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Narra Keyla.

Me sacan la caja que evitaba que viera el local, esta noche es la fiesta de Halloween y estamos decorando el local y trayendo más alcohol. Llevaba dos cajas y una no me dejaba ver, pero Ethan me la quita, le sonrio agradecida, nos hemos hecho más cercanos estos días, ellos ya viven en la caravana y nosotros va estamos en la otra. La madre de Aylan no ha aparecido, así que Leah sigue con nosotros, no me molesta ella, lo que me jode es su madre, no se como ha sobrevivido la pobre niña. Cris está súper feliz es como si se hubiera comido cien unicornios.

— Gracias.— Le sonrio.— ¡Menos mal que alguien me ayuda...!— Digo mirando a Aylan que esta apoyado en una pared mirando a la nada.

— Ella tampoco está haciendo nada.— Dice señalando a Lily.

— Ella se a mareado y se ha desvanecido.— Le dice Sarah.

Niega y camina hacia la barra a por las luces, ha conseguido unas tiras de LEDS que se pegan a la pared, van con un mando y tienen secuencia de colores, los pondrá debajo de la barra, casi en el suelo, en la pared de las bebidas y puede que en los pocos taburetes. Se sube a la escalera y empieza a pegarlos en el marco de las estanterías. Lleva una camiseta negra de tirantes, que hace que se le vean todos sus tatuajes y músculos, en todo el tiempo que he estado aquí no le he visto hacer ejercicio, no sé cómo los tiene tan marcados, también lleva nos pitillos negros en los que se le marca su culo. ¿Este chico es perfecto?

— Deja de mirarle el culo a mi amigo— me dice Ethan, río nerviosa a lo que el suelta una carcajada.

— ¿Puedo dejar de cortar limas ya?— Dice Cris.

— No, me debes sesenta euros, así que a cortar.— Le dice Aylan.

— Podría trabajar en el Sexus, así te lo devolvería más rápido y sería más divertido.

— ¡No!— Negamos Aylan y yo a la vez.

— Ay, papi Aylan y mami Key al ataque.— Rie David, me giro a dedicarle una mirada asesina. Todos sueltan una carcajada.

— No vas a trabajar aquí.— Le digo a Cris, seria.

— Pues vaya mierda...— Murmura.

— ¡Ey...!— Le advierten divertidos, Ethan, David, Raúl y Zack.

— Pequeña Styles, relaja.— Le dice Ethan.

Mi hermana rueda los ojos, Nic se mete en la barra, va a su lado y le susurra algo en su oído que hace que Cris ria. Él la ayuda a cortar la lima.








Le sirvo el burbon a chica que va disfrazada de vampiro, aunque tiene una marca en el cuello que no se yo si forma parte del disfraz, me da el dinero y se va sonriendo. Nosotros, los que trabajamos aquí no vamos muy disfrazados, nos tenemos que mover por toda la barra y es enorme, seria incomodo, al igual que los bailarines de los tubos. Noto una mano en mi cintura así que me giro, veo a Aylan con fajo de billetes, super contento.

— Miro lo que hemos sacado, en dos horas.— Hay muchísimo dinero ahí sin contar el dinero de las copas. La entrada que coge la gente normalmente es con consumición, pero la mayoría se piden más de una en toda la noche y más hoy. Seguramente no tendrá tanto benefició, teniendo en cuenta que tiene que pagar la luz, todo el alcohol que ha comprado, pagarnos a todos... Pero seguro que tiene más que normalmente. Me da un beso.

— ¿Me pones una cerveza?— Me separo y miro a quien me lo ha pedido. Abro los ojos, Aylan gruñe a mi lado.

— Vete Scott.— Le dice Aylan. Jason niega riendo, el escorpión se intenta abalanzar sobre él, pero lo cojo a tiempo de su brazo parándolo.

— ¿Cuál quieres?— Le digo borde.

— Estrella.— Veo su pulsera, solo puede pedir una bebida. Le dejo la cerveza encima de la barra, me da su mano para que le corte la pulsera. Así nos aseguramos de que no nos engañan, me sonríe mirándome.

— Douglas,— este deja de mirar a Scott y mira a James, otro camarero— unos quieren un reservado.— Aylan asiente, me mira no muy seguro de dejarme aquí con él.

— Ve, estaré bien.— Asiente, me sonríe un segundo y besa mis labios. Se va con James.

— Que bonito es el amor...— Dice Scott bebiendo del botellín.

Miro a la chica que hay al lado suyo que está esperando a que la atienda, le hago una señal con la cabeza para que empiece a hablar. Me pide un chupito de tequila, me da el dinero y se lo sirvo de mientras Jason me empieza a hablar.

— Seguro que beso mejor que él.— Dice, la chica se bebe el alcohol, grita y se va a bailar pegando saltos, cojo el mini baso y lo dejo en el fregadero que hay debajo de la barra, hay uno cada diez metros.— Estoy más que seguro.— Insiste.

— Te equivocas— le digo para que se calle, pero eso solo hace que me moleste más.

— ¿Te lo has follado?— Suspiro, no se como me podía gustar, algo le debía de haber visto.— Dímelo— se bebe de un trago la cerveza.— Roncola.— Demanda. Se lo sirvo de malas.

— Veinte.— Le digo, saca su cartera y me da veinte cinco.

— Esos cinco son para ti.— Asiento extrañada, me guardo los cinco.— Necesitaras dieron, porque con ese pobre de mierda— ya me esta tocando los ovarios— no vas a poder vivir decentemente, lo harás entre cartones.

— ¿A qué has venido? ¿A joderme?— Le pregunto enfadada.

— A recuperarte.— Dice, hace que suelte una carcajada amarga.

— ¿Después de amenazar a mi hermana y a mi?— Niego.

— Estaba borracho.— Se defiende.

— Da igual, eres un completo desastre, un gilipollas que maltrata física y psicológicamente a las mujeres con tal de conseguir lo que quiere. Eres un imbécil que tiene sometida a toda la ciudad y quien no te hace caso paga las consecuencias como Lucy ¿no?— Gruñe al escuchar el nombre de la chica.

— Yo no la mate.— Gruñe.— Lo hizo solita.— Sonrie y bebe de su bebida.

— La violaste. Y estoy más que segura que le diste más de una paliza como me las dabas a mi.— Niega.

— Tu eras diferente. Ella era una niñata que solo me traía problemas y encima mojigata, si al menos se hubiese abierto las piernas cuando le dije, a lo mejor seguía viva.— Niego incrédula, es increíble.— Yo no tengo la culpa de que no fuera una monja.

— Eres un completo imbécil.— Me mira enfadado.

— Y tu una puta.— Lo miro aluciando. ¿Recuperarme? había venido a recupérame ¿no? — Pero te quiero, no te saco de mi cabeza. Te necesito.— Me toca la mano, pero yo la aparto.

— Yo ni te necesito, ni te quiero. No mereces nada ni nadie, eres el trozo de mierda que todos evitan en la calle.— Me mira enfurecido, me tira el liquido de la bebida y me da una bofetada. Se acabo, no lo quería echar, pero me ha hartado definitivamente. Logro hacerle una señal a Ric para que venga y se lo lleva, mientras Scott pega gritos.

— ¡Vas a ser mia! ¡Y si no de nadie!

PræterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora