Parte 8

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Dios cuando dije que estaba deseosa de él y el de mi durante ese gran y apasionado beso no podía imaginar ni en mi mejor sueño lo que se venía.

Estábamos en el elevador y ambos solo nos mirábamos, le hubiera saltado encima para besarlo apasionadamente y él a mí, pero con la mirada le indique la cámara e hice un leve movimiento con mi cabeza negando, ya que no Sabía hasta dónde nos podría llevar otro beso y no quería que un video de ambos anduviera circulando por las redes sociales. Sonó la campana del elevador indicando que habíamos llegado a destino y note una de las sonrisas que más me encantaban de Nam, esa sonrisa llena de picardía que él solía tener cuando antes me decía bromas doble sentido, las puertas del elevador se abrieron y Nam rápidamente me sacó de este tomando mi mano, podría decir que prácticamente me llevó corriendo hasta la puerta de la habitación cosa que me hizo reír mientras que el torpemente buscaba la llave.

-déjame a mí - dije coquetamente y le guiñé un ojo.

Tomé el borde de su chaqueta y metí mi mano acariciando su pecho, cosa que lo hizo quejarse un poco por lo que sonreí traviesa, luego busqué la llave en el bolsillo interno de su chaqueta, ya que sabía que él la había dejado ahí, no lo pude evitar, sabía lo ansioso que él estaba así que me puse a jugar con la llave en mi mano un momento pasándola de un lado a otro en su pecho antes de sacarla.

Nam: aishhhh- se queja - eres cruel.

-¿cruel yo? - preguntó haciéndome la inocente mientras lo miro y disimuladamente acercó la llave a la cerradura- te equivocas Namjoon- me acerco a sus labios - esto no es ser cruel - digo mientras nuestros labios rosan- esto es ser traviesa.

Nam me miró intensamente y atacó mis labios, en eso sonó la cerradura de la puerta avisando que ya estaba abierta y de un solo empujón me llevó dentro de la habitación. Al fin estábamos solos en la habitación, ya nada nos podría detener ni interrumpir, esto comenzaría ahora, estaríamos juntos, yo estaba en todos mis sentidos, por lo que él no tendría que aguantarse las ganas de hacerme suya y yo al fin lograría saciar mis enormes ganas de estar junto a el hombre que todos los días me hacía suspirar inconsciente, el hombre que aparecía noche tras noche en mis sueños haciéndome cosas indecentes pero placenteras, el hombre que me volvía completamente loca solo con sus besos, hoy yo sería suya y él sería mío.

Nam me besaba intensamente mientras me guiaba caminando hacia la cama, yo comencé a sacarle su chaqueta y a desabrochar su camisa torpemente, por lo que terminé abriéndola de golpe, escuche claramente como unos cuantos botones cayeron al suelo, Nam por su parte con sus habilidosas y expertas manos bajo mi cremallera de una sola vez y empujó mi vestido hacia abajo haciendo que este cayera a mis pies. Estaba solo en ropa interior con mis zapatos y joyas puestos, mis manos bajaron por su abdomen acariciándolo directo hasta el borde de su pantalón, Nam jadeo cuando sintió mis dedos bordear este para luego desabrocharlo, terminó de quitarse sus pantalones y zapatos de una vez con la ayuda de sus pies, mientras que sus manos sujetaban mis caderas firmemente.

Suavemente Nam me empujó a la cama y yo comencé a avanzar en esta para quedar en el centro, en ningún momento sus labios se apartaron de mí, comenzó a bajar repartiendo besos por mi cuello, cosa que me hacía morder mi labio para no gemir. Sentía como el calor se apoderaba de mi cuerpo, sus solos besos me tenían excitada, de mi cuello bajó a mis hombros para luego pasar por mi escote, abdomen y piernas, hasta que llegó a mis pies y con delicadeza desató mis zapatos y me los quito, yo lo miraba atentamente, mi respiración era agitada, mi pecho subía y bajaba mientras que Nam acariciaba mis piernas con sus grandes y cálidas manos, que cada vez que tocaban mi piel desnuda sentía como un fuego recorría mi cuerpo hasta mi zona.

Nam comenzó a subir repartiendo besos hasta mis muslos y se detuvo mirándome traviesamente.

Nam: no sabes cuánto soñé con este momento - dice ronco y con sus dientes y manos comienza a sacarme mi ropa interior mientras que yo sentía como un gran sonrojo se apoderaba de mí- te ves hermosa así de sonrojada y expuesta hacia mí - no pude con aquello y cubrí mi rostro, Dios se oyó tan malditamente sexy que sentí como me mojaba en mi zona- No te cubras - tomo mis manos y las saco de mi rostro- quiero que me veas en todo momento - ahhh gritaba internamente, su sola voz gruesa y excitada me tenía loca- quiero que me veas haciéndote mía- me besó y mordió mi labio - quiero que me veas comiéndote y saboreando todo de ti- este hombre me quiere matar, Dios mío se oyó tan sucio pero excitante, jamás me habían hablado de esa forma y me había encantado de sobre manera que me dijera que lo mirara devorando todo de mí.

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