XI

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Las primeras dos semanas fueron...

Problemáticas.

Sobretodo por un detalle.

—Giyuu-san, no olvides tu haori.—Con la prenda en mano lo extendió, en un bostezó, era el día libre de Shinobu así que, dormiría un poco más para luego ir a ver a Kanao y Aoi.

—Gracias.—Con prisa se lo puso, iba tarde, Sanemi seguramente lo mataría.

—Que te vaya bien.—Adormilada le sonrió.—Te amo~.—Como siempre, bromista lo decía cada mañana, y para el pilar era una rutina regañarla, pero...

Esta vez hubo un pequeño desajuste.

—También te amo, adiós.—Sin más, la puerta se cerró.

Shinobu se mantuvo de pie un minuto. Dos minutos. Tres minutos.

¡Dios, alguien despiertela!

Yendo a su cama, cubrió su rostro y dió vueltas.

—¡Lo dijo, lo dijo!—Sonrojada hasta las orejas cubrió su boca, no quería aceptar su sonrisa.—, Al fin... Respondió.

Giyuu por su parte llegó dónde Sanemi y esté, a segundos de golpearlo, no evitó decir;

—Oye, si estabas enfermo lo hubieras dicho, tu temperatura está demasiado alta, desde aquí puedo ver el rojo de tu rostro.

—Lo siento... Estoy bien.—Sanemi asintió, no convencido y comenzando el camino.

—Seran 3 días, no quiero que mueras a la mitad y seas un estorbo, ¿Entendido?

—Si...—La respuesta vaga lo hizo enfadar.

—La vida de casado realmente te suavizó, ¿No?

Tomioka detuvo sus pasos y Shinazugawa lo notó. Esté puso sus brazos en una perfecta cruz, cubriendo su rostro.

—¿Tomioka?

—Caliente, todo quema... Maldición.

El albino no evitó preocuparse, aunque no quisiera hacerlo, era extraño. ¿Qué le sucedía al pilar?

—Oye, ¿Qué mierda tienes?

—Mi esposa...

—¿Shinobu?

—Es demasiado linda.

Bien, Sanemi trono sus nudillos, la pelea comienza.

Una boda de mentiras | GiyuushinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora