Atención: no sé si cuente como fondue ggg no creo
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|Anoche una pequeña bailarina vino bailando a mi puerta|
Steve acababa de llegar del complejo cansado, se tumbó en la sala de estar y cerró los ojos hasta que escuchó unos tacones resonar por todo el corredor hasta que el ruido paró justo afuera de su puerta.
Él sonrió.
Lo siguiente que escuchó fueron unos golpes suaves en su puerta. Él se levantó y se encaminó a abrir.
Bajo el marco de su puerta se encontraba su vecina predilecta _______ quien vestía una falda corta y una blusa sencilla.
Pero, Steve sabía qué se escondía de bajo sus prendas.
La mujer era una bailarina que trabajaba en un local donde hacían bailes privados, sabía cómo se ganaba la vida.
|Anoche un pequeño angel vino zapateando por el suelo.|
Steve la invitó a pasar sabiendo lo que sucedería en unos instantes...Sus tacones ahora resonaban en su departamento.
—Hola...—murmuró el ojiazul.
Ella sonrió y se acercó hacia él, puso sus manos en el pecho de él, hasta que jaló de su camisa para atraerlo más hacia ella, se besaron apasionadamente, mientras que él la recibía gustosamente en sus labios.
Cuando se separaron por falta de respiración ella dijo:
—Hola, cariño...—con una voz que hizo estremecer al rubio.
|Ella dijo, y nene, tengo una licencia para el amor y si se vence ruega ayuda a en lo alto porque|
Ella lo cautivaba con su hermoso cuerpo y su lencería, ella sabía cómo excitar a un hombre.
Steve estaba más que deseoso cuando ella se separó de él y le tomó la mano para guiarlo a la habitación del rubio, hizo que se sentara en su propia cama.
Mientras veía cómo se despojaba de su blusa dejando al descubierto la lencería que usaba para trabajar.
Él rubio sintió que la respiración se le cortaba, quería tocarla pero ella se retiraba con una sonrisa.
—Tranquilo, guapo.—dijo con voz de seda, mientras bajaba ahora su corta falda.
|En la medianoche, ella lloró mas, más, más|
—Por favor...—se le entrecortaba la voz a la chica.—Por favor...más.—lloriqueó.
Ella se aferraba a las sábanas debajo de ella, mientras Steve la llenaba por completo, desesperado.
El deseo los consumía a ambos.
—Oh cariño, te sientes tan bien.—dijo mientras veía como sus gloriosos pechos rebotaban con cada embestida que él le proporcionaba.
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||𝙎𝙏𝙀𝙑𝙀 𝙍𝙊𝙂𝙀𝙍𝙎 ||𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎||
RomansaPequeñas historias sobre el soldado de otro tiempo... Inspirados en canciones. Ya sé que hay muchas historias así, pero me encantaría compartir con ustedes esto.