U N O

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Rio de janeiro, Brasil:


—Mama. ¿Para dónde vas?—Pregunta mi hermano mayor, con tono de cansancio, ya que ellos, siempre se van y nos dejan a los dos solos.
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—Vamos a cenar por nuestro aniversario — Responde mi madre, y posa su mano en el hombro de Bryan.

Yo intervengo— ¡No te vayas! — Hago un puchero.

Mi madre se agacha para quedar a mi altura y me dice en un tono gentil— Tranquila hija, esta será la última vez que yo no pase la noche con ustedes.

La miro extrañada, pues no sabía de qué hablaba. Ella se levanta y sale  de la habitación con Bryan. Por otro lado yo me quede pensando en las palabras de mi madre.

"Hija esta será la última vez que yo no pase la noche con ustedes"

No le di mucha importancia, un rato después, baje a la cocina en busca de una galleta, de esas deliciosas que prepara mi madre, cuando escucho a mi madre y otra voz la cual reconozco como la de mi hermano pego mi espalda a la pared, no puedo verlos pero puedo escuchar sin que se den cuenta de mi presencia.

—Mama...—Dice mi hermano como advertencia—Ten cuidado, sabes que papa es un hombre peligroso y sus negocios lo son aún más.

—Bryan, no te preocupes por mí, como ya le eh dicho a tu hermana, esta será la última noche que no la pase con ustedes, me aceptaron en la academia de policía de Miami, nos iremos los 3 y comenzaremos de nuevo.

—¿Enserio mama?, ¡Es lo que querías! Estoy feliz por ti

—Solo quiero decirte que pase lo que pase esta noche, quiero que cuides a tu hermana,  sabes que tu padre no la quiere.

—De eso no te preocupes, es una promesa.

—¡Samanta ya vámonos!—Exclama mi padre desde la sala de mi casa. Si mi padre se llega  a enterar que escuchaba la conversación, me torturara hasta que le diga que estaban diciendo, mejor me voy a mi cuarto.

(...)

Apoye  mis brazos en el marco de la ventana de mi habitación, la vista de esta da a la avenida principal, la misma por la cual se van mis padres cada día.

 Me quedo mirando un rato al último lugar donde vi a mi madre antes de que se subiera al auto con mi padre, esto es algo que acostumbro hacer cada vez que se va, siento que de alguna forma le doy suerte para su viaje, sé que suena estúpido,  pero que puedo hacer.

Ya el sol se ha ocultado y las lágrimas han comenzado a empapar mis mejillas. MI puerta es tocada.

—¿Puedo pasar?—Pregunta mi hermano, al otro lado de la puerta.

Seque las lágrimas con la chaqueta que llevo puesta—Si, pasa Bryan—El pasa, detalla cada rincón de la habitación buscándome, al encontrarme se sienta a mi lado, pasa su brazo por mi hombro, yo entierro mi cabeza en su pecho y aspiro su aroma, eso me calma.

—¿Otra vez estabas llorando Pequeña?—Pregunto cómo cada día.

Asentí con la cabeza—Odio que mama salga con papa y que vuelvan tan tarde— El acaricio mi cabello para luego besar mi coronilla.

El coloca su dedo índice en mi mentón obligándome a mirar su rostro —Esta será la última vez.

—¿Lo prometes? —Susurro,

—Si enana—El ve la hora en su reloj de muñeca—Ya es hora de dormir, a la cama—Me carga y me deja en la cama, me arropa y se dirige a la puerta.

Soy diferente |Pausada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora