Tomás.
después de un buen rato ahí adentro, salimos.
—¿bailamos?—le pregunté a Jam sonriendo.
—si, dale.—sonrió también y fuimos a bailar.
estuvimos un rato bailando, cagandonos de risa y todo eso. unas ganas de estar así con ella todos los días de mi vida.
—ahora vengo.—me dijo y asentí.
aproveché para ir con los pibes, cuando me vieron empezaron a gritar cosas y a hacer caras.
—eaaaa.—soltó Mauro.
—a ver cojan de nuevo, es para un tp.—dijo Sebas.
—capo cenfe.—Alejo.
y unas cuantas cosas más.
yo solo me reí y me senté ahí con ellos.
empezamos a hablar de boludeces, hasta que Neo cambia su semblante por uno serio, mientras que miraba algo o a alguien.
—¿qué pasó?—pregunté.
no respondió nada, Mauro y Alejo también miraron y repitieron su acción así que me di vuelta para ver que pasaba.
estaba Jamilah, chapando mal con un pibe, bah, casi garchando.
sentí la mano de Mauro en mi hombro y lo miré.
—eu, no.—soltó al ver mis ojos cristalizados.
no dije nada y me levanté, con el objetivo de irme de la casa.
salí y empecé a caminar.
que pedazo de gil que soy, era obvio que solo me quería garchar y listo.
tendría que haberme dado cuenta, si la piba antes no me daba ni cabida.
sentí una lágrima recorrer mi cachete y me enojé conmigo mismo, me había prometido no llorar por ninguna flaca más, pero acá estaba, llorando por Jamilah.
ella sabe todo lo que siento por ella, sabe que me tiene re loco, que me tiene a sus pies, y sin embargo va y se come a otro, después de garchar conmigo.
y ya sé que no somos nada, pero me dolió.
llegué a la plaza y me senté en un banco, me tapé la cara con las manos, frustrado y triste.
agarré mi celular, mire la hora.
5 y media de la mañana.
bloquee el celular pero lo volví a desbloquear cuando me llegaron mensajes.
jam
to
t fuiste? t estaba buscandosolté una risa irónica y le clavé el visto.
salí del chat y entré al de Sebas, también tenía mensajes de él.
tony the kid
cenfe
donde tas? t vamos a buscar con los pi
no dejes q la flaca t cague la noche, ya fueestoy en la plaza
me guardé el celular en el bolsillo y centré mi vista en el cielo, estaba amaneciendo.
hace rato no me sentía mal por alguien, justamente no me quería enganchar con alguien porque pasaba esto.
sentí una bocina atrás mío y me di vuelta, eran los pibes.
me acerqué al auto y subí.
Alejo iba manejando, Sebas de copiloto y atrás Lombardo.
—tranqui crackero, volvamos a casa, dale.—soltó Mauro.
asentí, Ysy arrancó el auto y a los minutos ya estábamos nuevamente en la casa.
—¿sigue acá?—pregunté.
—si, pero no le des bola.—respondió Alejo.
entramos a la casa y fui directamente a la cocina a prepararme algo fuerte.
para mi mala suerte, Jamilah estaba ahí.
apenas me vio se acercó a mi.
—eu, te había perdido.—me abrazó, no podía negar un abrazo, y menos a ella.—¿qué pasa?
—¿por?—respondí y mi voz salió ronca por haber estado llorando.
—tenés los ojos súper rojos.—puso una mano en mi cara.—¿lloraste o fumaste?
—fume.—mentí.
—bueno, ¿bailamos?—preguntó y negué con la cabeza.—dale Tomás, decime que pasa.
—nada Jamilah.—respondí seco y sacó su mano de mi cara.
avancé y fui a buscar un vaso. sentí que me seguía.
—me viste, ¿no?—ni siquiera me lo negaba, aunque era mejor que me lo diga pero igual.
solo asentí con la cabeza.
se formó un silencio, pero entre nosotros, porque igual había música.
—¿por qué?—solté después de unos minutos. me dí vuelta para mirarla, volví a sentir mi cara mojada.
—¿qué?—preguntó acercándose.—no llores, por favor.
—¿por qué me ilusionas si lo único que querías era garchar conmigo?
—no pienses eso, Tomás.—giró los ojos.
—¿cómo querés que no piense eso?—negué con la cabeza.—flaca, estabas casi cogiendo con otro pibe, cuando minutos antes estabas gimiendo mi nombre, boluda dale.
—es que, que garche con vos no significa que te quiera de novio.—respondió desinteresada. estaba volviendo la otra versión de ella, la que me ignoraba y si me hablaba era un milagro.
—ya sé, pero vos sabes todo lo que me pasa con vos.—la miré.
—pero no es mi culpa que no me pase lo mismo.—respondió y sentí una puntada en mi corazón.
—entiendo.—asentí con la cabeza.
me fui de la cocina, sin esperar una respuesta de su parte.
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jaj hola