba un pesado suspiro.
__Ay mi paullie ~ . Le daba un dulce beso de compensa.__ lo siento mi vida.
__Richard, ve a los asientos de atrás ¿Si?.
En silencio Richard se bajó del carro para ir a los asientos de atrás, por ahora no quería poner más nervioso a su amado.
Ahora Paul comenzaba a conducir mientras que Richard tenia en plan otra de sus bromas, con la sonrisa de oreja a oreja la hacía notar.
__Oye Paullie ~
__¿qué pasa mi Reesh?.
__Aca atrás puedo hacer muchas cosas. Como si nada se quitó la chaqueta.
Paul en silencio solo lo observaba desde el retrovisor,  claro que bastante serio por el susto reciente que se había dado.
En ese momento Richard se desabotono la  camisa, dejando visible su pecho.
__Aca me la puedo jalar sin que nadie nos vea. Alzó una ceja de forma coqueta.
__No Richard… no lo hagas… voy conduciendo…
__Demasiado tarde, paullie ~
Comenzaba ha hacer gesto faciales de placer,  su brazo derecho se movía, parecía que estaba masturbándose pero solo lo  hacía de broma con el fin de provocar a Paul.
__Richard… Detente… Apenas podía concentrarse en conducir .
__Hum… Paul… No puedo, me quiero tocar… Hablaba en tono seductor en compañía de gemidos.
En ese momento Paul se detuvo de golpe para voltear a ver a Richard,  este soltó carcajada porque no estaba haciendo algo al respecto, sabía fingir bien el estar excitado.
__¡ Hubieras visto tu cara Paul! Estabas en pánico. Decía en lo que se reía.
__Idiota…
Enfurecido encendió el carro para seguir conduciendo,  por ahora prefería ignorar al menor para llegar pronto al lugar, necesitaba vengarse de él.

El Ángel guardián ◇Paulchard◇.+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora