Cuento 14:

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Ella estaba enamorada.

Sin embargo a él sólo le gustaban las chicas delgadas.

Así que una noche se la pasó vomitando.

Vomitó, vomitó, vomitó como nunca en su vida.

Después de unas horas, miró el lavabo y sonrió. Había logrado su cometido: todas las mariposas de su estómago estaban fuera.

Ya no sentía nada por él.

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