Capítulo uno: Richie, el marica.

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Beep beep, Rich!
Se escuchó al pequeño Edward desde una esquina del cuarto.
-¡¿Qué?! ¡Pero si ni te he tocado! -afirmó el mencionado.

Quizás, en algún momento de sus vidas, Richard hubiese hecho un chiste sexual para incomodar al asmático, tal como solía hacer tres años atrás, cuando por un verano completo podía asegurar que estaba enamorado de Eddie Kaspbrak. Pero ya había pasado mucho tiempo; eso, sumado a la severa actitud homofóbica de la Señora "K", lo hicieron cambiar de opinión. Por eso es que ahora podía ver al pequeño "Eds" sin camiseta y actuar de forma medianamente decente, pero incomodando al castaño de todas formas.

-¡No me mires, hombre, que me estoy cambiando! -chilló mientras un cuaderno volaba por los aires y golpeaba directamente a...
-¿Stan? Creímos que estabas abajo.
-Lo estaba, Tozier. -soltó un suspiro mientras sobaba su mejilla golpeada con la mano. -Pero Mike me envió a chequear que no estuvieran matándose en mi cuarto... Supongo que llegué a tiempo.
Levantó el cuadernillo y, como por "arte de magia", Stan soltó una pequeña risita reprimida; viéndolos a ambos con una sonrisa. (Genuinamente, no entiende cómo funciona la evolución humana teniendo a esos dos de ejemplo).
Eddie se sorprendió de ver a su amigo sonriendo, al ser realmente una situación peculiar. Rich estaba en la gloria, aunque nadie podría saberlo. El de gafas simplemente adoraba sus facciones, sus ojos verde-grisáceos, brillantes; y sus labios, tan delineados y colorados... Se preguntó si serían tan suaves como se veían desde lejos.

Así, sin siquiera notarlo, pasó un largo e incómodo tiempo viendo fijamente al judío con expresión perdida. La sangre se acumuló lenta e invasiva en sus mejillas, dándoles un color muy fuerte. Esto no pasó desapercibido por los otros dos chicos, quienes lo observaron, preocupados.

-Beep-beep, Richie. -Se apuró Kaspbrak en despertarlo de un empujón. -Lo estás incomodando...
-Rich, ¿te sientes bien? -Lo interrumpió Stan, posando suavemente sus manos sobre la mejilla y la frente del mencionado, haciendo que éste se pusiera doble, tríplemente nervioso -Estás ardiendo; ¿acaso tienes fie...
-¡Eee... Estoy bien! ¡No te preocupes! -exclamó Tozier antes de pegar un salto y salir corriendo escaleras abajo, dando tropezones y pasos torpes, dejando a Eddie y a Stan confundidos. Hubo un silencio.
-... Y a ese, ¿qué le pasa? -preguntó Stanley, haciendo una mueca. Eddie chasqueó la lengua.
-Es un marica. -soltó, riendo de forma burlona. Stan lo volteó a ver, preocupado.
-... ¿Lo es? -dudó una segunda vez.

Eddie lo perforó con la mirada, sus ojos como dos grandes platos. Se llevó lentamente el inhalador a la boca y lo accionó. "La cagué", pensó.
-Stan... Mierda, ¿no lo sabías? -guardó silencio, llevándose las uñas a la boca.
-¿Saber qué?
-Stan... Por todos los cielos. -lanzó su cangurera a un lado, cerró la puerta de la habitación y tomó de los hombros al más alto -... Richie... él gusta de tí.

Stan se quedó helado. Después de un silencio incómodo, se rascó la cabeza y la nuca como si quisiese arrancarse la piel con las uñas, se veía preocupado. De vez en cuando soltaba unas risas nerviosas, como de no creer lo que había oído; pero si le preguntaban a Eddie, él estaba casi seguro de haber visto el brillo que tenía en sus ojos el de rizos en ese momento, aún dentro de su expresión facial tan angustiante.
-Ten... tengo que irme. Te veo luego, Eds. -Fue lo último que dijo antes de abrir la puerta y salir caminando desde su cuarto hasta la calle, para luego perderse entre los árboles del pequeño bosque que había cerca.

Pasados varios minutos, Eddie sintió unos golpecitos en la puerta y volteó.
-Hey, Eds. Con Ben y Mike iremos a lo del Tartaja, ¿vienes? Es incómodo estar en casa sin el dueño presente. -dijo Beverly, dirigiendo su mirada a la puerta por donde había salido Stan hace unos momentos. Considerando que él los había invitado, encontró grosero que dejara la casa como si nadie hubiese estado ahí.
-No puedo, sigo buscando mi cangurera, es como si la habitación se la hubiese tragado... -dijo mientras gateaba por el piso, buscando bajo los muebles por su bolso. Revisó bajo la cama con éxito. -Aquí estás...
-Íbamos a invitar también a Rich, pero salió al bosque poco antes que Stan, no sabemos a qué hora volverán.
-¿¡Qué..!? -exclamó Eddie en el momento en el que levantaba la cabeza y se golpeaba con las tablas de la cama. Beverly se acercó a verlo. -Hey, con cuidado, torpe; casi te revientas el cráneo. -rió, acariciándole el cabello. -Rich partió al bosque, ¿no? Al parecer Stanley lo siguió hasta allá... -Eddie la miró con una mueca, hasta que la pelirroja entendió el mensaje.

-Espera, ¿tú crees que...?
-Ajá... -asintió con seguridad. Beverly se llevó las manos a la boca en señal de sorpresa, sin dejar de sonreír; ambos sabían que algo pasaba ahí. Se levantaron del piso, Eddie se sacudió la ropa.

-Sabes que adoro ir con ustedes a esas cosas, pero... creo que paso; si sucede cualquier cosa con esos dos, prefiero estar alerta. Estaré dando vueltas si me necesitan.

-... Está bien, cuento contigo. Sé que no los dejarás morir, "Doctor K". -le guiñó el ojo para luego abrazarlo. Él suspiró.

-Claro que no... diviértanse.


En otra parte de Derry, un muchacho observaba la nada; escondido, limpiando sus gafas. Unos metros más allá alguien lo buscaba, pero él no lo sabía. Pasados unos minutos, sintió unos pasos cerca suyo.

-¿Rich..?
-¿..Stan? ¿Qué haces aquí? ¿Sucede algo?
-Rich... ¿Yo te gusto?

"Con Derry En Contra" [Stozier Fanfiction] (Terminada, en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora