Sin perder más tiempo, ambos chicos se montaron en el auto de Amber y fueron hacia su nuevo departamento, ambos sonreían como la primera vez que se besaron, se miraban con ternura y amor como hacía mucho tiempo no lo hacían y Alex no paraba de mirar a la hermosa mujer que tenía a su lado, que a pesar de su falta grave ella lo seguía amando y estaba dispuesto a todo porque las cosas mejoraran y cambiar todo el dolor que le había causado.
A penas pusieron un pie en el departamento, la ropa comenzó a estorbar y los besos, caricias y gemidos no se hicieron esperar. Alex la besaba como cuando eran más jóvenes, explorando todo su cuerpo y arrancando más de un suspiro de su chica, una vez que llegó a su destino, Amber solo podía retorcerse de placer, nunca antes Alex le había echo sexo oral y vaya que lo estaba disfrutando, cogía su cabello entre sus dedos y le daba pequeños tirones cuando sentía que moriría de tanto placer.Alex complacido con aquella imagen siguió con su cometido, por como ella movía sus caderas sabía que estaba a punto de estallar y agregó un par de dedos a la acción, logrando que Amber viera mil estrellas, Alex se posicionó entre sus piernas y la embistió con toda la delicadeza que pudo y con un par de movimientos más llegó él también a su clímax.
Alex se apoyó sobre el pecho de Amber y escuchaba sus latidos desenfrenados, solo pudo sonreír y la abrazó con todas las fuerzas que le quedaban, se metieron bajo las sábanas y Alex fue el primero en dormirse, Amber no pudo evitar sentir que estaba equivocada al darle una nueva oportunidad, que si ya la había engañado una vez, ¿Quién le aseguraba que no lo haría otra vez? Trató de no pensar mucho en ello y se dejó llevar por el sueño que la invadía.
*~*~*~*
Un par de meses había pasado y las cosas seguían igual, Amber amaba cada día más su labor como maestra de ballet y Alex había vuelto a la casa de sus padres, pero ahora trabajaba en otra empresa, quería empezar de cero en otro lugar y no con un cargo conseguido por su padre.
La relación entre Alex y sus padres no era la mejor pero tampoco se llevaban mal, simplemente no dejaba que se metieran en su vida (sobretodo su madre) como ya lo habían echo, su madre intentaba controlarlo como ya lo había echo, pero ya nada era lo mismo.
De vez en cuando, Alex se quedaba con Amber y pasaban los fines de semana juntos, veían películas, cocinaban juntos, salían a pasear o simplemente se quedaban en el departamento, encerrados en la habitación haciéndolo una y otra vez, o hasta que sus cuerpos ya no dieran más del cansancio.
Su relación ya no era la de un matrimonio, si no que se convirtieron en simples amigos con derecho, su divorcio ya estaba echo y nada los ataba (al menos legalmente) pero estaban acostumbrados a estar el uno para otro de vez en cuando y más cuando había sexo de por medio.
Ambos sabían que las cosas ya no eran las mismas, ambos se querían, pero no se amaban como cuando eran unos adolescentes, toda esa chispa que había entre ellos ya no existía y no volvería jamás, pero después de todo, seguían siendo amigos, como en el principio.
Esa noche, Amber preparó una cena especial en casa de sus padres, invitó a Alex y todos pensaban que era para decirles que se casarían otra vez y que habían arreglado las cosas después de tanto tiempo.
Una vez que ya estaban todos en la mesa, se dispusieron a conversar de cosas triviales como solían hacerlo siempre, Alex sabía que Amber tenía algo importante que decir y que posiblemente le dolería, pero ella estaba en todo su derecho de ser feliz.
-Bueno familia, si preparé todo esto es para darles una noticia
-Ya era hora de que hablaras o papá seguiría comiendo
-No es mi culpa -dijo mirando a su hijo- la comida está deliciosa
-Ya déjense de payasadas, continúa hija
-La cosa es que, me ofrecieron un puesto muy importante en una academia de ballet en París...y acepté -dijo mirándolos a todos con felicidad- me voy en dos semanas.
Todos se quedaron en silencio, tanto Isabella como Henry no sabían que decir, sus hermanos estaban impactados y Alex estaba muy feliz por ella, siempre había sabido que su sueño era ir a París, conocer todo Europa y si era posible, conseguir un trabajo allí de lo que más amaba. Sin pensarlo dos veces, se levantó y fue hacia ella para envolverla en sus brazos y dar un par de vueltas con ella.
-¡Muchas felicidades preciosa! -la bajó y besó su mejilla- te mereces esto y muchas cosas más
-Gracias Alex -lo miró enternecida y lo volvió a abrazar- eres el mejor por apoyarme.
Una vez que su familia salió del estado de shock, la abrazaron y felicitaron, aunque su padre no estaba muy de acuerdo con su decisión, sabía que ya estaba tomada y nada la haría cambiar de opinión, solo les quedaba disfrutar del tiempo que les quedaba con ella hasta que pudiera o quisiera volver otra vez.
Esa noche, Alex fue con Amber a un pub, se tomaron unas copas, cantaron karaoke y bailaron como nunca lo habían echo, ambos sabían que serían sus últimos días juntos y que lo más probable, era que no se verían más en mucho tiempo.
*~*~*~*
Pasajeros con destino a la ciudad de París, dirigirse a la puerta 13B para abordar, gracias.
-Bien, aquí estamos por fin -dijo Amber suspirando- los extrañaré a todos
-Eso esperamos -Dylan se acercó y besó su mejilla sonoramente- nosotros igual te extrañaremos
-No puedo creer que mi bebé se vaya tan lejos
-Deja le drama Henry -su madre la abrazó fuertemente- espero que todo vaya excelente
-Yo también espero eso mamá.
Un poco más atrás se encontraba Alex, ya se habían despedido varias veces, pero esta sería la mas dolorosa para ambos.
-Te deseo lo mejor preciosa, sabes que cuentas con mi apoyo a larga distancia y que siempre puedes llamar sin importar la diferencia horaria
-Muchas gracias Alex, de verdad creo que ya está todo dicho y perdonado y también te deseo lo mejor
-Te quiero mucho Amber, nunca lo olvides
-Y yo a ti Alex.
Un par de abrazos y lágrimas más y Amber partía a su nuevo destino, dejando atrás todo lo malo vivido y también al que en algún momento fue el amor de su vida.
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Promesas Rotas
Cerita PendekAlex era todo lo que Amber había soñado, un chico tranquilo, aplicado, deportista, detallista y siempre preocupado por los demás, todo eso hizo que Amber se enamorara profundamente de él cuando llegó a su colegio, solo era unos chicos de 13 años, pe...