Después de la sorpresa, Aldebarán colocó a Camus en un sillón de la sala, a lo que Camus agradeció con una cálida sonrisa: Muchas gracias Aldebarán.
Alde: De nada, amigo jeje . Aioros se sentó a un lado de Aldebarán. De pronto, Aioria tomó la palabra dirigiéndose a Camus, y dijo: Camus, espero que estés bien, y que te hayas recuperado de tus lesiones, mi amigo Milo estaba muy preocupado por ti, por lo cual, nosotros decidimos ayudarle a darte esta gran bienvenida, espero que te haya gustado.
Al decir esto, Milo apareció vistiendo un elegante frack blanco, que contrastaba con el azul turquesa de sus ojos, y su largo y sedoso cabello estaba atado con un listón, además llevaba en su mano derecha un gran ramo de rosas rojas y blancas que Afrodita le había confeccionado.
Para Camus, Milo se veía impactante, como un sueño, Milo se acercó a él para entregarle el ramo y Camus con lágrimas en sus mejillas tomó el ramo con una mano y con la otra tomó la corbata del traje de Milo, lo acercó a él y le dio un gran beso en la boca, al principio Milo se conmocionó, pero después se dejó llevar por el mutuo sentimiento de amor, y correspondió al beso. Haciendo que los presentes guardaran silencio por un segundo y después estallaran en aplausos para la pareja. En la mesa del comedor se hallaban preparados unos bocadillos y unas copas de vino, listas para ser degustadas por los presentes. Pasaron las horas y se fueron despidiendo los jóvenes, pues con la presencia de los maestros no se podía hacer mucho desorden.
Al fin estando sólos, Camus y Milo hablaron seriamente sobre la situación actual, Camus se hallaba casi recuperado de sus lesiones, por eso pidió a Milo que lo ayudara a llegar a la recámara. Ya estando ahí, Camus le pidió a Milo que le explicara el porqué nunca lo fué a visitar al hospital. Milo evitaba mirar a Camus a los ojos, así que Camus tomó la barbilla de Milo y la dirigió hacia sí, por lo que vió a su amado llorando, Camus se sintió tan conmovido que acercó a Milo a su pecho, lo abrazó y le dijo: Milo, te extrañé, de verdad, pero comprendo si no pudiste ir, talvez tuviste cosas más importantes. Pero Milo se apartó de Camus y sollozando le respondió: No es eso, amor, lo que sucedió fué que... que no me atrevía a pedirte perdón por todo lo malo que te he hecho...
Camus: pero que dices Milo? a que maldad te refieres?
Milo: pues a mis desplantes, mi desobligada actitud hacia tus necesidades, mi vanidad, por eso te pido que me perdones, ¡¡¡por favor!!! Por lo cual, Camus giró su cabeza y guardó un tórrido silencio. Milo quedó impactado de la actitud de Camus y sin decir palabra se levantó de la orilla de la cama, pero su sorpresa fué mayor cuando, estando parado frente a la ventana, sintió unas manos sobre sus hombros, volteó y con gran emoción vió que Camus estaba parado tras de él... de pronto Camus le dijo: No te perdono por tus faltas, te perdono porque te amo demasiado, te amo tanto que si te pierdo, me moriría de dolor, sería como si perdiera mis sentidos, así no sabría que hacer sin tí, si te perdiera... Milo, Amor mío, rematando con un tierno beso.
Milo con lágrimas en sus mejillas le agradeció a Camus lo haya perdonado y le prometió que jamás le volvería a tratar mal ni abandonarlo cuando lo necesitara. Pero Camus le dijo: No prometas lo que no vas a cumplir, me conformo con que estés a mi lado...
Mientras, en otro dormitorio, los amigos, Saga y Mu, estaban acostados en su cama, Saga, usando unos lentes, leía un grueso libro mientras Mu estaba cubierto por las sábanas tratando de dormir, pero la luz de la lámpara molestaba su sueño, como intuyendo la situación, Saga voltea a verlo y le pregunta: Mu, te molesta la luz?, perdóname amor, pero es necesario que lea este libro, ya que me toca clase mañana, a tercera hora. Mu, sin destaparse le dice: No te preocupes, Saga, de igual forma, yo no tengo clases temprano, puedo levantarme tarde, jeje...
Saga sonríe y mira el cuerpo desnudo de Mu cubierto sólo por las sábanas y dice: da igual, mañana puedo seguir leyendo, pero hoy, hoy tengo ganas de ti... -al decir eso, Saga se quita los lentes y los deja en la mesita de la lámpara, junto al libro, y con un movimiento rápido tira de la sábana y empieza a besar con suavidad a Mu, quien, al sentirse invadido de caricias pregunta con una tímida sonrisa: No crees que eso te va a desconcentrar? A que te refieres con "eso"? dice Saga mientras recorre con deseo el cuerpo de Mu, quien ante toda respuesta exhala suspiros de placer y clama en voz baja el nombre de su amado...SAAAGAAAAAA...
Y en otro dormitorio del Colegio, se encontraban los hermanos, Aioros le pregunta a Aioria: Oye, que hizo Milo cuando no iba a visitar a Camus al Hospital?
Aioria: Pues no mucho, verás, Milo se fue a buscar al tipo que lastimó a su amado.
Aiorios: Como? que hizo? -Aioros le preguntó sorprendido, a lo que Aioria le dijo: pero no te preocupes, no pasó de que lo expulsaran del Colegio y lo encerraran en el Tutelar, pero los chicos y yo juntamos lo suficiente para pagar la fianza y convencimos a la Directora de recibirlo de nuevo, con la premisa de hacer varias tareas en las que Máscara y yo le ayudamos.
Aioros: Oye y como le hizo con la bienvenida que le dio a Camus, que de verdad te digo, le salió muy bien. Aioria con pose de divo le dice: Pues le pidió ayuda a Shaka para que limpiara el dormitorio, al principio Shaka se negaba, pero Milo lo "convenció" jeje. Afrodita le ayudó con la vestimenta, rentó el traje y adornó el dormitorio con rosas, mientras Kanon y yo fuimos a conseguir las bebidas y los bocadillos. Aioros se sorprendió pero riendo le dijo: jajaja, ya te imagino de mandadero y haciendo el aseo, siendo que aquí no mueves un dedo si no te mando. Aioria se enoja ante las palabras de su hermano: Ay ya!! no seas odioso!! -después de lo cual le lanza su almohada, a lo que Aioros, que se carcajeaba, recibe el impacto de lleno en la cara, por lo que mira a Aioria y lanza un grito de batalla:
¡¡¡¡¡GUERRA DE ALMOHADAS!!!!
Esa noche termina muy romántica y divertida en tres dormitorios distintos.