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— Cris, me voy. —digo entrando a su habitación, esta haciendo deberes. Me mira con miedo y nerviosa.— Si vuelve me llamas— asiente nerviosa.— Tranquila ¿si?

— Key, no me quiero quedar sola— le sonrio un poco intentando tranquilizarla. — Sabes que va a volver con un borracho nuevo— me acerco a ella— y va a pasar lo de siempre, si no estás puede ir a más.— suspiro.

— He quedado con Jay...— Suspira. No le acaba de gustar.— Voy a verlo y vuelvo ¿vale?— Asiente más conforme.

— No me gusta Jason— dice, mientras me dirijo a la puerta.

— Lo se...— digo cerrando la puerta de su habitación sonriendo.

Tengo que volver lo más rápido que pueda, mi tía volverá en cualquier momento, con otro de sus increíbles rollos. Salgo de mi casa, solo con mi teléfono en mi chaqueta tejana.

— ¡Styles!— Levanto la mirada y veo a Aylan, apoyado en su moto, con su cazadora de los Escorpiones. Hace una semana de su ataque a Jason, no deja de mirarme, a mi y a Jason. Paso de él y empiezo a caminar hacia casa de mi novio.— ¡Keyla! ¡Keyla Styles!— Camino lo más rápido que puedo. Al ver que no tengo intención de parar debe de coger su moto y alcanzarme, lo deduzco porque me está cortando el paso con ella. — ¿No me escuchabas? Además de idiota, sorda.— Ruedo los ojos y lo intento rodear. Me coge del brazo parandome.— Aléjate de Scott.— Frunzo el ceño molesta.

—No te conozco, no eres nadie para mi ¿te crees que te voy a hacer caso?— Suelta una carcajada. Es completamente imbécil.

— Hazme caso.— Dice totalmente.— No lo conoces.

— ¿Y tú qué sabes imbécil?— Le digo borde.

— Se más que tu pequeña... No sabes nada de Jason.

— Dejame en paz. Yo decido con quien salgo.

— Tu misma, pero vas a acabar muy mal.— Frunzo el ceño. Ya estoy mal.

Escucho unos gritos de lejos, desvio la mirada del Escorpión a mi casa, él esta de espaldas a mi casa. Mi casa tiene la puerta abierta, mi tía debe de haber vuelto y no me he dado cuenta por estar hablando con Aylan.

— Mierda.— Empiezo a correr hacia mi casa. Entro en casa, mi tía no está, pero si hay un tipo con la mano alzada apunto de darle la que supongo será el segundo golpe a mi hermana, porqué ella ya está en el suelo. En la otra mano tiene una botella grande de alcohol. Le cojo el brazo desde atrás al tipejo, no se donde encuentra a estos engendros pero siempre son iguales, la golpean a ella y a nosotras.— Vete.— Le digo a Cris, esta no se lo piensa dos veces y se va a las escaleras, por la mitad y se queda ahí. El señor se da la vuelta y me golpea, una bofetada que me hace sangrar el labio.

— Niñata— Me da otra bofetada que hace que escupa sangre, pero no me caigo al suelo, he soportado muchos de estos. Se acaban cansando después de cinco golpes. Me apartan y le dan un puñetazo que hace que se tambalee un poco y la botella acaba en el suelo hecha añicos.— Niñato imbécil.— Aylan le sonríe y le da otro que hace que se mareé, lo coge del cuello del jersei roñoso que seguramente nunca ha lavado y lo saca de mi casa cerrandole la puerta en la cara, cierra con las llaves que habían en la mesita de al lado.

— ¿Estas bien?— Me pregunta, asiento. Detrás de él veo que aparece Carolina, mi supuesta tía y tutora legal, con una botella de Ginebra en la mano.

— ¡Eres una completa inútil!— Le grito, Aylan se aparta y mira la escena.— ¡Te dije que no trajeras a más tipejos como el que acaba de echar Aylan!

— No me mandas...niñata— Dice completamente borracha. — Soy suficiente mayor para hacer lo que quiera.

— Eres irresponsable, inútil, idiota, borracha y drogadicta ¿qué tiene eso de adulto? No vales ni para cuidar la casa.

PræterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora