Peter odiaba su situación en aquel instante... estar casado con un hombre que apenas conocía, en fechas de festividad y sin su familia, era una tortura. Sabía que su tía May no hubiera permitido jamás tal unión, pero no fue decisión de ella o de el, si no de sus padres que no tenían ni corazón o alma por su único hijo.
Había llorado, tirado cosas, hasta intentado escapar pero todo fue inútil, hace una semana estaba legalmente casado con Anthony Stark que para colmo no le daba ni un poco de atención por ahora. El pobre castaño se sentía un esposo de trofeo a pesar de que entendía que no podría ser jamás uno... muchos hombres le habían dicho que era un desastre hasta para caminar, hablaba demasiado, era muy torpe y aquellos pucheros que hacia con sus labios los hacían molestar por que parecía un niño caprichoso. En su boda, había conocido a joven bastante serio llamado Bucky, que si era el verdadero chico que desearía tener cualquiera pero simplemente se quedarían con el sueño, ya que estaba fielmente unido a Steve Rogers, un soldado alto y rubio, bastante amigable que contaba con felicidad pura como conoció a Barnes estando herido de un brazo en el hospital de la ciudad.
Bucky era enfermero para su mala suerte, enviado por su familia a trabajar para mantener el hogar así que cuando vio a Steve supuso que era otro soldado altanero que le haría ''ojos de cachorro'' mientras lo atendía, pero Rogers no era así, le hablo hasta por los codos haciéndolo reír aunque no quisiera, el no tuvo miedo en luego buscarlo y convencer a los padres de este que, si se casaba con él, todo iba a mejorar.
Parker estaba seguro de que ellos dos se amaban, lo comprobó cuando se sentaron en una de las mesas y el rubio le dio un casto beso en los labios, haciendo sonreír por primera vez en toda la noche a Bucky... en ese momento, Peter deseo tener esa suerte de poder enamorarse de su ya esposo, pero trataba de no hacerse ilusiones, por que al fin y al cabo, todo era cuestión de negocios. Tony pagaba las deudas de sus padres a cambio de que les diera a su hijo.
Era una suerte de que simplemente le sonriera y no le forzó a hacer nada que el no quisiera. Tony se veía una buena persona, Peter casi sudaba frió pensando en que tendría que entregarse a el en la noche de bodas, pero el mayor solo le dio una pequeña charla de que esperaba de que fueran felices, abrazándolo rápidamente para darse vuelta en la cama y dormir como si nada... el castaño se había quedado con un ojo abierto y el otro cerrado, pero le agradeció mentalmente. Si era sincero consigo mismo, esperaba al menos un beso por que su esposo, no era ningún adefesio, pero con un abrazo se conformaba.
El hogar del mayor era gigantesco pero bastante frió, no había ninguna decoración de navidad y cuando le pregunto a la servidumbre por que todo era deprimente, nadie quiso contestarle. Estaba a nada de empezar a arañar las paredes por que ni siquiera su esposo estaba en el lugar, pero Tony llego de vaya a saber donde, provocando que Peter solo frunciera el ceño... estaba aburrido, en la televisión no había nada interesante y menos en la radio, aunque quisiera charlar con las sirvientas, ninguna le hablaba excepto el chófer que estaba casado con la secretaria de Stark que alegremente le dijo unas palabras antes de retirarse.
― ¿Sucede algo? ― pregunto Tony viendo a su muchacho sentado en uno de los sillones, con brazos cruzados y ceño fruncido. Se veía adorable. ―
― No... nada. ― contesto secamente el menor, sabía que tenia que controlar sus comentarios, no sabía como podía reaccionar el mayor al respecto y no quería problemas ―
― No voy a darte una cachetada o algo por el estilo solamente por decirme que te molesta, ¿lo sabes, no?
Peter observo detenidamente el rostro de Tony. Aquel hombre podía tener el mundo a sus pies, ¿por que se había casado con el que solamente servía para poner cara de pocos amigos sentado en un sillón que valía mas que su vida? era atractivo, alto, mayor, con dinero apilado en montañas de mas de treinta metros. Podría llegar amarlo, y demasiado rápido si seguía contemplándolo con sus ojos parecidos a los de Bambi provocando que sus mejillas se encendieran.
― ¿En donde estabas? ― pregunto rápidamente Parker interrumpiendo sus propios pensamientos mientras Tony soltaba una carcajada sonora ― no te rías, hablo en serio.
― Creo que ya me echaste el lazo si tan enojado estas por que me fui... ¿por que te preocupa donde estaba?
― No te eche el lazo de nada, ni estoy enojado, solamente quiero saber.
― Estaba comprando decoración para la casa... no tenía por que jamás festejo navidad y ese tipo de cosas.
― ¿Por que?
― Desde que murieron mis padre, solo me acuesto a dormir, no lo festejo... pero estoy seguro de que vos si, no te mereces que este de amargado, así que fui a comprar cosas para que hagas lo que desees.
Peter se quedo mudo, su rostro enojado desapareció de inmediato. Ese hombre... SU hombre, era todo lo que estaba bien en todo el mundo.
El había estado todo el tiempo pensando en que no le aprestaba atención y que era la peor de sus desgracias, pero ahí estaba sonriéndole ampliamente dándole una oportunidad de que decore su casa como se le diera la gana a pesar de tener una razón muy triste y valida de por que no festejar navidad.
No pudo evitar acercarse, pararse de puntas y darle un beso en la mejilla. Tony solo pudo sonreír feliz, Peter no lo sabía pero el solo pagaba las cuentas de los padres de este por que estaba completamente enamorado del castaño desde que lo vio a lo lejos buscando a su padre que trabajaba en su empresa, jamás había conocido a alguien tan hermoso como el. Había aprendido a odiar la navidad, pero por su esposo iba hacer todo lo posible por hacerlo feliz aunque tuviera que tragarse su dolor.
― Gracias... era justamente eso era lo que quería, no sabía por que la casa no estaba decorada. ― admitió el menor ―
― De nada, las cosas están en el auto, dile a una sirvienta que te ayude a bajarlas... me retiro. ― dijo el mayor antes de que Peter lo tomara de la mano ―
― ¿Te molestaría decorar el árbol conmigo? entiendo si no quieres o no podes... pero, me gustaría que lo hagamos juntos.
Stark sonrió y asintió acompañando al menor que alegremente le hablaba de millones de cosas que a veces ni siquiera entendía pero le encantaba escuchar la voz de Peter. Su hogar jamás había estado tan colorido hasta ese día y el gran árbol blanco lleno de decoración plateada era prueba de aquello.
Las manos del menor siempre se rozaban con las del mayor, provocando que ambos sonrieran tímidamente, Tony descubrió que Peter era magia por que con armar un simple árbol de navidad pudo sentir como el amor se formaba entre los dos.
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