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STEVE PRE-SERUM

Si a Steve le preguntaran qué era lo que más amaba de su novia, él no podría decir con exactitud qué era lo que lo tenía tan enamorado, tal vez podría decir que era el hecho de que ella fuera tan diferente a todas la mujeres que había conocido en su vida, podría decir que tal vez era la forma en la que lo trataba, ella nunca lo vio como el chico débil que todos creían que era, o de cierta manera podría decir que ella era totalmente como él, persistente, valiente y era justa en todo el sentido de la palabra.

Ella lo apoyaba en todo sentido desde que lo ayudó a salir de una de sus típicas peleas, se había enfrentado con el hombre que tenía arrinconado al rubio de ojos celestes. Sin miedo ella se lanzó a la espalda del hombre y entre ambos lo tumbaron en el callejón, para que ella le tendiera la mano.

Recordó el momento en que la conoció.

«—¡Vamos, corre!—mencionó la mujer, tomando su mano rápidamente antes de que el tipo en el callejón se levantara buscando venganza.

Corrieron por unas cuentas cuadras hasta que Steve tuvo que detenerse debido a su asma, se agachó esperando no lucir tan patético como creía que lo hacia frente a la chica, sin embargo, ella lo miró con un poco de preocupación asomándose por sus ojos avellanas.

—Tranquilo, respira.—se puso en cuclillas con él hasta que este logró calmarse, sin necesidad de su inhalador.

Cuando Steve logró controlarse se detuvo un poco más a mirarla, una joven con un par ojos avellanas y cabello corto le dedicaba una pequeña sonrisa. Su vestimenta parecía la de un hombre, pues usaba una camisa y pantalones.

—Soy______—dijo la mujer que fue su salvación, extendió la mano hacía él para estrecharla.

Él miró la mano de ella y rápidamente la envolvió en su mano, sintió un calor inexplicable en su cuerpo.

—Soy Steve.—murmuró para después mirar a sus ojos.

Y de nuevo vio la sonrisa bonita de ella pintarse en sus labios.»

|Nunca usas una pieza de encaje|

Las chicas miraban con burla hacia donde estaba _____ ella lucía un vestido sin encaje, el de ella era bastante simple, ella no se dejaba intimidar por las miradas que recibía de todas ellas, apreté su mano con delicadeza, ella me dio una sonrisa y depositó un beso en mi mejilla, haciendo que me sonrojara.

—¿Eres adorable lo sabías?—dijo notando mi sonrojo.

—Y tu eres hermosa.—dije regresándole el cumplido, fue el turno de ella de sonrojarse.

No importaba que los dos fuéramos los únicos inadaptados en cualquier lugar, ella por vestir con sus camisas y pantalones, sin mencionar que según la demás gente tenía  un carácter poco propio de una señorita y yo bueno un chico con muchas enfermedades, bajito, pero con la firme intención de entrar en el ejercito.

Tal para cual, pensé.

|El maquillaje nunca está en tu rostro|

Ella nunca usaba maquillaje en su rostro y aunque lo hiciera a Steve no le molestaría de ninguna manera, ella ya era los suficientemente hermosa para él.

—¿Qué opinas Steve?—preguntó su bella novia quien le mostraba el labial que había comprado.

Él le sonrió y besó su frente.