-¿Cómo está mi esposo?
-No voy a hablar del tema.
-¿Por qué? Hace años que se fue contigo. Al menos dime dónde está.
-Lo siento, Clementina. No vine a discutir contigo. He venido a llevarme a Felipe.
Estas palabras hicieron que el corazón de Clementina crujiera. Quiso reclamarle a la mujer, pero, por experiencia, sabía que era inútil.
-Al menos deja que me despida.
Clementina se agachó con esfuerzo y acarició durante largo rato la cabeza de su perro.
-Adiós, Felipe -dijo con tristeza-. Y tú... primero mi esposo y ahora Felipe. ¿Cuándo? ¿Cuándo vendrás por mí?
-Eso no puedo decírtelo -respondió la muerte.
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Cuentos para monstruos.
Overig·La historia no es mía, anduve buscando esta recopilación para la gente que también quisiera leerla sin pagar en Amazon. ·Todos los créditos a Santiago Pedraza (el autor). ·Realmente espero que Amazon no me queme viva por hacer esto :).