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-Siendo las trece horas con quince minutos declaró oficial la separación del contrato de matrimonio de los señores Jeon Jungkook y Park Jimin, también por  mismo ocurso se decreta la patria potestad para ambos y la custodia a favor del señor Park no sin antes estipular que el señor Jeon podrá visitar a la menor de nombre Na Haeun  con tres años de edad, siempre y cuando cumpla con sus obligaciones.

Jungkook y Jimin escucharon el martillo del juez contra la madera y la sentencia que había dictado tras su separación.

Cuatro años después.

Jimin caminaba entre la multitud de celebridades reunidas esa noche, recordando y añorando sus días en Bangtan. Cuando era un joven muy energético que pocas veces lograba quedarse quieto.

Buscó su asiento con curiosidad de sabe eso estaría sentado junto a sus amigos pues también había sido invitados en conmemoración de formar uno de los grupos musicales.

Para su suerte, estaría sentado junto a quien fue el amor de su vida.

-Hola Jimin.- saludó sonriente el menor.

-Sigues siendo un irrespetuoso.-

-Oh lo siento, buenas noches Jimin Hyung.- dijo burlón.

El mayor simplemente rodó sus ojos en seña de molestia.

-Prefieres que te diga "mi lindo mochi"-

Cuando Jeon le susurró aquello en el oído deseo tanto quitarle su sonrisa burlona con un puñetazo pero debía comportarse a la altura pues eran celebridades y estaba siendo filmados.

-¿Acaso se molesto hyung?

Como odiaba compartir espacio con Jungkook, sino fuera por la custodia compartida hacia su hija, jamás le vería de nuevo.

-Amo esa colina tuya.- volvió a susurrar  pero está vez pasando su nariz sobre la piel del mochi, haciendo que se tense.

Jimin discretamente golpeó la pantorrilla del pelinegro, esperando que entienda su mal comportamiento.

Jeon iba hacer otro movimiento pero el presentador obtuvo su atención de inmediato.

-Este es un regalito para nuestro grupo Bangtan Seoyeonda, por favor les pido un fuerte aplauso para la pequeña NaHaeun.

De entre el escenario salió su pequeño retoño, vestida muy bien a decir verdad.

Jimin y Jungkook se primer momento quedaron anonados con aquella presentación, era su pequeña Na bailando uno de sus temas. Se miraron entre ellos orgullosos de la dedicaciónen que su hija bailaba, les recordaba demasiado a ellos cuando jóvenes.

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Los aplausos no cesaban ni parecían disminuir, al contrario, aumentaban con cada tema que Na bailaba

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Los aplausos no cesaban ni parecían disminuir, al contrario, aumentaban con cada tema que Na bailaba.

- No era de esperarse siendo hija de un gran bailarín como tú. -

Jimin miró incrédulo a su ex amante, quien simplemente le dedico una sonrisa sincera.



- No era necesario que me lleves a casa.-

- No lo hago por ti sino porque Na me rogó hacerlo.

-Tan dulce como siempre. - rió el menor.- Pude manejar solo o tomar un taxi.

-A esta hora nadie te llevaría y no estás en condiciones de manejar.

-Soy un gran conductor. - se defendió.

- Con una boleta de infracción tan grande como tu ego.-

-Ouch, insulto doble. Eres muy cruel.-

Jimin seguía viendo la carretera y de vez en cuando mirando que su pequeña hija estuviera bien durmiendo en el asiento trasero.

-¿Esa fue una de las razones por las que me dejaste?

La tensión se sentía en el ambiente, las pocas veces que se han visto nunca habían tocado el tema de su separación.

- No realmente. - confesó.- Y para aclarar no te abandoné, fue una decisión mutua.

-Yo recuerdo la secadora golpeando mi cabeza mientras llevabas a Haeen brazos y una maleta.-

- Eso... eso fue-

-¿Lo ves? Ni siquiera puedes refutar eso.- dijo burlón.- Quien tomó la decisión de terminar nuestro corto matrimonio fuiste tú.

- Si te sientes mejor al oirlo, si. Deja de comportarte como un bebé.

El silencio volvió a tomar presencia, era uno muy tenso.

-¿Por qué?- preguntó.- ¿Había alguien más?

-Deja ya ese tema Jungkook. Han pasado cuatro años.

-¿No me querías más? ¿Acaso fui malo?

Las preguntas del pelinegro eran como una oleada de cuchillas clavando su cuerpo

Nunca le dijo la razón de su separación, simplemente llego a el hogar que compartía con el menor, Hae tenía sólo dos años de haber nacido, ya había preparado la maleta de ambos. Lo único que le dijo fue "Esto no funciona, mi abogado se pondrá en contacto contigo".

Obviamente Jungkook no iba a tomar eso como una razón para su separación, exigió explicaciones y lo que recibió fue una secadora de cabello en la cabeza.

Varios meses intentó recuperar a su familia pero Jimin se negaba a regresar con él.

- Por nuestra hija, Jimin... ¿Cuál fue la razón?

En un alto, el rubio miró a Jungkook. Tenía unas cuantas lágrimas cayendo por su rostro y la vista fija en él.

- Cuando un matrimonio comienza a tener problemas ¿Es sano que los niños estén presentes?

- No, pueden tener problemas a futuro como ser violentos o depresivos.

- Esa fue la razón. Hae era muy pequeña pero lograba notar cuando peleamos, las veces en que nuestras diferencias aumentaban al grado de ofendernos y lastimarnos físicamente.  No era un ambiente sano crecer con dos padres que siempre discutían hasta por el mínimo detalle.

-¿Qué? Es una tonteria, pudimos solucionar los problemas y-

-Lo intentamos.- rió Jimin. - intentamos de todo Kookie pero siempre caímos a lo mismo. Hae tendría perjucios por ser hija de dos celebridades masculinas y sobretodo que no se lograban llevar bien ¿Cómo iba a terminar?

Jungkook se quedó callado tras aquella pregunta.  Razonada cada palabra de lo acontecido.

-Llegamos.- dijo Park.-Estás molesto ¿Cierto?

-Quieres que este feliz después de escuchar un argumento tan estúpido de nuestra separación.

-Jungkook.-

-Nada de Jungkook. Ahora las cosas irán a mi ritmo.

El mochi iba a preguntar a que se refería pero de a primeras fue tomado del cuello.

- No te dejaré ir tan fácilmente. - sonrió Jeon después de estampar sus labios contra los de Jimin.- No dejaste de amarme... Prepárate Park porque estarás de nuevo en mis brazos, tenlo por seguro.

Sin más que decir, Jungkook entró a su departamento, dejando sin aliento a un mochi.

- Deberías preocuparte, papá Kook es muy insistente y no se rendirá tan fácil.

De la parte trasera del auto, Na Haeun sonreía divertida por la escena de sus padres.

Besos robadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora