Capítulo 34: Matices Oscuros

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Hubo muchas preguntas entre los presentes. En especial sobre lo que había pasado con el otro cuando se separaron. Colt contó sobre su encuentro con los indígenas, además de con un robot y una joven dama. Bueno. Apenas dijo eso y Jessie ya estaba saltando:


—¡Espera, espera, espera!—exclamó de golpe la pequeña ingeniera—¡¿Un robot?! Y una mujer, sí. Mi pregunta es ¡¿Por qué no me lo dijiste?! Solo mencionaste a alguien con niños y pues... Ahora hay dos más...

—Ah... Es que ellos siempre se hacen destacar y, por un momento, me olvidé de esos dos-se excusó el de cabellos rojizos, encogiéndose de hombros.

—¡¿Y lo de reunirse en una hora?! Pasó hacía tiempo.

—Ella dijo que volvería cuando quisiera—esa respuesta fue dada por el indígena de cabello negro—Y el robot, como no tiene otra cosa que hacer, solo la sigue como guardaespaldas. Básicamente es eso.

—¡¿Tienen un robot como guardaespaldas?!—preguntó de golpe la pequeña ingeniera. Sus ojos tenían un pequeño brillo de emoción—¡Eso es algo que debiste decirme antes!-agregó de golpe, agarrando al pelirrojo por el cuello de su camisa para luego empezar un bastante patético intento de zarandearlo.

—Ya, calma—murmuró el pistolero, viendo claramente que la niña de cabello rojo parecía estar un tanto molesta.

—¡Es tecnología avanzada! ¡Saber cómo funciona puede ayudarme mucho!—exclamó Jessie, aún intentando zarandearlo.

—Pero, ¿En qué—preguntó Colt, que no podía tomarse en serio los movimientos de la niña.

—¡En un proyecto que tengo, y listo!

—¡En un proyecto que tengo, y listo!

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Las manitas de la niña de coletas soltaron el cuello de la camisa de color azul pálido del joven pistolero, para luego ponerse en una posición de brazos cruzados mientras le daba la espalda. Parecía ser que de verdad eso la había fastidiado.


—Vamos, Jessie. No te pongas así—habló el pistolero, intentando aliviar su enojo.

—Creo que tu destino es enojar a todas las mujeres que te topes—se le oyó hablar a Leon. Acto seguido se escuchó cómo comenzaba a reír por sus propias palabras.

—Menos humos, mocoso—le respondió Colt, claramente molesto por aquellas palabras-Hablas mucho para ser tan pequeño.


El niño de tez morena iba a responder, pero Bo impidió que siguieran discutiendo. No les llevaría a nada. Había otras cosas de las cuales preocuparse. Como, por ejemplo, dónde dormir.


—Hallamos una especie de posada. Pero el dinero que exigían solo podría compararse con la avaricia que debía empujarles para cobrar así—explicó el arquero—Debemos hallar dónde quedarnos, ya que los equipajes siguen en el barco que tomamos.

La Gran Travesía. ʙʀᴀᴡʟ sᴛᴀʀs #PH20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora