Interlace «Mystic Messenger» [Saeyoung/MC/Vanderwood]

Misión n° 5000: The Beginning of the End (Parte I)

Melissa tecleaba desesperada su computadora, tratando de encontrar a Saeyoung. Por más que trataba de desentrañar un montón de pistas, de mirar cámaras, de observar videos que pudo hackear de la biblioteca y de las imágenes de la carretera, el auto se perdía en medio de la nada. La única pista que tenía era que Vanderwood la había encontrado cercano a Orchard Beach, pero a pesar de que habían recorrido la zona de Bronx no habían encontrado nada sospechoso o alguna otra pista.

¿Y si Saeyoung no volvía? ¿Y si ya lo habían asesinado y por eso no se había contactado con ellos? Era uno de los temores de Melissa, pero mantenía la esperanza de encontrarlo vivo. ¿Y si se había contactado mientras que Melissa estaba en el hospital de la agencia? Revisó los registros y nada. Melissa sentía un nudo en la cabeza y en el corazón. No podía volver a tardar más de un año en encontrar a Alex. También siguió la pista de Chris, pero era tan cuidadosa que ni siguiéndola durante una semana pudieron descubrir si es que se reunía con Alex o no.

Pasaron varios días de desesperación, de agonía. Melissa creaba todos los días un plan distinto, agotando todas las posibilidades, pero sabía que lo único que quedaba era que activara el rastreador. Apenas dormía una hora, y luego volvía a despertarse, tratando de crear un nuevo plan, mientras Vanderwood la observaba. También él se sentía frustrado, no podía hacer mucho. Con sus facultades de hackeo no logró descubrir nada, y solo podía seguir a Chris tras una nueva pista. Prefería seguir a Chris día y noche que encontrarse con Melissa, ya que no sabía que decirle. La veía sufrir por Saeyoung, aunque no estaba seguro si era actuación o no, o si es que en realidad lo hacía porque temía por su vida. No, lo último estaba descartado. Con las habilidades que tenía Melissa, podía desaparecer en el momento en que quisiera de la vida de ambos, gracias a todo lo que podía manejar de la agencia. Entonces, ¿estaba sufriendo realmente por Saeyoung? ¿Y si era verdad que lo quería?

Un día cuando fue a buscar ropa a casa y darse una ducha, la encontró durmiendo encima de su computadora. Eran las 5 am, y había ido precisamente a esa hora para no encontrarse con ella despierta. A su lado había una botella de whisky quebrada, y un montón de vasos. Tenía las manos con rastros de sangre, que ahora comenzaba a secarse. Vanderwood suspiró, cuando vio la escena en realidad pensó que su compañera estaba borracha encima de su computadora, algo que francamente no le extrañaría. Pero cuando se acercó a ella, pudo comprobar que estaba dormida, que no olía a alcohol, que en realidad solo estaba agotada sobre el computador, con rastros de lágrimas en los ojos. Quizás era cierto que ella lo amaba.

Se compadeció. La tomó en sus brazos y la subió hasta la habitación, dejándola en la cama, donde se acurrucó rápidamente a dormir. Se quedó mirándola un rato, percatándose que la marca que tenía en su espalda se estaba ampliando cada vez más. ¿Qué significaba eso? ¿Acaso no habían podido detener completamente el veneno? ¿Acaso Melissa iba a morir? Fue hasta el botiquín de primeros auxilios, limpió y vendó su mano. Dejó su computadora al lado, y luego salió de la habitación. Melissa abrió los ojos en cuanto Vanderwood salió, sin saber muy bien qué pensar de todo. No era bueno esto, no era buena la cercanía que tenía Vanderwood con ella, a pesar de que quizás solo era lástima.

Cuando despertó y fue hasta la sala, su compañero se encontraba bebiendo un café. Había ordenado y limpiado todo, pero aun no sabía qué decirle.

- ¿Aún nada? - preguntó Vanderwood. Melissa negó con la cabeza, y él soltó un pesado suspiro.

- Tampoco de Chris. - dijo y volvió a beber su café, mientras se instalaba nuevamente un silencio incómodo. - Melissa, ¿por qué aun no te has curado? - preguntó de pronto. Ella lo miró sorprendido.

- ¿Curado? ¿De qué?

- De la espalda.

- Ah, eso. - dijo ella, luego de un silencio. - No he tenido tiempo de buscar una cura. Por ahora no molesta tanto como para hacerlo, y hay cosas más importantes que hacer. - dijo ella, arqueando los hombros.