Cuento 2:

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─Llevo mucho tiempo esperándote aquí en la cama. ¿Por qué tardaste tanto?

─Quería verme guapa para ti. ¿Cómo me veo?

─Te ves más hermosa de lo que imaginaba.

─Gracias. ¿Hay espacio para mí en la cama?

─Por supuesto. Acércate, ven aquí. He estado esperando este momento.

El anciano se acurrucó mejor y su nuca se movió levemente encima de la almohada.

La muerte se recostó a su lado y lo miró de cerca. El anciano cerró los ojos, sonrió aliviado, y entonces todo terminó.

Cuentos para monstruos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora