Interlace «Mystic Messenger» [Saeyoung/MC/Vanderwood]

Misión n°4399: La Fiesta (parte II)

- Solo déjame amarte Melissa, y te amaré de la forma que tú quieras. Solo permítete amarte, y nada resultará como antes. – le dijo Saeyoung, tomando su rostro, pasando el dorso de sus manos por sus lágrimas. Melissa lo contemplaba sin decir nada, y antes que le diera una respuesta, Vanderwood los interrumpió.

- No quiero ser impertinente ni romper este glorioso momento de reflexión y de amor, pero les recuerdo que un par de guardias pasaran por ese lugar en tres minutos, y que el show comenzará en 10. Más les vale que vuelvan a aparecer. – dijo Vanderwood por el micrófono.

Melissa asintió, y buscando la cartera de mano que traía sacó un espejo y se arregló el maquillaje corrido. Menos mal que siempre usaba uno especial dado por la agencia, a prueba de agua (y quizás de bombas nucleares), por lo que estaba perfecta. Solo tenía que acomodarse el antifaz para que no se notaran sus ojos rojizos.

Caminó ella hasta la salida, pero antes, Saeyoung la retuvo desde la muñeca, atrayéndola hacia su cuerpo. Tomó delicadamente su mandíbula y besó dulcemente sus labios.

- Después hablaremos de esto. – le dijo Saeyoung. Melissa desvió la mirada, sin responderle.

Mientras tanto, afuera, Vanderwood trataba de concentrarse en la misión, pero era imposible no escuchar las palabras de Melissa. Todo había quedado claro: ella estaba enamorada de Saeyoung. Era más que obvio que se esmeraba en que él fuera un buen agente para que no muriera en la primera semana de misiones. Ella lo protegía, a pesar de que a él le decía lo contrario. Vanderwood sintió una piedra punzante en el corazón. Entonces ¿no significaron nada las noches que pasaron juntos? ¿La cita que tuvieron? ¿Los besos? ¿Las risas? No, no era un buen momento para pensar en eso, debía concentrarse. Siempre había sido una gente de campo, y el trabajo de informante era algo que detestaba, pero que por entrenamiento lo manejaba bien. Evidentemente, los papeles en ese momento estaban cambiados: quien debía estar adentro era él y no Saeyoung. Si su compañera no dejaba nada al azar, entonces, ¿por qué Saeyoung estaba adentro?

Melissa salió del archivo lo más rápido que pudo. No deseaba estar cerca de Saeyoung en ese momento, deseaba terminar la misión lo más rápido posible, y que todo resultase favorable para ellos. Era imposible que tuviese tantos pensamientos en su cabeza que le impedían concentrarse en la misión, así que encerró todo duramente en un cajón. Más tarde se ocuparía de eso.

Saeyoung apareció en la fiesta, y siguió hablando con normalidad con los invitados que podía. Mientras tanto, Melissa le habló a un mesero para que le sirviera un trago de whisky.

- Melissa, no puedes beber, recuerda la morfina... - dijo Saeyoung. Melissa lo ignoró completamente. No se iba a embriagar por un vaso de whisky, algo a lo que estaba acostumbrada a consumir en cantidades mucho más grandes.

De pronto, al lado de Melissa apareció un misterioso hombre de pelo largo gris, con una mirada fría y distante. Tenía los ojos color azul muy pálido, lucía un traje color gris oscuro, unos hermosos y brillantes zapatos negros de charol, un chaleco típico de smoking color gris un poco más claro que su pantalón, camisa negra y corbata color púrpura. Llevaba un largo abrigo color gris claro, el que usaba sin utilizar sus mangas. Traía un antifaz simple, color negro.

- ¿Se divierte en la fiesta? – le preguntó el hombre. Tenía una voz ronca, calmada. Si no hubiese sido por su mirada distante, su voz incluso podría haber sonado dulce. Melissa asintió con la cabeza y sonrió.

- Veo que la han tratado de maravilla. Es una lástima que su padre no haya podido venir. – Melissa lo observó detenidamente, buscando más información en él. Por supuesto que lo había reconocido en cuanto se acercó a ella. El hombre miraba distraídamente hacia la fiesta. Ella en lenguaje de señas le transmitió que también lamentaba el que su padre no haya venido, pero a la vez le alegraba porque ella estaba ahí. El hombre asintió.