El amanecer encuentra a Killua Zoldyck completamente despierto, observando cómo el sol se arrastra lentamente por el techo, el silencio lleno por su respiración. Lentamente se da vuelta para mirar su entorno, aun no hay mucha luz del sol, y es habiente es frio, pero no le importa, el ya esta acostumbrado. Killua ni siquiera se había dado cuenta de que no se había tapado con las cobijas hasta que sintió la corriente de aire por su brazo izquierdo, quedado completamente despierto.
El jefe se frota los ojos y decide que ahora es el mejor momento para comenzar el día. Siempre se ha levantado temprano, tratando de caminar por el bosque antes que nada, y ahora que no tiene ninguna razón para hacerlo, ahora que puede dormir hasta mucho más tarde, ahora que finalmente puede descansar un poco, no puede. No con Gon al otro lado del pasillo. Killua se encontró repitiéndose eso durante toda la noche. Gon está justo al otro lado del pasillo. Justo al otro lado del pasillo.
Killua se sienta lentamente, con cuidado de no hacer ruido y despertar a Gon y Retz, mientras se desliza fuera de la cama, con los pies descalzos caminando suavemente por el suelo mientras prácticamente se aprieta a través de la puerta en un intento de no hacer que la puerta chirree sobre sus goznes. Ya no tiene que andar de puntillas, pero lo hace de todos modos, no queriendo despertar al otro ocupante del apartamento mientras cruza el pasillo. El jefe agarra la manija hacia la habitación de invitados, girándola en silencio y abriéndola lo suficiente como para meter la cabeza dentro, la necesidad de asegurarse de que Gon todavía esté en el pasillo difícil de sacudir.
El estómago del jefe se desenrolla, el temor indescriptible que acompaña sus preocupaciones de no ver a Gon acostado en esa cama sofocando. No, Killua no tiene que levantarse temprano para recorrer el bosque. Él ha reemplazado ese nuevo hábito con uno nuevo. Despertarse temprano para asegurarse de que Gon todavía esté aquí. Que no ha desaparecido simplemente de nuevo.
Gon parece aún más joven mientras duerme, sin duda en la mente de Killua que realmente no ha envejecido un día. Las suaves pestañas rozan la parte superior de sus mejillas bañadas en una piel tersa, los labios ligeramente separados cuando las suaves respiraciones escapan, el pecho subiendo y bajando con calma y muy vivo. Gon es guapo, con esos agudos ojos color marrón y labios carnosos, estructuras faciales definidas que se suman a su atractivo, pero así, con la suave luz de la mañana bailando sobre su piel, Killua no puede evitar pensar que es hermoso. Hermoso. Cristo, ¿es esto realmente lo que su mente privada de sueño puede idear?
Catorce años sin el hombre más joven y Gon aún puede lograr encantar al jefe simplemente durmiendo. Catorce años sin el herbologo y Killua no pueden evitar querer recuperar el tiempo perdido mirándolo hasta que sus ojos secos lo instan a parpadear y aun así nunca será suficiente.
Killua descubre que le gusta ver a Gon dormir. Es mucho más fácil que hablar. Además de ponerse al día, Killua no sabe de qué más hablar con Gon, pero al menos así, con el herbologo dormido, el jefe no tiene que sacudirse el cerebro por un tema de conversación agradable. Y no tiene que ser tan formal como cuando habla con un extraño, porque eso es lo que Gon es, ¿no es así? No, eso no está bien. Gon no ha cambiado. Killua es el que ha cambiado y puede verlo en los ojos de Gon cada vez que el joven lo mira. Killua es el extraño. No es familiar, grande y viejo. Es producto de catorce años de vida en este infierno en la tierra.
—¿Qué estás haciendo?— Corta el silencio de la mañana, sorprendiendo al jefe mientras gira la cabeza tan rápido que casi tira de un músculo.
Retz está de pie detrás de él, con los brazos cruzados sobre el pecho como le gustaba tanto en los últimos días. Con una ceja levantada en cuestión, Killua no se pierde el aura de molestia que irradia la mujer rubia. Había pensado que no hizo ruido, dejadola dormida.
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Las estaciones mueren una por una
Gizem / GerilimA.U. Un repentino accidente sucede en las afueras de Yorbian; accidente que provoca gran desesperación a Killua, él quiere creer que esto es natural, pero dentro de él algo le dice que no es así, que debe buscar a Gon y no descansar hasta lograrlo...