Ella era una asesina.
Había arrebatado múltiples vidas, y lo hubiera seguido haciendo de no ser por la bala policíaca que atravesó su cabeza.
Después de su muerte, inexplicablemente logró abrir los ojos otra vez.
Estaba a oscuras. Trató de moverse, pero un dolor agudo la detuvo. Empezó a retorcerse. Le salieron garras , colmillos y su cuerpo sufrió una grotesca transformación.
No pudo salir de aquel espacio. Ahora ese era su nuevo hogar:
debajo de la cama de un niño.
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Cuentos para monstruos.
Ngẫu nhiên·La historia no es mía, anduve buscando esta recopilación para la gente que también quisiera leerla sin pagar en Amazon. ·Todos los créditos a Santiago Pedraza (el autor). ·Realmente espero que Amazon no me queme viva por hacer esto :).