||𝙎𝙏𝙀𝙑𝙀 𝙍𝙊𝙂𝙀𝙍𝙎 ||𝙊𝙉𝙀 𝙎𝙃𝙊𝙏𝙎||

𝘼𝘿𝙊𝙍𝙀 𝙔𝙊𝙐

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|Camino en tu paraíso de arcoíris|

Las emociones que _______ provocaba en él pasaban por todas las tonalidades de lo que se asemejaba con un arcoíris cuando la conoció la primera vez estaba enojado, la última vez que la había visto en aquel estacionamiento, le había destrozado el corazón.

—¿De qué hablas?—preguntó cuando escuchó que no podían seguir con eso.

A ella le brillaron los ojos.

—A esto...Steve, no es justo.—dijo parpadeando rápidamente.

Steve frunció el ceño.

—¿Hablas de Tom? Sé que hacemos mal pero él...—habló pero fue interrumpido por ella.

—No, no, no es Tom, somos tú y yo Steve, él ya lo sabe...—se talló los ojos y tomó distancia de él.—Me dijo que escogiera...

Steve suspiró.

—¿Lo quieres?—preguntó él en susurro.

Ella cerró los ojos.

—Respóndeme _____.—espetó con voz dura.—Dime qué es lo que quieres.

________ se abrazó así misma.

—Oh cariño, ven aquí...—la atrajo a sus brazos envolviéndola en su calor.

Después de que ella permaneció abrazada a él por un lapso de tiempo, obtuvo más fuerza para despedirse de él.

—Lo siento, mucho Steve, pero esto se acabó.—dijo ella soltando lágrimas.

El hombre la observó herido.

Ella le dio un último beso en la mejilla y se fue, en su automóvil, sin volver a contactarlo.

Días después llegó a buscarla al hogar que compartía con Tom, cuando bajo de su motocicleta esperaba encontrarse con ella, pero en cambio lo recibió un hombre que parecía estar borracho y parecía haber desatendido sus propias necesidades, la barba de días, la ropa que se asemejaba a una pijama y el aliento alcohólico en él, hacían lucir al como un hombre desaliñado.

—¡Ah mira quién llegó a mi puerta!—dijo Tom bastante sarcástico.—¡Pero sí es el mismísimo Capitán America!

Tom tenía los ojos enrojecidos.

—¿Dónde está?—preguntó ignorando al hombre.

Este salió de la seguridad de su hogar y se acercó al hombre rubio, puso su índice en el pecho de este, no logró hacer retroceder al rubio.

—No lo sé maldito idiota...—insultó este enojado.—Y espero nunca saberlo...Tú me la quitaste...—dijo esta vez evitando la mirada del rubio.

Steve suspiró.

—Sé que ambos te lastimamos pero, necesito saber dónde está...—dijo observando los ojos cafés de Tom.—...Por favor...