Jamilah.
desde lejos observaba a Tomás, estaba hablando y riéndose con los chicos. simplemente existiendo, pero para mis ojos era lo más precioso de ver. estaba tan enamorada que hasta me desconocía, no pensaba sentir esto y mucho menos por Tomás. no porque sea él, osea, mírenlo, como no va a volver loca a cualquiera. me refiero a como empezamos, siempre me acuerdo de ese chico infumable que me rompía las bolas todos los días en la secundaria. no voy a mentir, siempre me pareció un pibe lindo, solo que me divertía la situación de tenerlo atrás.
recuerdo eso y me flashea demasiado ver como estamos ahora. no me arrepiento para nada, es el mejor pibe que conocí. tampoco me arrepiento del tiempo que estuvimos separados, siento que nos sirvió a ambos para definir lo que realmente buscamos y esperamos del otro. me gusta saber que estamos en la misma sintonía.
también es tiempo de dejarme sentir, siempre fui muy cuidadosa, por no decir cagona, con lo que siento. siempre tratando de sentir menos de lo que realmente siento, siempre con miedo a demostrar, a dejarme ser. desde que conozco a Tomás, pude darme cuenta de eso y estoy empezando a trabajarlo. con él tengo mis miedos también, pero me da tanta paz su presencia que se esfuman con el viento.
ahí es cuando realmente me doy cuenta que es él, que es ahí. que por más discusiones o malentendidos que tengamos, siempre vamos a poder solucionarlo. porque nos queremos.
—Jam, ¿estás?—la voz de una de mis amigas me sacó de mis pensamientos.
no me había dado cuenta de cuánto tiempo estuve mirando a Tomás y pensando en todo esto. qué boluda.
—dios, colgué una banda.—respondí y me reí, agarrando el vaso que me estaban pasando.
Tomás obvio se dio cuenta de que lo miré por mucho tiempo, así que me sonrió y me guiñó el ojo. le tiré un beso y seguí bailando con mis amigas.
la noche estaba pasando lento, había mucho alcohol y la música estaba fuerte.
después de un rato me fui a sentar al sillón y me prendí un cigarrillo. en eso apareció Tomás.
—¿tan linda y tan sola?—se sentó al lado mío. sonreí.
—me cansé de estar parada.—respondí.—¿cómo la estás pasando?
—bien gorda, ¿vos?—rodeó mi cintura con su brazo y me pegó más a él.
—gorda te la pongo.—tiré y nos reímos.
—también, pero igual sos mi gorda.—me dió un beso en el cachete.—¿bailamos?
le sonreí, nos levantamos y me llevó de la mano hasta la "pista" para bailar.
era hermoso bailar con Tomás, tenerlo a poquitos centímetros de mí.
empezó a sonar perreo, así que obviamente comencé a perrear. Tomás me dio una vueltita y le moví todo el orto. escuchaba su risa en el oído.
el alcohol había empezado a hacer efecto, entonces estaba más suelta que de costumbre. no era mucho de bailar, a menos que tome bastante y no me de vergüenza.
seguí perreandole a Tomás, me di vuelta para mirarlo pícara y sonreírle cuando sentí un bulto.
—y bueno loquita, mira como te moves.—soltó y se mordió el labio.
me encantaba provocarlo. me puse a pensar y creo que nunca estuvimos, osea como mucho nos hemos tocado un poco, pero creo que nada más. por un lado me gustaba el jueguito de provocarnos porque cuando estemos nos vamos a sacar todas las ganas, pero por otro lado me estaba volviendo loca. no aguantaba más.
—no aguanto más sin que me hagas tuya.—me acerqué y le dije en el oído. sentí como se aceleró su respiración.
—yo menos.—me respondió agarrándome de la cintura.—¿nos vamos?
ahora se me aceleró la respiración a mi. que chabón.
—nos vamos.—afirmé.
me agarró de la mano y nos fuimos. ni siquiera nos despedimos de los chicos.
subimos al auto y empezó a manejar, la tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo. me transpiraban las manos.
parece que va a ser una noche larga.
[...]
VOLVÍ perdón x desaparecer tanto tiempo, había perdido la cuenta y pude recuperarla recién ahora. prometo actualizar todo lo q pueda y tmb les aviso q voy a estar haciendo nuevas fics.
no se cuántas personas leerán esto pq es bastante vieja la fic y por el tiempo q me demoré en actualizar, pero si alguien la lee muchísimas gracias por esperar<3
—mar:)