Capitulo XII

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A veces en la vida, suceden cosas que nos dejan una marca y siempre las tendremos presentes; una decepción, una caída, un golpe, pero también un beso, un abrazo, una caricia, algo que en su momento para nosotros fue muy doloroso o bastante satisfactorio y la mente no puede deshacerse de ese recuerdo por mas que uno insista, ya que todo aquello que lo llevo al punto de la mente donde se encuentra, se encargará de mantenerlo ahí, como una pequeña espina en el zapato que no deja que nuestro andar sea del todo placentero; que a veces no sentimos nada por tenerla ahí, pero que en algunas otras ocasiones, molesta con la intensidad de un clavo grueso y hace que nos sintamos incómodos y afligidos al caminar...

Esa misma tarde, habiendo pasado quizá unas dos horas, decidí tomar el teléfono y enviarle un mensaje a Aitana para platicar con ella, preguntarle cosas que le gustaran; cosas por el estilo de alguien que esta dispuesto a conocer a otro ser y el mismo interés que se presenta cuando uno esta realmente intrigado por las formas de ser de otra persona, por aquellas actitudes que muchas veces se tienen y la gente que no las conoce mas que superficialmente no entiende el por que de ser así; realmente me encontraba en un estado de atracción hacía ella que ni yo mismo lograba comprender, no sé en verdad si había sido su voz, su forma de comportarse tan amable y dócil conmigo cuando traté de entablar una conversación y el que haya aceptado darme su número de teléfono sin pensarlo; realmente no lo sabía, solo tenia ese sentimiento de curiosidad por conocer a aquella hermosa dama que sin lugar a dudas había captado totalmente mi atención...

Platicamos durante unas cuantas horas y nos dimos cuenta de la inmensidad de cosas que teníamos en común y más importante aun, todas aquellas cosas en las que no lográbamos ponernos de acuerdo, con las cuales nos diferenciábamos ampliamente; por ejemplo: yo amo comer melón, una de mis frutas favoritas sin lugar a dudas, más sin embargo, para el gusto de Aitana, el melón no es una fruta tan buena que debiera ser consumida de la manera en la que yo lo hacía; otro claro ejemplo, era en cuanto a nuestros gustos musicales, yo estoy tan apegado a la música regional de mi país, mientras ella podía durar horas escuchando música que para mi en aquel entonces, era un fastidio; un tipo de música que utilizaba cada letra de canción para denigrar a la mujer y ponerla meramente como un objeto de satisfacción sexual para el hombre; realmente era un mundo de diferencia entre sus gustos y los míos; sin embargo, las cosas que teníamos en común quizá pesaban mas que las cosas en las que no lográbamos concordar; por ejemplo: ambos realmente amábamos una serie de animé que se transmitía en nuestra infancia; yo realmente soy un aficionado a muerte con esa serie, puedo decir que fue una serie que realmente marco mi infancia, que me mostró muchas cosas a lo largo de la misma, y de la cual siempre voy a estar enamorado por todas aquellas cosas de fantasía que en ella veía que para mi sin lugar a dudas fueron de los mejores recuerdos de mi infancia, y tal como me pude dar cuenta, para ella fue de la misma manera que para mi; conocíamos casi todos aquellos datos de los cuales cualquier fanático podía saber sobre la serie, pero ademas de eso, ambos sabíamos bastantes datos curiosos ocurridos en el mismo animé que pocas personas podían llegar a saber o recordar si solamente habían visto la serie por entretenerse o por no tener nada mejor que hacer. Otra de las cosas que mas tenía en común con Aitana, era esa pequeña singularidad de que ambos poseíamos un cuadro de ansiedad, no fue muy difícil saberlo acerca de ella, pues denotaba las mismas características que yo con el mio, y sinceramente eran características fáciles de diferenciar y de poder saber que ella pasaba por la misma situación que yo; quizá no era algo benéfico para ninguno de los dos, pero al menos cada uno comprendía lo que sentía el otro bajo diversas situaciones que para las personas sin trastornos mentales eran cosas sin mayor importancia, pero que para nosotros podían implicar grandes faltas de confianza, una pequeña crisis en un momento de inestabilidad; en fin, un sin fin de cosas eran las que teníamos de diferente, pero aun así era algo genial, por que pienso: ¿Quien espera realmente encontrar y enamorarse de una persona con los mismos gustos y cualidades de el mismo? Sería algo bastante aburrido, ¿No lo creen? Sería como tener un hot-dog con catsup, y echarle mas catsup encima ¡No!, ¡Disfruta la variedad!, échale mostaza a tu hot-dog aunque no te guste, solo por el hecho de probar algo diferente, ¡Atrévete a coincidir con gente diferente a ti!, conoce gente de todas las edades, actitudes, manías extrañas; pero sobre todo, busca a alguien que te eligiera a ti mil veces sobre el resto, alguien a quien no le importe cruzar mil kilometros de desierto por verte, a quien se parta el corazón amándote, y no te parta el corazón por no amarte, siempre ten eso en cuenta...


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