Capítulo 26: Pensamientos A la Deriva

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Los choques de las olas y la marea del mar contra la madera del barco generaban un sonido único. La espuma marina desvanecerse luego de un sonoro chasquido líquido, para luego volver a la calma y el ciclo volver a repetirse. Solo que el sonido se interrumpió ante una conversación de dos tripulantes del barco.


—¿Quieres saber sobre Retrópolis?


Jessie, la menor de la tripulación, mostró su decisión con un movimiento afirmativo de su cabeza.


—Sí, señorita Penny—le respondió la pelirroja—Usted parece alguien que ha viajado bastante. ¡Por algo es una navegante! ¡Seguro que ha recorrido toda Retrópolis y más lugares incluso!

 ¡Por algo es una navegante! ¡Seguro que ha recorrido toda Retrópolis y más lugares incluso!

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Esas palabras parecieron no generar otra reacción mas que incomodidad. Los labios de la pirata esbozaron una sonrisa nerviosa mientras que su rostro se ponía totalmente colorado. Las risas asustadas de la chica de cabello rosado no tardaron en comenzarse a escuchar. La pequeña ingeniera solo pudo entender algo de falta de tiempo en medio de los balbuceos de Penny, antes que la misma se alejara corriendo hacia el almacén del barco. Jessie, claro, ni siquiera supo lo que acababa de pasar. ¿Acaso fue algo que ella dijo?

La chica entró en el almacén, cerrando de un portazo. La sonrisa forzada de su rostro comenzaba a truncarse en otra expresión. Un rictus de tristeza, mientras que sus ojos poco a poco descendían hasta el suelo, totalmente abatidos. Sus labios de contrajeron, mostrando que sus dientes estaban apretados.

Se acababa de sentir un fiasco. Ella era una pirata, o eso se suponía. Había asaltado barcos, robado a otros marineros, incuso tenía una recompensa. Pero, explorar tierras, eso era algo que no había hecho mucho. Y ahora sentía que eso había sido un craso error. ¡Una viajera de los mares que ni siquiera había explorado Retrópolis, uno de los paraderos más cercanos!


—¿Puede algo sonar más estúpido?—habló para sí misma. Su espalda, recostada contra la madera vieja de la puerta, comenzó a deslizarse, hasta que la pirata acabó sentada en el suelo—Maldita sea. He estado tanto tiempo viajando por los mares, creyendo que hacía todo lo que soñé. Ahora viene una niña, me pregunta sobre una ciudad, ciudad a la que me dirijo con ellos, y resulta que no sé ni cómo responderle.


Lo que más la enojaba, sin embargo, no era el haber tenido tan poco esmero en explorar los lugares que visitaba, ni en la falta de dedicación en conocer las zonas por las que viajaba. Sino de que no se había dado cuenta de eso. Eso le era muy frustrante que no haya podido ver un error tan obvio.

Requirió de pocos minutos para que pudiera calmarse. Era más estúpido acabar tan triste por algo como eso. Además, era algo con fácil arreglo. Se sostuvo de uno de los barriles del almacén para enderezarse lo más pronto posible.

La Gran Travesía. ʙʀᴀᴡʟ sᴛᴀʀs #PH20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora