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Entro en la caravana de Luke, sin llamar, como siempre, Luke esta sentado en el sofá mirando una foto que hay entre sus manos, se que es de él y mi hermana. Cris se percata de que estoy aquí cuando sale del baño, tiene los ojos rojos, no quiero que llore, no me gusta verla así, creo que le he cogido cariño ha esta niña.

— Keyla está bien, ya he hablado con ella.— Corre hacia mi y me abraza, sonrio un poco, le devuelvo el abrazo y le acaricio el pelo, para tranquilizarla, ha vuelto a llorar.— Relájate, ella está bien.— Se separa de mi pecho sorbiendose los mocos y negando, frunzo el ceño, no acabo de entender que quiere decir con esa negación, no sé si es por el estado de Key o por lo que  le puede hacer Scott, aunque me inclino por la segunda.— Luego hablamos ¿vale?— Asiente y me vuelve a abrazar.— Corre, que te espera.— Y eso hace, salir corriendo.

— La cuidas como si fuera tu hermana.— Miro serio a Luke, no me ha gustado nada que me desafiara delante de todos.— Que quede claro, ni Cris, ni Keyla, son las sustitutas de Lucy.— Me mira serio. Asiento.

— No lo son, solo quiero lo mejor para ellas, cometí un error en el pasado no quiero remediarlo, quiero que no les pase nada. Se el destino que tiene salir con Jason Scott y no lo quiero para tu hermana.— Frunce el ceño, esta intentado descifrarme algo que no puede hacer porque no hay nada que descifrar.— No me ha gustado nada que me desafiaras.

— Lo siento.— Asiento.

— Mira, vamos a dejar algo claro, por el bien de los Escorpiones, de nuestros amigos y de tus hermanas.— Asiente.— Lo que pasó no fue culpa tuya, ni mía. Los dos la cagamos, los dos le fallamos, pero el que tiene la culpa es Jason Scott.— Asiente.— Estás aquí por Lucy, ella hizo que mi padre te admitiera, ella te dio esta caravana, ella te acompañó a que Edgar te hiciera el tatuaje, ella te dio la cazadora. Y tú le diste su primer amor, la cuidaste y la apoyaste, todo lo que pudiste y supiste, ella te cambió por Scott, no te martirices con algo que tu no pudiste decidir. Se que quieres que vuelva, yo también, me cambiaría por ella para que pudiera volver a vivir, pero no es posible.— Sus ojos empiezan a aguarse— Lo que le pasó a Lucy nos ha hecho darnos cuenta de que en las buenas y en las malas solo hay ¿qué? ¿Cinco, seis personas? Y que la familia no es lo último que te queda.— Trago saliva.— Tienes que dejarla ir, si no te llevará con ella. Solo han pasado tres meses y medio, lo sé, pero tienes que empezar a dejar de pensar en ella.

— ¿Como puedes decir eso? ¡Eras su hermano!

— Por eso mismo. Tu perdiste a tu "novia", yo perdí a mi hermana pequeña y a mi padre. Luke, sabes cómo era yo hace dos meses, sabes que no me importaba nada más que acabar con Scott, me metí yo solito en un pozo oscuro y sin fondo, me culpaba de todo, de el suicidio de Lucy, del asesinato de mi padre y de los cuernos de mi madre a mi padre, pero apareció Keyla. ¿Sabes? Yo solo quería ir al instituto para poder vengarme de Jason, pero conocí a Keyla y ella sin saberlo me liberó de todo, sin siquiera saber de mis demonios.

— Ella no sabe lo que pasó.

— Si lo sabe. La lleve a casa de mi padre, le conté absolutamente todo. Quiero volver a esa caravana, quiero irme allí con ella.

— ¿La quieres? — Abro los ojos. ¿La quiero? Solo puedo asentir, pero se me escapa una sonrisa.

— No te digo que te olvides de Lu, te digo que dejes ir los demonios que asolan tu cabeza sobre todo lo que ella sufrió.— Asiente y se seca las lágrimas.— Lavate la cara y vamos a ver a tu hermana.— Vuelve a asentir suspirando y se mete en el baño.



Keyla se está duchando, hará diez minutos que se han ido todos. Cris ni se ha querido ir y esta en el sofá con su móvil.

— Aylan,— levanto la cabeza del móvil y miro a la puerta de la habitación— ¿Podemos hablar?— Asiento levantandome, nos sentamos en el sofá.

— Antes...

— No quiero que vuelva al instituto, no quiero que salga de aquí.— Me corta, abro los ojos.

— Cris... Es decisión de tu hermana.

— Sé que tu tampoco quieres que vuelva.— Asiento.

— Sigue siento decisión de tu hermana.— Me levanto del sofá y voy a la mini nevera a por una cerveza.

— No te hagas el adulto responsable.— Sonrio y bebo un trago del botellín.

— No me lo hago. Mira Cris, es tu hermana la que tiene que decidir eso.— Me mira seria.— Vale, no quiero que vuelva, pero no quiero porque sé que Scott le puede hacer algo.

— Convencela.— Demanda.

— ¿Y cómo la convenzo?

— Acuéstate con ella.— La miro y sonrio divertido. Cris es el doble o el triple de terca que Keyla.

— No me voy a acostar con tu hermana para que no vaya al instituto.— Rueda los ojos.— Keyla va a ir al instituto, la conozco lo suficiente para saber que no se va achacar por nada. Encontraré la forma de que no le pase nada.

Me acabo la cerveza y vuelvo a la habitación, Keyla aún sigue en la ducha así que me espavilo a quitarme la ropa y meterme en el baño, para poder ducharme con ella. Me meto en la ducha con ella.

— No sabes el miedo que he pasado hoy...— Beso su hombro, mientras mis manos acarician su vientre y nos mojamos por el agua que cae de la alcachofa.

— Ya estoy bien y no me va a volver a pasar nada.— Se gira y besa mis labios, mis manos van a su precioso trasero y lo apreto un poco, gime encima de mis labios. No debería haber hecho eso.

— No gimas. Me van a entrar ganas de follarte y no puedo...— Gruño al notar que mi miembro se está empezando a endurecer.

— ¿Por qué no?— Deja suaves besos en mi cuello.

— Porque hay una niña de catorce años en el sofá...

Su mano baja acariciando mis abdominales, hasta llegar a mi uve. Quiero que baje más, aunque no quiero que nos escuche Cris, me estoy volviendo muy maduro, antes no me hubiera importado. Un gemido involuntario se escapa de mis labios.

— Key...— Me mira mientras se muerde el labio.

Mierda, sigue bajando y empieza a acariciarla. Besa mis labios, luego mi cuello y va dejando un río hasta mi entrepierna. Oh no, lo va a hacer, lo miro, me mira inocente. Deja un beso en la punta, gimo su nombre, vuelvo a mirarlas sonrie y empieza a lamermela, me mata, no aguanto de pie así que me apoyo en una pared. La cojo del pelo tirando de el, haciendo que ella gima, sigue trabajando con su boca.

— Key...— Me tenso y le lleno la boca de líquido. Se levanta se da con agua de la alcachofa en la cara. Me mira sonriente, le cojo del cuello y estampo sus labios contra los míos.— Me toca.— Murmuro al separarme, me mira divertida.

Me agacho.










PræterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora