Tomás.
maratón 1/3en un rápido movimiento ya estaba arriba mío, dejándome notorias marcas en el cuello.
—Jam.—solté y paró para mirarme.— yo igual te amo.
sonrió y me abrazó fuerte.
qué linda que es, disfruto cada segundo con ella.
—te extrañé.—sentí su aliento chocando contra mi cuello. seguido de eso, comenzó a dejar besitos ahí.— perdón por haberme comportado como una tarada.
—yo también.—suspiré.— ya está, dejemos eso atrás. no la compliquemos más, por favor. te quiero y vos a mi, eso tiene que bastar, ¿no?
—si bebé, obvio.—mordió fuerte mi cuello.
me quejé y se rió.
que lindo era estar así con ella, era lindo estar con ella en sí.
ella sentada arriba mío, mis manos acariciando su cintura, sus brazos al rededor de mi cuello, y su carita apoyada en mi hombro.
estuvimos un buen rato así hasta que decidimos bajar a tomar algo, Jamilah a estar con sus amigas y yo con los pibes.
antes de irse con las chicas me dio un piquito.
sonreí y me acerqué al sillón en donde estaban todos, o la gran mayoría.
—esssa, por lo que se ve te arreglaste con la morocha.—me dijo Ale.
—sí, la extrañaba.—respondí
—de nada, eh.—habló Mauro y lo miré confundido.—todo es gracias a mua.—se señaló.
—¿qué hiciste?—pregunté riendo.
—hablé con ella, bah, ella habló conmigo. me dijo todo lo que sentía por vos y yo le dije que venga así hablaban y ella podía decirte todo.
—un capo Lombardito.—dijo Sebas.
sonreí y lo abracé, dea re sentimental.
cuando nos separamos, empezamos a tomar y todo eso, la estaba pasando re bien.
me alejé para ir a la cocina, los chicos querían que prepare más fernet.
cuando llegué, Jam estaba sentada en la mesada. para ser sincero, me encantaba que se siente ahí.
sonreí al verla y me acerqué a ella, sonrió también y abrió un poquito las piernas para que me acomode entre medio de ellas. por esta razón me gustaba venir a la cocina cuando ella estaba, ahre.
puse mis manos en su cintura y Jamilah las suyas en mi cuello, acercándome un poco más a su cuerpo y haciendo que nuestras entrepiernas se rocen.
soltó un jadeo y yo me mordí el labio.
sonrió más y sacó sus manos de mi cuello para llevarlas a mi cara, la cuál dirigió después a su cara para darme un pico.
—da, ¿eso nada más?—pregunté haciendo puchero.
—¿querés más?—mordió levemente su labio. asentí con la cabeza mientras que sonreía.
se acercó y empezamos a chapar, podría decir que al principio era un beso suave que subió de tono pero ya era un chape fuerte desde el primer segundo.
posta que esta piba me volvía loco.
mis manos hicieron un recorrido lento por su espalda, sentía como se estremecía ante mi tacto y eso me encantaba.
una de sus manos pasó por todo mi abdomen, debajo de mi remera. ese recorrido terminó en mi pantalón.
comenzó a tocar mi pija por abajo de mi pantalón pero, arriba de mi boxer.
me costaba creer como Jamilah podía descontrolar todo en cuestión de minutos.
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ea
le prometí a jam q iba a haber acción así q esto fue lo único q se m ocurrió:(